—Sin embargo, en el momento en el que terminaron de hablar… ¡Pa! Yang Luo había enviado directamente una bofetada.
—¡Ahh!! —gritó Harmandy de dolor—. Y fue mandado volando varios metros.
—En un instante… Todo el lugar quedó en silencio. Todo el mundo miró a Yang Luo con horror. Unos minutos más tarde… El lugar entero se volvió ruidoso.
—¡Dios mío, estoy alucinando?! —exclamó alguien—. ¡¿Este chico del País Hua realmente le ha dado una bofetada al Príncipe Harmandy?!
—Este chico está loco. ¿Cómo se atreve? ¡Es un príncipe de Dibai!
—Se acabó, se acabó. ¡El asunto de hoy ha explotado!
—¡Este chico probablemente no podrá salir vivo de Dibai! —exclamaron aterrorizados. Todo el mundo miraba a Yang Luo con shock y miedo.