Pero Gavrael no sintió ningún remordimiento. Quería este poder. Necesitaba este poder especialmente ahora, para detener ese evento de ocurrir. Todo era para mantenerla viva. No importa que ella le tema o nunca más quiera acercarse a él después de esto. Porque lo único que importa para él ahora es asegurarse de que esa pesadilla no se repita.
En el momento en que escuchó la verdad, ya había decidido lo que iba a hacer. Y nada cambiaría su mente ahora. Ni siquiera la propia Evie.
Con una máscara de ojos impasibles, Gavrael siguió acercándose, esperando que Evie retrocediera. De alguna manera, no pudo evitar recordar la primera vez que la conoció en el bosque, temiéndole y huyendo de él. Sabía que después de lo que vio hoy, era natural que se acurrucara de él en terror y lo viera como un monstruo.