Nie Baoshan frunció el ceño y dijo:
—Anciano Cao, ¿podría ser que ese pequeño bastardo de Yang Luo deliberadamente haya difundido noticias falsas? Solo quieren que bajemos la guardia. ¿Realmente esta pequeña bestia no está lisiado?
Nie Baoshan era por naturaleza más cauteloso que Cao Huben.
Los demás también asintieron, pensando que las palabras de Nie Baoshan tenían sentido.
Cao Huben entrecerró los ojos y dijo:
—Creo completamente que este pequeño bastardo realmente ha quedado lisiado. Ya era increíble que este pequeño bastardo pudiera sobrevivir a las manos de un inmortal. No creo que este pequeño bastardo pueda recuperar nunca su fuerza máxima.
Hubo una pausa.
Cao Huben continuó: