Abigail estaba completamente asombrada. Siguió escuchando su fuerte latido del corazón.
Lub-dub-lub-dub…
Levantó ligeramente la cabeza y lo miró, quien también la miraba desde arriba.
Su mirada era tierna, como su expresión. No parecía haber estado enfadado hace solo un momento.
¿Cómo pudo su actitud cambiar tan abruptamente?
Lo miraba a los ojos aturdida. Sus pensamientos estaban quietos, enfocados en él.
Él acarició su mejilla. —Planificaré otro viaje pronto —murmuró.
Su aliento cayó sobre sus pestañas, que temblaron ligeramente.
—Solo dame un poco de tiempo para poner las cosas en orden —agregó, su voz tan suave como antes.
—Um… está bien… No estoy pensando en el viaje. Es un alivio que estés bien —Escogió cuidadosamente sus palabras, temiendo que él se enojara nuevamente con ella.
A ella le gustaba este lado tranquilo y tierno de Cristóbal, no su mirada furiosa. Este lado de él la hacía sentir a gusto.
Se enamoró de él nuevamente cuando lo miró a los ojos.