La verdadera oscuridad era diferente de la luz y las sombras.
Las sombras existían en lugares donde la luz estaba oscurecida o no podía alcanzar. Si la sombra era vasta y profunda, las personas la confundían con oscuridad, pero realmente solo era la ausencia de luz.
La verdadera oscuridad, sin embargo, era más que eso. Era una fuerza elemental propia, una que era tanto independiente como opuesta a la luz. En lugar de una simple falta de luz, la oscuridad pura era su rival.
Y como la luz y las sombras siempre iban de la mano, también era enemiga de las sombras... por extraño que parezca.
Por eso Sunny repentinamente sintió el frío toque de la inquietud cuando descubrió su presencia.
La verdadera oscuridad era extremadamente rara y misteriosa. Solo la había encontrado una vez antes, en la catedral en ruinas de la Ciudad Oscura, donde había sido engendrada y controlada por el guardián de la catedral... el Caballero Abandonado. El bastardo que lo había desviscerado como a un cerdo.