—Estoy embarazada. Estoy embarazada, estoy embarazada.
Me repetía esas palabras a mí misma durante todo el día. Todavía no podía creerlo, ni tampoco Irene. No dejaba de repetir que iba a ser abuela. Toda su cara se iluminó y nunca la había visto tan feliz antes.
—Necesito decírselo a Lothaire —dijo emocionada—. Volveré muy pronto. Y entonces se fue dejándome sola para encontrar una manera de decirle a Lucian.
¿Estaría él feliz de tener un hijo en este desastre? Nunca había mencionado nada sobre querer tener un hijo, lo que me preocupaba un poco. De alguna manera, sentía que él no estaría emocionado.
Traté de imaginar su reacción en mi cabeza varias veces, pero no podía determinar cómo sería su expresión.
—Ylva. Estoy embarazada —le dije mientras ella me preparaba para la noche.
Ylva me miró a través del espejo. Sus ojos brillaron con sorpresa y felicidad.