Zoro se acercó a las imponentes puertas del castillo de Cozia y, con un empujón firme, las hizo crujir mientras se abrían lentamente. El chirriar de las bisagras resonó en el silencio del interior, como un eco del pasado del castillo.
Al cruzar el umbral, Zoro se encontró en un pasillo largo y oscuro. Las antorchas que alguna vez habían iluminado este lugar ahora yacían en el suelo, apagadas y cubiertas de polvo, solo dejando las marcas de hollín donde estuvieron. Las telarañas colgaban de las paredes y el techo, testigos silenciosos del abandono que había sufrido el castillo.
Las pinturas que habían adornado las paredes, retratos de antiguos reyes y héroes, estaban desgarradas y descoloridas. Sus ojos parecían seguir a Zoro mientras avanzaba por el pasillo, como si los espíritus del pasado estuvieran observándolo con curiosidad.
Los tapetes que alguna vez habían cubierto el suelo estaban llenos de hongos y deteriorados por la humedad. Sus colores vibrantes habían desaparecido con el tiempo, dejando solo manchas desvaídas y patrones apenas reconocibles.
El suelo mismo estaba marcado por quemaduras y manchas oscuras, como si hubiera sido testigo de un incendio devastador en algún momento del pasado. Las marcas de las llamas se extendían a lo largo del pasillo, creando un contraste sombrío con la opulencia que alguna vez había caracterizado a este lugar.
A medida que Zoro avanzaba por el castillo en ruinas, A pesar de la decadencia que lo rodeaba, sentía que debía seguir adelante, explorar cada rincón.
Cada paso que daba lo llevaba más profundo en el misterio que envolvía este lugar, durante la exploración zoro encontró unas escaleras que al subirlas terminaban inconclusas y destruidas, pero dichas escaleras también llevaban a un sótano…. al adentrarse bajo por 10 minutos en plena obscuridad pero al llegar al último escalón de pronto todo se iluminó automáticamente mostrando pasillos polvorientos con telarañas
La luz iluminó absolutamente revelando un pasillo con varias habitaciones, las paredes eran blancas adornadas con detalles dorados tras caminar un poco zoro observó la puerta de una bóveda, la puerta ya estaba oxidada y en pésimas condiciones y zoro al verla dijo "obstruyes mi camino"
Se acercó a observarla, la puerta era de acero, pero estaba completamente oxidada y corroída, con grandes manchas de óxido que cubrían su superficie.
Zoro se llevó la mano a la barbilla, profundamente concentrado. Durante los últimos días, se había entregado completamente al entrenamiento. Día y noche, meditaba, realizaba ejercicios de agilidad, peso y practicaba con su par de katanas, buscando dominar los estilos de una y dos espadas. Cada movimiento era ejecutado con precisión, cada golpe perfeccionado en su mente y en la realidad.
Después de cada agotadora sesión de entrenamiento, se sumía en una meditación profunda. En esos momentos de reflexión, Zoro se dio cuenta de que la espada iba más allá de ser simplemente un arma. La espada representaba la búsqueda de la perfección, la iluminación y la trascendencia. A medida que perfeccionaba sus habilidades con la espada, también sentía que estaba perfeccionando su ser interior. Cada corte, cada movimiento, era una exploración de sí mismo y del mundo que lo rodeaba recordándose a sí mismo que no es nadie más que Roronoa Zoro.
Ahora, frente a la puerta oxidada y corroída que obstruía su camino, Zoro tomó a sus katanas en manos y cerró los ojos. Se sintió como si fuera uno con ellas, como si fueran una extensión de su propio ser. Con un movimiento fluido y preciso, desenfundó ambas katanas y, en un destello de velocidad y fuerza, cortó la puerta de la bóveda en dos como si fuera mantequilla. Los fragmentos de metal oxidado cayeron al suelo con un estruendo, revelando lo que se escondía detrás de ella.
Con sus katanas en mano las regresó a su cintura y su determinación inquebrantable, continuó explorando las profundidades del lugar.
El estruendo de la caída de la puerta resonó incluso en la distancia mientras yasuke y jonny dialogaban en el bote.
"Escuchaste esa triste historia" pregunto jonny mientras Yosaku fumaba un cigarrillo recostado en la costa.
"Oh si, una lástima la destrucción de la isla, sabes por qué zoro insiste en explorar mientras nosotros esperamos." Dijo yosaku sin darle mucha importancia a la isla.
Jonny le obsevo como si viera a un idiota y dijo. "Por qué si no estamos aquí tal vez vuelvan a querer robar el barco."
Mientras Yosaku abría la boca para responder a jonny un gran estruendo resonó por toda la isla "BOOM" las aves salieron volando de los arbustos y copas de los árboles mientras yosaku y jonny se voltearon a ver. "¿Que ah sido eso?"
El laboratorio secreto en el que Zoro se encontraba era un oasis de exuberante vegetación en medio de las ruinas del castillo. Miles de plantas diferentes, algunas de ellas exóticas y desconocidas, llenaban la sala. Árboles frutales con frutas de colores brillantes se alzaban majestuosamente, y enredaderas serpenteaban por las paredes y el techo.
Zoro observó maravillado la belleza de este lugar, un contraste sorprendente con la decadencia que había visto en el resto del castillo. Las plantas parecían estar en un estado de crecimiento perpetuo, como si el tiempo no tuviera poder sobre ellas.
Se acercó a una de las plantas y la examinó con curiosidad. Era una variedad que nunca había visto antes, con hojas de un verde intenso y flores de colores vibrantes. Parecía vibrar con vitalidad y energía.
Mientras exploraba más a fondo, Zoro notó que algunas de las plantas emitían un brillo tenue, como si estuvieran cargadas de una energía misteriosa. Esta revelación solo aumentó su fascinación por este lugar.
En su mente, Zoro se preguntó sobre la conexión entre este laboratorio secreto y la historia de la isla de Cozia. ¿Qué propósito tenía este lugar y quién lo había creado? Las respuestas a sus preguntas parecían estar ocultas en los secretos de este asombroso laboratorio.
Zoro decidió explorar cada rincón de esta sala, buscando pistas que pudieran arrojar luz sobre el misterio que envolvía a la isla y a su reino desaparecido, encontró un diario y se sentó a leerlo. Mientras tanto, Jonny y Yasuke en la costa, preocupados por el estruendo que habían escuchado, decidieron adentrarse en la isla mientras un par de ojos les observaba en la obscuridad.