Su felicidad no duró mucho, ya que los policías encontraron más pruebas en contra de Cristóbal y lo llevaron a interrogatorio. Cristóbal había estado detenido por más de 24 horas y aún no había sido liberado. Se le prohibió reunirse con alguien hasta que terminara el interrogatorio.
A medida que pasaban las horas, la inquietud y la frustración de Abigail crecían. Estaba en la oscuridad sobre la naturaleza de las pruebas que la policía había encontrado y se sentía impotente, sin poder hacer nada para ayudar a su marido. Intentó obtener permiso para visitarlo, pero se encontró con autoridades inflexibles que le negaron el acceso. Todo lo que podía hacer era esperar, su preocupación e incertidumbre aumentaban.
El estrés y la ansiedad comenzaron a afectar la salud de Abigail. Comenzó a experimentar dolor abdominal, y el sangrado comenzó, empeorando su situación. Al reconocer la gravedad de la situación, fue llevada de urgencia al hospital para recibir atención médica inmediata.