Capítulo 216: Fiesta (no) sorpresa
Ayer por la noche, Song fue bastante efusiva. Me agradeció que grabara a Ye Bi. Quizás no le sirva mucho, pero al menos puede ver como lo hacen otras. Como inspiración, le puede ir bien.
Ahora, estoy en la cabaña de mis pervertidas. Me han pedido que las ayude a adornar. Para el cumpleaños de Bi Lang. Aunque esta parece un poco desilusionada.
–¿Cómo que no había pastel de crema?– se queja.
–Me dijeron que tenía que ser con una semana de antelación– me encojo de hombros.
–Jo… Y Ye Bi dijo que no podía venir. Que tendríamos que haberla avisado con tiempo. Y encima, no es sorpresa– se vuelve a quejar.
–No se le puede hacer nada. Subimos de etapa, había que organizar el evento… Todo se amontonó. Estará bien, nos divertiremos. Si no, siempre podemos atacar a Kong– la anima Bei Liu.
–Supongo que eso sería una buena idea– sonríe un poco. Algo es algo, aunque sea contra mí.
–¿Siempre tengo que ser yo la víctima?– me quejo.
–Sí.
–Sí.
Se ríen. Es fácil animarla.
–¿Dónde está el artefacto de música? Tendría que ir aquí– pregunto.
–¡Ah! ¡Lo tenía Pen! ¡Vamos a buscarlo!– exclama Bei Liu.
–Tenemos que montar… Apenas hemos empezado– protesta Bi Lang.
–Hay tiempo. Vamos en un momento, y miramos si tienen algo más. Ven, Kong– nos apremia Bei Liu.
–¿Yo también?
–¡No te vas a quedar montando solo! ¡Segura que tramarías algo! Vamos, volveremos enseguida– sale Bei Liu.
Su amiga la sigue sin oponer resistencia. Quería algo especial para su cumpleaños, pero es difícil que haya sorpresa. Y también organizar algo con tan poco tiempo. Por suerte, la cabaña de Fen Huan está cerca.
Llamamos. Nos abre Pen.
–Hola. Creía que estabais montando. Iba a ir a ver si necesitabais ayuda. ¿Queréis algo?– pregunta. Parece genuinamente sorprendida.
–¿Tenías el artefacto de música? Nos haría falta– pide Bei Liu.
–Claro. Pasad. Ahora lo busco– nos invita.
Bei Liu pasa primero. BI Lang justo después. Me acerco ella. Le tapo los ojos.
–¿Kong? ¿Qué haces?– se queja, mientras la hago entrar.
–––¡Felicidades!––– se escuchan varias voces.
Le quito las manos. La beso en la mejilla. Nos mira sorprendida. Especialmente a mí y a Bei Liu.
–¡Traidores! ¡Me habéis engañado!– nos acusa. Aunque parece ilusionada.
–Querías una sorpresa…– le saca su amiga la lengua.
Se la ve emocionada. A mí, me besa. A las demás, las abraza. Incluso a Tai Feng, con permiso de Yawen. No es celosa. Y confía en él.
Bei Liu los invitó, y han venido. También Ye Bi. Era mentira que no iba a venir. Se ríe cuando Bi Lang la acusa. Yan Xiulan parece también divertida. Habíamos pensado que ella también pusiera alguna excusa. Pero es mala mintiendo.
Le hacemos soplar las velas. Y cortar el pastel. De crema. Nos mira acusadora cuando se da cuenta. Solo podemos burlarnos. Está entusiasmada, como una niña.
Lo que no sabía era que Yan Xiulan era capaz de vengarse. Le ha regalado un cinturón de castidad. Bueno, uno falso. En realidad, lo compramos entre ella, Pen, Fen Huan y yo. Nos reímos mucho al verlo. Y encargamos a nuestra joyera que fuera quien se lo diera. Al principio, no quería. Pero cuando le recordaron lo de su regalo, la convencieron.
–¡Rencorosa!– la acusa Bi Lang.
Aunque la abraza. A todos los culpables.
–Tendrás que aprender a quitarlo– me susurra sensual cuando es mi turno.
Aunque no lo dice suficientemente bajo. Nuestra joyera se sonroja. Creo que se ha querido vengar.
A Yawen, se la ve muy divertida. Se integra bien con las demás. Ninguna la desprecia por ser una esclava. Es normal. Todos conocen a Pen, a Ken o a mí. Y hemos hablado de ellos.
Tai Feng parece algo más cohibido. Muchas chicas para él. Que tiene ojos solo para una. Aunque entre Yawen y yo conseguimos que se abra un poco.
No obstante, solo baila con Yawen. Muy pegados. Ninguno de los dos había bailado nunca. Pero sí que tienen mucha confianza en el otro. Y buena coordinación. Entrenan juntos. Como equipo de dos. Pronto se les ves con cierta fluidez.
–Ven Xiulan'er, baila conmigo. Todos los demás son parejas– se queja Ye Bi.
Nuestra joyera asiente. Mientras yo bailo con Pen. Fen Huan con Bi Lang. Y Bei Liu conspira.
En cierto momento, Pen se aparta. Bei Liu coge a Ye Bi. Y a mí me pasan a Yan Xiulan. Ella se sonroja cuando se da cuenta. Pero no tiene más remedio que bailar conmigo. No parece que le disguste. Pero sí se avergüenza. Han conspirado de nuevo contra nosotros.
Yawen acaba bailando con las otras chicas. Tai Feng las mira. Más bien, mira a Yawen.
–Pensaba que exagerabais. Está realmente coladito por ella– susurra Ye Bi, un tanto sorprendida.
No me extraña. Hay mucha devoción en su mirada.
—————
Nos quedamos nosotros cinco para recoger. Los mismos que estábamos ayer. Cuando yo las castigaba por portarse mal. Ellas dejándose castigar.
–Vamos a recoger– propongo.
–Podemos hacerlo más tarde. Ahora, podíamos hace algo más íntimo– me abraza Bi Lang seductora.
Curiosamente, ninguna de las otras ha dicho nada. Bueno, no tan curiosamente.
–No, ya lo hicimos ayer– me niego.
–Pero…– se muestra ella un triste, desilusionada.
Quizás, es la primera vez que le digo que no. Me siento un poco culpable. Pero no ha sido idea mía.
–¿Y si usamos el vale?– interviene Bei Liu.
–¿Vale?– se extraña su amiga.
–Sí, este. Toma el tuyo– le da un papel.
–Vale por un Kong. Caduca una hora después de la fiesta de cumpleaños de Bi Lang– lee en voz alta.
Se la ve sorprendida. Ellas se aguantan la risa.
–¡Sois todos horribles! ¡Habéis conspirado contra mí otra vez!– nos acusa.
–Entonces, ¿no quieres usar el vale?– la provoca Pen.
–¡Claro que sí! ¡Uso mi vale!– exclama.
–Vaya… Si tienes un vale, supongo que no me queda más remedio…– me resigno.
–¡Iiiih!– grita cuando la cojo en brazos por sorpresa.
La llevo a la cama. La dejo allí con suavidad. La beso.
–Has usado el vale, y ahora tendrás que lidiar con las consecuencias. Tendrías que haberlo pensado antes– la amenazo.
–Ten piedad– me pide, ahora ya siguiendo el juego.
–Nunca– me niego.
Así que la desnudo. Juego con ella, untando su cuerpo con la crema que tanto le gusta. Comparto a veces un poco con ella a través de nuestros besos. Y disfruto de su pasión desenfrenada. Quizás, la hemos provocado hoy un poco demasiado. Está más emocional de lo habitual.
Después, las otras también usan su vale. El de Bei Liu dice que la he de follar contra la pared. El de Pen, que me he de someter a ella. El de Fen Huan, justo lo contrario. Eso no estaba antes. Lo han escrito mientras me ocupaba de Bi Lang. Ya me ha parecido que tramaban algo. Bien, supongo que, si el vale lo dice, tendré que hacerle caso.
—————
La fiesta se suponía que era por la tarde. Pero ha sido por la mañana, para sorprender más a Bi Lang. Así que las dejo descansando. Después de besarlas una a una. Tres veces.
Las chicas me exigen todos los detalles. Al fin y al cabo, algunas de mis sugerencias eran en realidad suyas. Y me obligan a bailar con todas ellas. He pedido prestado el artefacto. He puesto la excusa de que iría a ver a Sai. De hecho, lo llevaré.
Wan es un poco torpe, aunque no la dejan escaparse. Rong lo hace a desgana. Bueno, al menos eso parece. No estoy seguro. Ning cuesta que se concentre. Hasta que la amenazo sin sexo. Las chicas han decidido que bailarán todas conmigo. Y que lleven los vestidos que les regalé. Aunque también practican entre ellas. Las gemelas lo hacen de maravilla. Se sonrojan cuando se dan cuenta de que nos hemos parado para mirarlas.
También me hacen bailar con Wei. Bueno, no se le puede llamar un baile. Aunque la niña ríe. Hace tiempo que camina. Y que la tienen que vigilar. Como que no se meta en el estanque de las salamandras. O que no moleste demasiado a Rayitas. Aunque, si se cansa, nuestra tigresa se va. Cosa que no pasa a menudo. Se llevan bien. Por mucho que le coja la cola, no le puede hacer daño.
De hecho, no soy el único que baila con ella. Es la pareja más buscada. Es demasiado adorable.
—————
Por la noche, tengo cita con Sai, Dandan, An, Jiao y Meixiu. Aunque primero, paso a ver a Da Ting, escoltado por Meixiu. Que espera fuera.
No puedo evitar sorprenderme al verla. Lleva el vestido que les regalé. Me mira un tanto molesta.
–Es culpa tuya– me acusa –. Me han hecho ponérmelo. Han dicho que tenías que verlo.
Nunca la había visto así. Aunque parece más avergonzada que enfadada. No sé muy bien qué debo decir. Bueno, supongo que la verdad.
–Te queda bien. Todas juntas debéis hacer un buen equipo– la halago.
–Todas juntas… Sabes, me hicieron posar con ellas– se queja. Aunque se le escapa una sonrisa.
–Me gustaría haberlo visto– reconozco.
Justo después de decirlo, dudo de si ha sido buena idea. Ella frunce el ceño por un momento. Luego suspira. Inflando un poco las mejillas. Como una niña. Bueno, en realidad, sigue siendo una niña.
–Pues toma si quieres verlo– me tira algo.
Lo cojo al vuelo. Ella se gira. Mirando el té que se está haciendo al lado. Sobre unas gemas de qi que lo calientan a la temperatura justa. Reviso la gema que me ha tirado. Se parece a una de memoria. Más bien, una versión más sencilla.
Así es. Solo contiene imágenes estáticas, no en movimiento. Todas de ellas. Posando. Riendo. Da Ting parece resistirse. Pero acaba riendo con ellas en algunas. Se la ve avergonzada. Pero feliz. Todas con la ropa que les regalé.
–Se os ve bien. Más que un equipo, parecéis hermanas– valoro.
Ella se gira un poco para que no le vea la cara. ¿Ha sonreído? Me da la sensación de que no acaba de ser sincera. En algunas de las imágenes, parecía realmente feliz. En otras, parecía estar conteniéndose.
–Da igual. Te la he enseñado porque ellas me lo pidieron. ¿Cómo fue el evento ese que hacéis? Fue ayer, ¿verdad?– me pregunta, cambiando de tema. Oh. Se acuerda.
–Fue bien, aunque no hubo nada especial. Bueno, me enteré de que una pareja se había peleado quince veces en un mes, y se había reconciliado otras quince– le explico, medio riendo.
–¿¡QUINCE!?– me mira sorprendida. Casi se le cae el té.
–Eso me dijeron. Yo tampoco me lo creía, pero me lo confirmó un amigo del novio. Decía que llevan tres meses así– le sigo explicando.
–Increíble…– se queda con la boca abierta –¡Ah! ¡El té!
Lo estaba poniendo. Casi se le sale de la taza. Ha quedado bastante llena. Tengo que acercarme para sorberlo. La oigo reírse por lo bajo.
–¿Te dijeron algo del día que querían celebrar?– le pregunto cuando me siento.
–Sí…– responde, ruborizándose, sin mirarme.
Ya veo. Le contaron todo. No mentían.
–¿Qué vas a hacer?– le pregunto.
–¡Celebrarlo! ¡Da igual la excusa! ¡Quiero hacer una fiesta para ellas! ¿Me ayudarás?– me pide.
–Claro. Aún queda mucho. Piensa qué quieres hacer, y dime lo que necesites. Pen seguro que también nos ayuda. Sabes, el otro día hicimos una fiesta a una amiga. Quería una sorpresa, pero ya sabía que la haríamos, así que tuvimos que engañarla…
Le explico un poco lo que le hicimos a Bi Lang. Se ríe bastante cuando describo la cara que puso. Puede que exagere un poco. Prerrogativa del narrador.
Cuando nos despedimos, está más animada que al llegar. Aunque creo que solo estaba avergonzada. Sobre todo, cuando me ha acabado dando gracias por el vestido.
—————
Cuando llego a su habitación, están todas con el vestido que les compré. Sentadas sobre la cama. Mirándome. Me sonríen.
–¿Nos vas a decir por qué teníamos que llevar hoy el vestido también? ¿Alguna razón no pervertida?– me exige Sai, cruzando los brazos.
–No estáis todas– me niego a responder.
–¡Ya voy, ya voy!– se apresura Meixiu.
Lo tiene preparado. Me quedo mirándola mientras se desnuda y se lo pone. Se sonroja cuando se da cuenta de que la miro. Aunque disimula.
–Ya estoy. ¿Ahora qué?– exige saber.
Dejo el artefacto que he pedido prestado sobre una mesa. Ellas lo miran con curiosidad. Parece que no saben lo que es. Añado qi para activarlo. Comienza a sonar la música. Las miro y hago una reverencia. No sé si la hago bien, pero servirá.
–¿Me conceden este baile?
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