"¿K-Kai?—ella llamó.
Él no parecía escucharla. Ella sintió sus colmillos clavarse en su piel y ella llamó su nombre más fuerte.
—¡¡Kai!!"
Kai salió del aturdimiento y se retiró como si hubiera sido quemado. Kelly vio su cara, sus ojos y sus colmillos.
El segundo siguiente, él la inmovilizó en la cama y desapareció de frente a ella.
Lo último que escuchó fue la puerta del baño cerrándose con un golpe fuerte.
El corazón de Kelly retumbó contra su caja torácica. Aún no lo habían hecho completamente. ¿Era ese su límite? Pero él se repuso al oír que ella llamaba su nombre.
Su latido del corazón se calmó lentamente. Luego se sentó y miró la puerta del baño.
Se limpió a sí misma y fue al armario y agarró una de sus camisas. Sus ojos se toparon con el espejo y ella observó la herida en su cuello. Un pequeño rastro de sangre estaba fluyendo hacia su pecho.
Al verlo, Kelly se sintió de repente preocupada, preocupada de que Kai podría alejarse de ella después de esto.