Tras entrar en la cámara central de la antigua biblioteca, Sunny sintió que su emoción disminuía un poco. Las losas de piedra parecían estar intactas desde el exterior, pero al mirar más de cerca no estaban en el mejor estado.
La Sibila Profanada también había causado estragos en esta cámara. Muchas losas estaban destrozadas, algunas convertidas en escombros, otras en polvo. Todo el lugar era un desorden, con profundas grietas adornando sus muros y el techo. Había charcos profundos en el piso y la oscuridad fría que envolvía la cámara resonaba con el sonido del agua cayendo.
Aun así... también había muchas losas que estaban intactas.
Cassie permaneció inmóvil por unos momentos, luego suspiró y se sentó sobre un montón de escombros relativamente seco.
Sunny le lanzó una mirada.
—¿Qué, no vas a ayudarnos a buscar? —preguntó.
La chica ciega sonrió.
—Estoy buscando —respondió.
Él tosió y se giró torpemente.