La aparición se mantuvo inmóvil, congelada en su lugar por el silencioso comando de Sunny. Podía ver su rostro reflejado en sus oscuros ojos, aún más pálido de lo habitual, gotas de sudor brillando al sol. La criatura estaba completamente quieta, toda su aterradora fuerza encadenada por las cuatro simples palabras que Sunny le había susurrado.
Estaba... esclavizada. No importa cuán poderosa fuera la extraña abominación, ninguna cantidad de poder podría permitirle desobedecer la orden de su nuevo amo.
...Sunny.
Al robarle su rostro y sus poderes, la criatura también había heredado su Habilidad Innata, el Vínculo de Sombra. Sunny había hecho uso de ese vínculo para subyugar al diablo, y ahora estaba a su merced.
Por ahora, al menos.
Con un gesto de dolor, Sunny cayó al suelo y tomó un jadeo ronco.
—Eso… eso estuvo cerca.