"Luego ella comenzó a retorcerse. Sus caderas empezaron a moverse en un ritmo más uniforme mientras sus manos en su cabello lo apretaban fuertemente. Él aún no se detenía. Seguía al mismo ritmo, sin acelerar, ni tampoco disminuía. No planeaba romper el ritmo en absoluto. Ella no quería que él se detuviera en lo absoluto. Pero… pero sus piernas…
—No puedo… mis piernas… no puedo… caeré. —Su voz era casi incoherente, pero Gideon la entendió. Sintiendo cómo sus piernas temblaban y como si estuvieran a punto de derretirse en un charco, Vera se aferró a sus hombros.
Él se alejó y Vera estuvo a punto de llorar. No quería que él se detuviera incluso si termina desmayándose.
Miró hacia abajo para decirle que continuara cuando lo vio bajar de nuevo. Vera estaba muy confundida mientras lo miraba, aún jadeando con fuerza por el subidón.