«Esto no funcionará», pensó Noah mientras observaba la tormenta de hielo.
Noah había confirmado que poseía ataques más fuertes. La Serpiente Eterna casi rango 7 no podía igualar su ofensiva. Ese era uno de los campos donde las bestias mágicas inevitablemente se quedaban atrás de los cultivadores.
Noah casi podía igualar la fuerza física de la criatura. La Serpiente no tenía otros ataques a su disposición, por lo que Noah podía superarla con sus artes de espada, hechizos y técnicas.
Sin embargo, la destreza de Noah tenía una debilidad fatal. El poder que expresaba durante esa pelea no era su verdadera fuerza. Su ambición lo hacía alcanzar ese nivel, pero ese empoderamiento tenía un límite de tiempo.
Esas limitaciones se habían relajado después de que alcanzó la etapa sólida, pero esa característica no desapareció con su avance. Noah eventualmente volvería a su nivel real, por lo que tenía que matar a su oponente antes de que eso sucediera.