Ella tomó otro sorbo de su café, mirando fijamente la puerta, esperando que sus enemigos aparecieran. Podía sentir la mirada de Logan en ella, pero no se giró para enfrentarlo.
—Señora, ¿está segura de esto? —preguntó Logan, rompiendo finalmente el silencio entre ellos—. Esto parece un juego peligroso que jugar.
Logan preguntó aunque no tenía idea de lo que Scarlett quería decir cuando de repente le pidió que fuera a un café, disfrazado con una peluca rubia oscura falsa y un bigote, en lugar de estar preparándose para regresar a la capital. Si su maestro descubre esto, su maestro podría enviarlo a la puerta del infierno.
—¡Te dije que disfrutes de tu café! —Scarlett respondió firmemente.
Logan asintió, pero su expresión seguía preocupada. Scarlett sabía que estaba preocupado, pero no tenía más remedio que correr el riesgo. Tenía que saber quién era su enemigo, sin importar el costo.
Poco tiempo después...