—Otra forma de recolectar miedo de él es… —Amarilla se arrastró hacia la ventana y la abrió, luego miró hacia abajo— ¡Vaya! Es una gran altura. El lugar perfecto para lanzar a la gente.
Lo dijo de manera tan pasiva como si estuviera hablando del clima. Miró hacia Valen y preguntó. —¿Qué opinas de mi brillante idea? Te garantizo que te rogará perdón.
—Si eso funciona, entonces lo acepto.
—¡Perfecto! —Amarilla sonrió.
Mientras los dos discutían cómo matarlo, Davis miraba de uno a otro. Simplemente era increíble que un niño tan pequeño hablara de matar a alguien de manera tan relajada.
Se sacudió la cabeza, 'solo están fanfarroneando', se consoló a sí mismo. Sin embargo, recordando lo bien que Valen había manejado su pistola antes, Davis no pudo convencerse de que el niño estaba mintiendo.