Cuando usaba su arma del alma y absorbía la energía de los que la rodeaban, Layla debía tener cuidado. En primer lugar, sabía que no todos practicaban Qi. Sería muy peligroso quitarles una gran cantidad de esas personas, ya que era su fuerza vital.
Afortunadamente, había más que suficientes personas alrededor, para que el proceso solo los debilitara temporalmente. Desafortunadamente, tomar esa energía no fue fácil. Funcionaba de manera similar a su habilidad de telequinesis. Donde tenía que usar su habilidad en cada uno como si estuviera levantando una fuerza de ellos.
Después de absorber tanta energía, Layla se quedó allí y adoptó una postura con su espada. Su piel parecía estar algo brillante, haciendo que la espada negra resaltara aún más.