El brillo rojo persistía en la mente de Lukas como un enigma que lo obsesionaba. Cada vez que cerraba los ojos, podía verlo, sentirlo casi como una llamada que resonaba en lo más profundo de su ser. Se despertó abruptamente cuando su madre salió y lo encontró recostado en el árbol. Rápidamente inventó una excusa para entrar a la casa, evitando una larga charla con su madre. Con pasos apresurados, se dirigió a una esquina apartada de la casa, pero el brillo persistía, parecía omnipresente, como si estuviera en todas partes al mismo tiempo.
Aunque el brillo estaba claramente en el interior de la casa, Lukas sentía que podía verlo desde cualquier lugar, incluso antes de entrar. Una vez dentro, se sintió atraído hacia el resplandor rojo que parecía emanar de la despensa. Entre cajas, medicinas y objetos antiguos, resaltaba un baúl que su padre había traído. Lukas sintió que ese baúl contenía la clave para comprender el misterio del brillo rojo.
Con su curiosidad en aumento, Lukas se acercó al baúl y trató de abrirlo, pero estaba cerrado con fuerza. Frunció el ceño, frustrado por su falta de acceso. Su intento fallido lo llevó a preguntar a su madre si tenía la llave. Sin embargo, ella negó haber tocado esa vieja cosa. Siguiendo su intuición, se acercó a su padre, sintiendo un poco de aprehensión, pero sabiendo que era la mejor opción.
Lukas le planteó a su padre la misma pregunta sobre la llave. Su padre lo miró fijamente y le cuestionó por qué estaba interesado en el baúl. Explicó que lo había cerrado porque no contenía nada que les fuera útil, ya que no eran objetos de ellos. El tono de su padre transmitía una mezcla de seriedad y precaución. A pesar de sentirse frustrado por la respuesta, Lukas aceptó la realidad de que su padre no tenía intenciones de revelar el contenido del baúl.
Aunque aceptó las palabras de su padre, Lukas seguía sintiendo una fuerte atracción hacia el baúl. Aquel brillo rojo lo atormentaba con su presencia constante. Esa noche, antes de rendirse por completo, volvió a la habitación donde el baúl estaba resguardado. Intentó de diversas maneras abrirlo, pero ninguna parecía tener éxito. La cerradura permanecía obstinadamente cerrada.
Con sentimientos encontrados de frustración y determinación, Lukas decidió que continuaría su búsqueda para abrir el baúl al día siguiente. Se retiró a su habitación, pero el brillo rojo parecía seguirlo, como si se hubiera arraigado en su mente y se negara a desaparecer. A medida que cerraba los ojos, podía verlo incluso en la oscuridad de sus pensamientos.
La noche transcurrió en un estado de agitación, y Lukas finalmente se sumió en un sueño inquieto. Sin embargo, sus sueños estaban llenos de visiones extrañas y fragmentos del brillo rojo. Voces susurrantes parecían llamarlo, pero las palabras eran indescifrables. La sensación de estar atrapado en un enigma que no podía resolver lo persiguió incluso en su descanso.
…
Cuando finalmente amaneció, Lukas se despertó con la mente nublada y el recuerdo confuso de sus sueños. Sabía que tenía que encontrar una manera de abrir el baúl y descubrir la conexión entre ese misterioso objeto y el brillo rojizo que en este punto, se había vuelto una obsesión para Lukas. Desde la mañana, lo había estado persiguiendo, afectando incluso su estado mental y emocional. Sentía una irritación constante, un impulso incontrolable de resolver el misterio detrás de ese brillo. Se volvió más impulsivo, apresurado en sus respuestas y comportamientos, lo cual era completamente inusual para él.
Durante el desayuno con sus padres, Lukas se mostraba inquieto. Movía la pierna constantemente, mordía sus uñas, y apenas podía mantener una conversación coherente. Su padre notó el cambio en su actitud y le preguntó con curiosidad: "¿Qué te pasa, Lukas? Te noto bastante alterado últimamente."
Lukas se encogió de hombros, sin mirar a su padre a los ojos. "Nada, solo estoy tratando de resolver algo."
La tensión en la mesa era palpable, y Lukas apenas tocó su comida antes de levantarse y apresurarse a la ubicación del baúl. Sus pasos eran agitados y ansiosos. No podía quitarse de la cabeza la imagen del baúl y el brillo que lo rodeaba.
Después de varias horas de intentos infructuosos para abrir el baúl, Lukas se dio cuenta de que estaba perdiendo la noción del tiempo. Miró el reloj en el corredor y se sorprendió al darse cuenta de que habían pasado dos horas desde que había entrado en la habitación. Suspiró, frustrado consigo mismo por permitir que su obsesión lo consumiera de esa manera.
Sentado en el suelo, Lukas reflexionó sobre su comportamiento. Sabía que esto no era normal, que nunca había sentido una urgencia tan abrumadora antes. Cerró los ojos y se concentró en su respiración, tratando de calmarse. Pero el brillo rojo seguía ahí, titilando en su mente, llamándolo.
Decidió que era momento de hablar con su padre nuevamente. Aunque había sido rechazado antes, sentía que no tenía otra opción. Su impaciencia y curiosidad lo estaban llevando al límite. Se acercó a su padre y le preguntó en voz baja: "Papá, ¿por qué es tan importante para ti que no abra ese baúl?"
Su padre suspiró, aparentemente cansado por la persistencia de Lukas. Miró fijamente a su hijo antes de responder con sinceridad: "No quiero que te obsesiones con lo que hay dentro. Es algo que debe permanecer cerrado, Lukas."
Lukas notó algo en los ojos de su padre, una mezcla de preocupación y determinación. Comprendió que su padre estaba tratando de protegerlo de algo, aunque no entendía completamente el motivo. A pesar de su frustración, Lukas asintió y se retiró en silencio.
Con la negativa de su padre resonando en su mente, Lukas comenzó a buscar la llave por la casa. Registró cajones, habitaciones y rincones, tratando de encontrar la llave que finalmente le permitiría abrir el baúl. Sabía que sus padres no tenían un lugar específico para guardar cosas importantes, lo que dificultaba su búsqueda.
Finalmente, en un cajón lleno de objetos olvidados y en desuso, Lukas encontró la llave. Estaba mezclada con otras llaves, pero se destacaba por su color oscuro y detalles sutiles. Lukas tomó la llave en secreto, sintiendo que estaba a punto de descubrir la verdad detrás de todo esto.
Se dirigió de vuelta a la habitación donde estaba el baúl. Cerrando la puerta detrás de él y con las manos temblorosas, insertó la llave en la cerradura y giró. El baúl se abrió lentamente, y el brillo rojo pareció intensificarse. El arma reposaba allí, brillando con una luz siniestra y embriagadora.
Lukas extendió su mano hacia el arma, pero en el momento en que lo tocó, un dolor punzante lo recorrió. Quiso soltarlo, pero sus dedos parecían pegados al mango. El arma parecía fusionarse con su mano, y Lukas sintió como si algo más allá de su control estuviera sucediendo.
En su mente, pensamientos y gritos resonaban. "¡¿Qué está pasando?! ¡¡No lo puedo soltar!!" Las voces se mezclaban con la agonía del dolor y la sensación de estar atrapado. Lukas estaba asustado y confundido, luchando por comprender la magnitud de lo que había desencadenado al abrir ese baúl.
Lukas cayó al suelo, su cuerpo temblando y sus lágrimas mezclándose con la confusión y el dolor. Mordió sus labios con fuerza, luchando por no gritar y alertar a sus padres que estaban a solo unos metros de distancia. Apretó con fuerza el arma en su mano, sintiendo como si estuviera sosteniendo cristales rotos que amenazaban con desgarrar su ser. El brillo rojo se desvaneció de su visión, pero la voz que había estado oyendo en su mente pareció volverse más clara y definida.
La voz, de tono neutral y ligeramente femenina, resonó en su mente: "Iniciando... Reconociendo sujeto. Detectada posibilidad de 9no portador... Midiendo Compatibilidad... Insuficiente... Midiendo posibilidad de avance... ERROR. ERROR. ERROR. Presencia de sangre corrupta mixta detectada en el sujeto... procediendo... Compatibilidad adaptada..."
Lukas yacía en el suelo, en apariencia desmayado, pero en su interior, estaba siendo arrastrado por visiones que parecían más reales que nunca. Los "sueños" que había tenido antes ahora cobraban vida en su mente, a una velocidad asombrosa. Vio cómo un planeta entero se desmoronaba en un caos de destrucción y desesperación. Lo vio reconstruirse, solo para ser destruido una vez más en un ciclo interminable.
El dolor punzante que había experimentado parecía insignificante en comparación con la avalancha de imágenes y emociones que lo abrumaban. Sentía como si estuviera siendo transportado a través del tiempo y el espacio, siendo testigo de eventos que trascendían su comprensión. Su mente luchaba por asimilar la magnitud de lo que estaba viendo, y sus emociones se agitaban en un torbellino de confusión y miedo.
A medida que las visiones continuaban, Lukas comenzó a sentirse atrapado en una espiral de caos y desesperación. No podía apartar la mirada de las imágenes que se desplegaban ante él, cada una más aterradora que la anterior. El mundo parecía desmoronarse una y otra vez, y Lukas estaba atrapado en el centro de todo.
El tiempo pareció perder su significado mientras Lukas era arrastrado más y más profundo en las visiones. No podía escapar de la tormenta de imágenes y sensaciones que lo rodeaban. Era como si estuviera siendo arrastrado por una corriente imparable, incapaz de detenerse o comprender lo que estaba ocurriendo.
Y entonces, en un instante, las visiones se detuvieron abruptamente. Lukas se encontró de nuevo en la habitación, su cuerpo temblando y su mente agotada. El arma yacía en el suelo a su lado, silenciosa y quieta. El brillo rojo había desaparecido por completo, dejándolo con una sensación de vacío y confusión.
Se sentó lentamente, apoyándose en la pared, mientras trataba de recuperar el aliento. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones y preguntas sin respuesta. ¿Qué había sido todo eso? ¿Qué significaban esas visiones? Lukas se sentía abrumado por la magnitud de lo que había experimentado.
La voz del sistema resonó nuevamente en su mente, pero esta vez en un tono más suave y reconfortante: "Sujeto, Lukas, estás bien. Has sido sometido a una experiencia única. Tu compatibilidad con el arma del juramento ha sido adaptada para permitir la integración completa debido a una anomalía en tu potencial genético, tu sangre se encuentra contaminada, lo cual debería haberte causado serios daños en diferentes niveles, pero pareces haber desarrollado un sistema el cual poseía con anterioridad esta sangre de forma diluida, por lo cual se te ha considerado apto para ser el portador del juramento. Estás ahora unido a un legado ancestral."
Lukas apenas podía procesar las palabras. Estaba aturdido, su mente todavía girando por las visiones que había presenciado. Miró el arma en el suelo, sintiendo una extraña conexión con ella. No sabía qué significaba ser "unido a un legado ancestral" …..