Jeslyn agarró el portátil de él y miró detenidamente la imagen. Efectivamente, se parecía al 100% a su esposo. Su corazón se sumió en un caos mientras luchaba por creer y no creer el hecho que tenía delante.
Las lágrimas se deslizaban por sus ojos mientras empezaba a sacudir la cabeza en negación.
—Imposible —murmuró, luego gritó—, ¡¡¡esto no es verdad!!! —Se levantó de un salto y arrojó el portátil al suelo con todas sus fuerzas, luego miró a Reuben como una mujer loca—.
—¡Mi esposo sigue vivo! ¡Maverick sigue vivo! Lo sé. No puedo y nunca creeré nada que venga de ti. Eres una persona engañosa y malvada. Jajaja…Reuben, Maverick vendrá por ti y te matará—
—¡¡Basta!! —Finalmente gritó con ira seduciendo su rostro—.
—¿Qué tiene él de bueno? ¡Te conocí antes de que él lo hiciera! Yo era el tercer niño en esa isla hundiéndose. Te vi primero y me gustaste —gritó, luego caminó hacia la pared de cristal con la espalda vuelta hacia Jeslyn, y dijo—.