—Sunny soñó con una pirámide negra —murmuró con temor.
Sombría y envuelta en oscuridad, se elevaba de un mar de arena impecablemente blanca como una montaña altísima. Sus pendientes eran como vastas llanuras, y su afilada cima era como una lanza que perforaba los cielos. Delineada contra el fondo del cielo estrellado, la pirámide era como una grieta negra en el tejido del mundo.
Su edificio estaba construido de millones de colosales bloques de piedra. Cada bloque era más oscuro que la oscuridad misma y perfectamente alineado, sin dejar huecos entre ellos. Y cada uno de ellos... cada uno...
—Sunny sintió un frío terror apoderarse de su corazón.
Cada uno de los bloques de piedra... era una Semilla de la Pesadilla. Había millones de ellas, algunas ya floreciendo, otras aún esperando su turno para hacerlo. En la base de la pirámide, las Pesadillas eran superficiales y débiles. Más arriba, eran desgarradoras e insondables. Y aún más alto...