Boruto caminaba por aquel sendero oscuro y sombrío sin rumbo alguno, sentía el frío calarle su cuerpo al completo. No reconocía nada de ese lugar, todo lo que lo rodeaba le era desconocido.
Su alma lloraba con intensa desesperación pero él no sabía por qué. Alguien lo esperaba y sin embargo Boruto ignoraba quién podría ser.
Las lágrimas hunedecían su rostro de forma continua. No importaba cuántas veces se las intentara secar, volvían a salir.
En un determinado momento se detuvo, estaba cansado sediento y desesperado. Le dolía todo su cuerpo, por lo que pudo deducir, tras examinarse, es que tuvo una pelea. Pero ¿por qué no llevaba heridas graves? Solo raspones y golpes únicamente.
Sus ropas estaban sucias y rotas en algunas partes. Pero su mente seguía en blanco total. No llevaba consigo ningún tipo de identificación que lo oriente, y se encontraba en medio de la nada. Junto a la ruta vaya a saber camino a dónde.
El sol quemaba su piel y el cansancio empezaba a cobrarse huellas en su persona. Pero una palabra vino a su mente, más bien fue un nombre. Naruto. Aquello si que le resultó familiar. ¿Sería acaso su propio nombre?
Cuando las fuerzas lo abandonaron cayó al suelo y rodó cuesta abajo para acabar junto a un árbol i conciente. La oscuridad se adueñó de su ser.
Imágenes sin sentido alguno invadieron su mente en esos momentos. Un hombre gris envuelto en tinieblas oscuras. De pálida piel y blanca cabellera pero de negras vestiduras. Su sonrisa tan siniestra lograba ponerle la piel de gallina.
Luego un sonido intenso, similar a un disparo para seguir con un grito atroz que no era el suyo. Inmediatamente dolor, desolación e intenso sufrimiento. Desesperación total.
Cuando abrió los ojos estaba agitado y bañado en sudor. Se encontraba en una habitación desconocida para él, su cuerpo no le dolía y sus heridas habían cicatrizado.
Un jóven mayor que él apareció, sus cabellos de dos colores. Negros y rubios. Lo miró en silencio mientras preparaba unas jerimgas.
Boruto quiso incorporarse pero no pudo, recién vió que estaba encadenado a la cama. Su corazón latió como un tambor.
-¿Q-Quién eres? - Mi nombre es Kawaki - contestó el jóven sin dejar de preparar la droga que usaría en Boruto. - ¿P-Por qué me tienes encadenado a la cama? ¿Qué vas a hacer conmigo? - Menos averigüa dios y perdona.-¿Qué?- Lo que oíste muchacho.
Kawaki volteó y con la inyección en la mano se fue peligrosamente acercando a Boruto, quien forcejeaba para poder escapar sin éxito alguno.
-¡No! ¡Por favor! ¿Qué me vas a inyectar? - No necesitas saberlo muchacho.
Kawaki inyectó aquella droga a Boruto quien inmediatamente sintió los efectos. Todo le daba vueltas, el mareo se fue intensificando.
Cuando empezaba a sentir que sus párpados le pesaban escuchó a Kawaki decirle:- Descuida Boruto, aquí estarás mucho mejor. Me aseguraré que así sea....hermano.
-¿Boruto? ¿Ése es...mi nombre?- Si, ahora duerme.-¿Por qué me llamas hermano?- Porque lo somos, yo soy dos años mayor que tú. Ahora descansa.
Boruto respiraba entrecortado, nada podía hacer para evitar caer en esa vacía y oscura inconciencia.
"Yo no sabía que...que tenía un...un hermano. Naruto...ayúdame...por dios...¡Naruto!"
Boruto solo sabía que Naruto era alguien muy importante para él, no recordaba su rostro ni nada. Solo ese nombre y la sensación de protección y felicidad que ello le transmitía.
"¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Quién es Naruto? ¿Por qué ese nombre me despierta consuelo y seguridad? Kawaki ¿quién es realmente?"
"¿En verdad tengo un hermano? ¿Por qué siento este dolor y anhelo de volver junto a alguien? ¿Quién me está esperando además de Naruto?"