—Tengo más malas noticias. —Dijo Solus—. El hijo de puta llevaba un dispositivo de camuflaje que me impidió notar antes que tiene un Núcleo de Sangre. Kwart es un esclavo.
Sin que ella lo supiera, Solus estaba completamente equivocado. Deirus había predicho cómo irían las cosas y qué tipo de demostración habría optado por el Rey hasta el más mínimo detalle.
No solo había obligado a todos los Archimagos de su grupo a practicar la primera magia como locos y a transmitirse los consejos que habían recolectado toda su vida, sino que también había contratado a un Vampiro de sus contactos en las Cortes para darles justo lo necesario para la tarea a mano.
Los vampiros no tomaban esclavos fácilmente, ya que les restaba el poder que otorgaban a sus sirvientes, pero el precio que pagó Deirus permitiría al no muerto seguir disfrutando de su lujosa vida y al mismo tiempo mantenerse al margen de la guerra.
—Jódeme de lado. —respondió Lith mientras los susurros llenaban la habitación.