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Antes de que Chris y el demonio rey comenzaran su batalla cuerpo a cuerpo, Hikel había mostrado sus poderes recién descubiertos, mezclando su sangre con su control de sangre absoluto. Había creado bolas de sangre del tamaño de un puño que caían como lluvia sobre los hombres lobo enemigos y hacían explotar toda el área.
Estuvo llena de humo durante unos momentos. Cuando el humo empezó a disiparse, había una persona en particular que había salido blandiendo ambas hachas al lado de su cabeza.
—¡Dime, qué le hicisteis a Hinto! —gritó Shinto con todas sus fuerzas, mientras lanzaba el hacha hacia el vampiro. Se desplazó rápidamente y se apartó del camino. Vio una apertura y Hikel golpeó cuatro veces en uno a su lado.
Los golpes eran fuertes, llenos de gran poder ya que se podía ver un aura roja saliendo del otro lado, pero el cuerpo de Shinto era completamente sólido, y ni siquiera lo había movido. Fue una sorpresa para Hikel.