Capítulo 8: 8. Solo quiero ayudar
POV ADELE
André había salido de casa hace menos de cinco minutos, y tenía decidido a seguirlo para saber donde vivía Samantha, o al menos donde se quedaba en este momento.
Puede ser que parezca una acosadora en este momento, pero si algo tengo más que claro, es que esa chica no está bien, lo único que quiero es que esté mejor, y para eso se necesita más gente pendiente de ella.
Por otro lado, sé que de pasarle algo a esa chica, a André le afectaría, y no quiero que le pase algo a mi nieto después de lo que le pasó a mi hija, ya lo pasaron bastante mal cuando fue lo de ella.
Estaba preparada para salir de la casa cuando mi yerno se queda mirando para mi sorprendido y con Stella en brazos.
-Adele ¿A dónde vas?
-Necesito salir un momento y como me interrumpas más voy a perder a tu hijo de visa.
- ¿Vas a seguir a André? ¿Por qué?
-Necesito saber donde vive la chica, nada más.
-Probablemente lo hayas perdido, y no creo que tengas ganas de ir medio corriendo.
-Si pudiese lo haría.
Con eso cogió las llaves del coche y me hizo una seña para que lo siguiera. Metió en el coche a Stella y en cuanto le puso el cinturón, me abrió la puerta para que me metiese en el coche.
Después de un par de minutos de haber arrancado, puedo ver a André un par de metros delante del coche, por lo que Jack baja la velocidad y lo seguimos en la distancia.
- ¿Ahora me puedes decir porque quieres saber donde se está quedando la chica?
-Como dije ayer, esa chica lo está pasando mal, y cuanta más gente esté pendiente de ella, mejor.
-No creo que la madre esté en un mejor espacio mental que ella.
-Lo sé, y por eso antes de decir nada me aseguraré de que está bien. No le voy a decir que su hija se autolesiona ni que probablemente tenga anorexia.
- ¿Estás segura de eso último?
-Casi, pero de eso me aseguraré después de unas cuantas preguntas.
-Espero que no tengas razón, de verdad te lo digo.
-Y yo, pero dudo que en este caso esté equivocada.
-También lo sé.
En cuanto André timbra a la puerta, aparece una mujer en la entrada de la casa con una gran sonrisa y después de un par de palabras, veo como Samantha y otra chica salen de la casa y empiezan a andar en dirección contraria al coche.
-Bueno, ahora que sabes donde viven, ¿Qué vas a hacer? ¿Hablarás con ellas hoy?
-Creo que es lo mejor, al menos aplanar un poco el terreno.
- ¿Y te vas a presentar así de la nada? Porque es algo que no me creo.
-Me conoces perfectamente Jack, pero no te preocupes, no será nada descabellado como la última vez.
-Solo te pido eso.
-No lo haré, nada que no se pueda solucionar con que perdí a mi nieto de vista cuando le quería dar algo.
-Eres irremediable Adele, de verdad te lo digo.
-Pero ya lo sabes.
- ¿Y que harás cuando te pregunte que es lo que dejó atrás?
En eso saco un libro de André de la mochila y se lo enseño a su padre, el cual acaba por abrir los ojos sorprendido de ver el libro en mis manos.
-Dime que al menos no es un libro que necesitaría hoy para clase.
-Me aseguré antes de si tenía historia o no, asiqué no te preocupes, todo estará bien.
-Eso espero, ¿quieres que pase a cogerte luego?
-Nah, no es necesario, me las apañaré desde aquí.
-Como quieras, si necesitas cualquier cosa ya sabes a donde llamarme.
-Lo haré no te preocupes. Y tu pásala bien Stella, después quiero saber que es lo que te ha dicho la fisio.
-Siii, te quiero abuela.
-Yo también te quiero cariño. Y tú ve con cuidado.
-Lo haré, no te preocupes.
-Nos vemos luego en casa chicos.
-Chao Adele.
Con eso me bajé del coche y empecé a caminar en la dirección a la casa en la que había estado André hace un par de minutos y en cuanto llegué, timbré. No más de un minuto más tarde, una mujer abre la puerta y puedo ver la confusión en su mirada.
-Hola ¿en qué puedo ayudarla?
-Buenos días, tengo entendido que mi nieto iba a venir a esta casa a buscar a sus amigas, quería saber si hay alguna posibilidad de que todavía esté aquí.
- ¿Su nieto?
-Si, se llama André, no me diga que me confundí de casa.
-No, no se confundió, pero siento decirle que André no está aquí.
-Oh, entonces supongo que me iré a casa…
-Se ve un poco cansada, por qué no pasa un rato y si tal, luego la acerco yo a casa.
-Agradecería mucho si me dejase pasar. Por cierto, soy Adele, la abuela de André.
-Encantada, yo soy Selena, la madre de Tylor.
-Un placer conocerla señora.
-Lo mismo le digo, ahora pase mientras voy a ayudar a una amiga mía.
-Muchas gracias, ¿necesita ayuda?
-No, no es necesario, pero gracias.
Mientras Selena se dirigía a otro lugar, yo me fui a sentar al sofá a esperar por ella y la madre de Samantha debo suponer, las cuales no tardan mucho en llegar a donde estaba yo.
-Buenos días señora, me llamo Jessica.
-Yo Adele, es un gusto conocerla.
-El gusto es mío.
- ¿Necesitas algo antes de que me vaya a trabajar, Jessica?
-No, ya te dije que puedo.
-Sé lo que me dijiste, pero me quiero asegurar.
-Lo sé, ahora vete antes de que llegues tarde.
-Vale, y usted se puede quedar hasta cuando quiera.
-Muchas gracias Selena, pero por favor, no me tratéis de usted.
-Como quieras, nos vemos Jessica y a ti espero verte pronto Adele.
-Lo mismo digo.
Selena anduvo un poco en busca de lo que necesitaba para irse a trabajar y después de un poco más de un minuto salió por la puerta, no sin antes de asegurarse que Jessica estaba bien.
-Se ve que se preocupa por ti.
-Lo hace demasiado.
-Es normal después de lo que has pasado.
-Asique lo has escuchado…
-Espero que no te moleste, pero si, André ese día estaba muy preocupado y molesto.
-Yo iba a estar bien.
-Oh, no lo niego, y el sabe que eres una mujer fuerte y luchadora, pero eso no implica que deje de preocuparse, sobre todo por tu hija.
-Es evidente que siente algo por ella, se preocupa demasiado por ella.
-Lo hace, creo que no lo había visto así con alguien nunca.
-Es un gran chico la verdad y me alegra que está ahí para mi hija.
-Y siempre estará, conociendo a mi nieto no se irá.
-Me di cuenta el día que dijo que haría todo lo posible para que no le hicieran más daño a Sam en el instituto.
-Después de lo que le pasó a su hermana te puedo asegurar que no dejará que le pase nada a Samantha.
- ¿A su hermana?
-Si, mi nieta también sufrió bullying y por eso se quedó en una silla de ruedas.
-Oh, vaya, lo siento.
-No te disculpes, si algo sé de mi nieta es que es fuerte y que está volviendo a dar sus primeros pasos.
-Me alegra escuchar eso.
-A mi también, sobre todo cuando nos cuenta como como su fisio alimenta su ego más de lo que tiene.
Pude ver como apareció sorpresa por su mirada, supongo que por que dije que alimentaba su ego, pero si algo tiene mi nieta ahora es un ego más grande que la casa en la que vivimos, pero no es de las personas que se creen superiores a otras, sino que le gusta que le digan cosas buenas de ella y a su vez ella las dice si lo cree de la persona.
-Sé que te puede sonar extraño, sobre todo después de lo que me contó André, pero quiero que sepas que no siempre será así. Stella es la persona más feliz que te puedes encontrar ahora.
-Yo de verdad espero que llegue ese día para Samantha, pero lleva así demasiado tiempo que no sé que más hacer para ayudarla.
-Lo más recomendable en casos como los de Samantha, es un psicólogo.
-Por mucho que me guste a mi la idea, uno, Sam no querrá, y dos, no tengo el dinero suficiente como para pagar un psicólogo por mucho que me guste a mí la idea.
-Eso se soluciona rápido, yo puedo ayudarte con tu hija.
- ¿Qué?
-Soy psicóloga, estoy jubilada, pero no hay nada más que me guste que ayudar a tu hija.
-No puedo pedirte eso.
-Y no me lo estás pidiendo, te lo estoy ofreciendo y lo mejor es que no tienes que pagarme nada.
-No sé….
-No te gusta la idea, lo sé, pero es lo mejor que tenemos en este momento para que Samantha mejoré.
-Aunque yo aceptase, estoy completamente que Sam no aceptará en la vida.
-No te preocupes, de eso me encargaré yo. Ahora antes de hablar de algo importante, mejor cuéntame como te encuentras.
- ¿Cómo me encuentro?
-Si, como te encuentras después de lo que pasó con tu marido.
-Ex marido, pero bien, me duele todo pero eso es normal.
- ¿Bien?
-Si, no es algo a lo que no esté acostumbrada, no es la primera vez que me lo hace.
- ¿Por eso lo dejaste?
-No, no fue por eso.
- ¿Entonces por qué? Si no te molesta la pregunta.
-Porque lo… lo pillé en la habitación de Samantha para hacerle lo mismo que me hacía a mí.
Eso si que no me lo esperaba. Ahora mismo puedo entender porque Samantha no deja que nadie se acerque a ella, después de que alguien que se supone que debería cuidarte ante los peligros de todo, quería hacerle daño.
- ¿Y llegó a hacerlo?
-Para suerte nuestra no, pero eso ya no lo podía permitir y decidió dejarme por la mujer de este momento que le iba a dar un hijo.
- ¿Es de esos que quiere un niño?
-Si, y no sé por qué porque Samantha es una gran chica.
-Lo sabemos, pero hay gente que no quiere verlo, y uno de esos es tu ex marido.
-Lo sé, y por eso decidí marcharnos de aquella casa.
- ¿No sois de aquí?
-No, nos mudamos en el momento en el que me divorcié. No podía permitir que ese degenerado estuviese cerca de Samantha.
-Lo entiendo, pero ¿Cuándo empezó todo lo del bullying?
-Yo lo descubrí hace dos años, pero según los médicos, lleva más de dos años pasando por como tiene sobre todo las costillas.
-Imaginaba algo así, pero te tengo que ser sincera en algo y no quiero que te pongas mal para nada.
-Si es de Sam, no puedo asegurarlo.
-A ver, en mis años de experiencia, el bullying trae consigo consecuencias que estoy casi completamente que Samantha está sufriendo.
- ¿Cómo qué?
-Muchas cosas. Antes de contártelo quiero que me cuentes como era tu hija antes de que pasara todo esto y como es ahora.
-Samantha antes era una chica feliz, hasta era popular en el colegio. Todo el mundo la quería y ella siempre tenía una sonrisa en su rostro a pesar de que muchas veces Pedro no paraba de gritar en casa a cualquiera de las dos. En la época que tuvo novio, todo estaba bien, pasaba algo menos de tiempo en casa, pero eso era bueno para ella, así no tenía que sufrir las locuras de su padre. Después de unos meses, acabaron la relación y fue cuando empezó con el comportamiento parecido al que tiene ahora.
-Supongo que es el momento en el que empezó todo.
-Ahora que lo pienso si, puede ser que fuese ese el momento en el que empezase. Al principio pensaba que era porque su novio la había dejado, pero la forma de ser de Sam fue empeorando con el paso del tiempo hasta ahora.
-Pongamos esto en situación, tu ex marido gritaba por toda la casa y casi agrede a tu hija. Debo suponer que ella vio gran parte de las veces que te agredía a ti.
-Si.
-Vale, con eso y que después de que su novio la deje, supongo que empezando todo el royo del bullying, ¿Cuánto dirías que lleva así?
-Toda su vida… No me puedo creer que sea tan mala madre que no me haya dado…
-Jessica, no eres mala madre. Estás haciendo todo lo posible para que tu hija esté bien, y por cuando la conocí, puedo decir que tu hija es una de esas personas que se guarda todo para ella, es casi imposible saber que es lo que anda por su cabeza.
- ¿Qué es lo que tiene Sam?
- ¿Qué te parece si antes de decirte lo que puede tener tu hija, te hago algo para comer?
-Está bien.
Nos levantamos del sofá y nos dirigimos a donde estaba la cocina. Le insistí que no hiciese nada, más que nada porque podía ver como le dolía andar un par de pasos, por lo que acabó por sentarse en una de las sillas mientras le dije que me contase cosas de Samantha de cuando era pequeña.
Después de una hora, terminamos de comer y le hice un té para que tomase sus pastillas cuando escucho como se abre la puerta de la casa y escucho como una chica llama por Jessica.
- ¿Qué hacéis tan temprano en casa?
- ¿Dónde está Sam, Jessica?
-En el colegio, ¿por qué?
-Eso es imposible.
- ¿Por qué es imposible?
-A Sam la han expulsado un par de semanas del instituto.
- ¿Qué? ¿Entonces donde se supone que está mi hija?
-No lo se Jessica, pero te prometo que la encontraré, cueste lo que me cueste.
André dejó la mochila en el suelo y salió por la puerta de la casa con la otra chica en sus talones y Jessica allí de pie sin entender que es lo que había pasado.
- ¿Qué es lo que le ha pasado a Sam?
-No lo sé, pero no te preocupes, estoy segura que los chicos la van a encontrar.
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