"Al mirarlo nuevamente después de tantos años, Rosalie sintió una ola de emociones que nunca antes había experimentado. Estas emociones eran difíciles de describir con palabras.
Rosalie mantuvo su expresión tranquila, mirando sus penetrantes ojos aunque sentía que sus piernas la abandonaban.
Después de unos segundos más, dijo suavemente, aunque su tono emitía una advertencia silenciosa, —¡Si solo quieres mirarme sin hablar, sería mejor que te vayas!
Giró su cuerpo para fijar su mirada en el claro lago mientras intentaba calmar su mente. Pero deshacerse del miedo y la preocupación que envolvían su corazón era espinoso.
Por alguna razón desconocida, se sintió avergonzada de sí misma porque, en primer lugar, se le acercó con malas intenciones, queriendo matarlo. ¿Cómo se atreve a presentarse ante él!?
La mano de Rosalie se apretó fuertemente, sintiendo enojo hacia sí misma y el escenario que la vida le había dado.