La ceremonia de apertura del torneo se suponía que iba a ser un evento espectacular, con miles de retadores, cada uno de ellos un talentoso Luchador Despierto, reunidos en el magnífico patio central del ilusorio Bastión. Poco más de mil de ellos participaban en la competencia individual, y el resto eran miembros de cohortes competidoras.
El representante del Gran Clan Valor les dio la bienvenida y pronunció un breve discurso, tras el cual una persona andrógina de edad indeterminada con exquisitas prendas de seda, el excéntrico Santo responsable de crear el Dreamscape, hizo lo propio. Este Trascendente tenía un rostro hipnóticamente bello que, por alguna razón, estaba cubierto con una cantidad irrazonable de maquillaje, y un porte gentil, casi afeminado.
Si Sunny estuviera allí, reconocería su agradable voz como la que leía todos los anuncios en el Dreamscape.
Pero él no estaba.