Después de beber lo suficiente, Nephis se sentó en silencio al borde de la piscina por un momento, mirando hacia la distancia.
Sin embargo, sus ojos se movían, como si estuvieran leyendo un libro invisible que flotaba en el aire sobre las aguas calmadas.
Algún tiempo después, una pálida sombra de una sonrisa tocó sus labios.
—Ese tipo... hizo algo loco de nuevo, ¿verdad?
Cerró los ojos e inhaló profundamente.
—¿Cómo es tan rápido...
En los últimos meses... ¿años, vidas?... pasando a través del Reino de los Sueños, rodeada de nada más que dolor y derramamiento de sangre, Nephis había comenzado a dudar de los recuerdos de su vida anterior. A veces, todo parecía algo que simplemente había imaginado... un sueño agridulce que había inventado para escapar de los horrores del mundo real. Este mundo.
El mundo de pesadillas interminables.