El instante en que esas palabras salieron de la boca de Alex, el corazón de Abi se derritió mientras se miraban el uno al otro. La lluvia seguía cayendo y por alguna razón, esto les recordó su primer beso.
Los ojos de Alex cayeron en sus labios. Quería besarla. Pero Abi se le adelantó y sus manos rodearon su cuello y sus labios se estrellaron en los de él. Lo besó salvaje como un cuervo, más salvaje de lo que había sido nunca, que Alex fue tomado completamente por sorpresa. Pero lo primero que vino a su mente fueron las palabras de celebración «¡Sí! Finalmente estamos bien! Finalmente estamos bien».