—¿Q-Qué estás tratando de decir? —preguntó Scarlett, sintiéndose desconcertada por sus palabras ambiguas.
Alex tomó otro respiro profundo: —...Cuando te vi por primera vez, pensé que te había conocido. Sin embargo, estaba equivocado. ¡No fuiste tú a quien conocí la última vez, sino alguien que se parecía mucho a ti!
Scarlett de repente se sintió tensa. —¿Conociste a alguien que se parece a mí? —preguntó.
—¡Sí! —Alex sonrió.
—¿Quieres decir, conociste a Roland Gilwynn? —Xander, que también estaba curioso por lo que Alex intentaba decir, finalmente intervino.
—¡Maldita sea! De hecho, te pareces a Su Alteza... —Alex no pudo contener su asombro. Cerró la boca mientras miraba de cerca a Scarlett y se dio cuenta de lo sorprendente que era el parecido: sus ojos, cabello y cara eran muy similares a los del padre de Simón. —T-Tú, ¿cómo puedes ser tan parecida a él? —preguntó aún incrédulo.