Todos se dieron la vuelta y vieron a un grupo de personas caminando hacia ellos.
Al frente estaban Hong Yunzhi y Hong Zekai.
—¡Maestro de la Alianza Hong! ¡El Maestro de la Alianza Hong está aquí!
—¡Dios mío, este asunto realmente alarmó al Maestro de la Alianza Hong?!
Todos exclamaron, sus ojos llenos de sorpresa.
Cuando Qiao Jingsong, Chen Qingshan y los demás vieron llegar a Hong Yunzhi, se detuvieron y se apresuraron a acercarse a él.
—Maestro de la Alianza Hong, ¿por qué está aquí?
Qiao Jingsong se inclinó ligeramente y preguntó respetuosamente.
Hong Yunzhi resopló fríamente y dijo:
—¡Viejo Qiao, si no hubiera venido, no habrías volteado el mundo de cabeza!
Al hablar, Hong Yunzhi caminó hacia Yang Luo. Se inclinó un poco y dijo:
—Sr. Yang, lo siento. Hubo un atasco en el camino. ¡Llego tarde!
Al ver esta escena, todos los presentes se sorprendieron y se quedaron atónitos.