Ajenos a lo que ella tenía en su mente, Jasper se impacientaba al no recibir respuesta alguna de ella. Se acercó más a Ella, buscando explicar las circunstancias que rodeaban el accidente. —Estaba lloviendo fuerte anoche. La visibilidad era pobre, y de repente te cruzaste frente a mi coche.
Sin embargo, su intento de aclaración solo alimentó su inmediata réplica, una respuesta aguda y defensiva que cortó el aire.
—¿Uh, estás intentando culparme? —replicó ella al instante—. No me viste y me golpeaste con tu coche. ¿Estás intentando decir que es mi culpa?
—No, no quise decir eso —Jasper, sintiendo el peso de su escrutinio, apretó sus dientes en frustración. A pesar de sus intentos de difuminar la situación, las preguntas incisivas de Ella irritaban sus nervios. La fachada controlada que mantenía amenazaba con resquebrajarse, revelando la molestia que subyacía. Sin embargo, mantuvo la calma, ya que no quería arrastrar este problema más lejos.