—Víctor, realmente me pregunto si fue la decisión correcta que mi mamá te trajera aquí —Siena preguntó—, estaba sentada junto a Lacus y Pimienta.
—¿Oh? —Escáthach miró a su hija con ojos curiosos.
—¿Hmm? —Víctor, quien estaba sentado en un sofá junto a Violeta, Rubí y Sasha, miró a Siena con una mirada desinteresada.
—Pregunta —continuó con la misma mirada desinteresada—, luego agregó: ¿Eres la propietaria de esta mansión?
—No —Siena negó.
—Entonces, ¿por qué te metes en asuntos que no te conciernen?
—... —Pimienta se inundó de un sudor frío al escuchar lo que dijo Víctor.
Violeta y Sasha miraron a Siena con una mirada neutral.
—Je~, estos últimos dos días, todo lo que has hecho es simplemente…jugar con tus esposas… —Quería ofenderlo, pero no quería ofender a sus esposas, quienes eran sus amigas. Al final, no sabía qué decir—. No puedo dormir por el ruido.
—Estoy haciendo lo que tu madre me pidió que hiciera… —Víctor soltó una mueca—, Estoy relajándome~.