La voz era una que Minny reconocía bien, en la mayoría de las situaciones ella siempre estaba feliz de ver a esta persona, sin embargo, al escuchar la voz, reconoció algo. Sonaba extrañamente calmada, pero en realidad no era así en absoluto.
—Papá... —Minny dijo cuidadosamente mientras levantaba la mirada.
La persona que había llegado no era otro que su padre, Quinn. Regresaba del bosque después de lidiar con las bestias, quería buscar a su familia, preguntándose cómo estaban y qué había sucedido durante su breve ausencia.
Al atravesar el asentamiento, Quinn pudo escuchar el nombre de su hija ser gritado varias veces. Naturalmente, esto le pareció extraño, y lo llevó a donde estaba ahora.
Ahora sus ojos estaban fijos en las heridas de Minny, ni siquiera estaba mirando su rostro. Los ojos tranquilos hacían que Minny temblara un poco, porque podía decir que bajo esa voz calmada haciendo una pregunta, él estaba furioso.