La piloto no tardó mucho en despedirse de sus camaradas. A esas alturas de la campaña, todos habían experimentado pérdidas y derrotas... los soldados aún no se habían insensibilizado al ver gente morir, pero ya se habían acostumbrado a ello.
La muerte siempre había rodeado a quienes luchaban contra el Hechizo de Pesadilla, y aquí en la Antártida, era aún más ineludible, tanto para los Despiertos como para los mundanos.
Cuando la joven regresó, sin embargo, una expresión confusa apareció en su rostro. Sunny levantó una ceja.
—¿Qué? —preguntó.
La piloto señaló.
—Eh... ¿dónde está mi MWP?