"La mente de Viviana estaba consumida por la sospecha; sus pensamientos estaban fijados en la posibilidad de que Britney fuera el enemigo oculto que orquestaba el caos en la vida de Cristóbal. Aunque deseaba confiar en Cristóbal, sentía que hacerlo sin pruebas concretas se volvería en su contra.
Cristóbal nunca creería en esta teoría.
Viviana entendía que necesitaba reunir pruebas irrefutables antes de presentarle sus hallazgos. Britney era una buena actriz que podía convencer a todos de que era una persona agradable y comprensiva. Pero Viviana no se dejaba engañar. Tenía la sensación de que Britney escondía algo, y estaba decidida a descubrir qué era.
Con una determinación inquebrantable, Viviana marcó el número de Cristóbal.
—Hola.
—Chris... Um... No me siento muy bien. Me duele la mano. ¿Puedes venir a buscarme? Siento molestarte. Si estás ocupado, llamaré al conductor.
Viviana habló lo más suavemente que pudo, fingiendo ser lamentable.
—Voy para allá.
Beep...