Desde que había hablado con Shinki supe que era alguien muy peculiar. Me sentía bien a su lado conversando, en las clases empezamos a sentarnos juntos y a hacer grupos de trabajo nosotros dos.
Nos fuimos conociendo mutuamente, él solía escucharme y era el único que sabía darse cuenta cada vez que me sentía mal. Que era la mayor parte del tiempo.
Habíamos tomado como costumbre ir al bar donde nos conocimos, o mejir dicho donde yo lo conocí.
En verdad necesitaba su compañía ya que mi situación era una autentica pesadilla. Si bien Sasuke y mi padre estaban dispuestos a ayudarme con la carrera, y a hacer de todo para poder quedarme allí con ellos, lo cierto era que con cada semana que pasaba se concretizaba mucho más aún el tener que irme.
Ésto se debía a las continuas amenazas que recibía del maldito abogado, que si bien ya no trabajaba para los Namikage, lo cierto era que se las sabía todas juntas.
Tenía miedo, mucho miedo de acabar siendo su esclavo o peor aún. Quería a mi papá, deseaba seguir a su lado pero el terror que ese tipo despertaba en mí era mucho mayor.
Sus continuas amenazas, su acoso, me estaban volviendo loco. Me tenía vigilado, y sé que en la mansión había un traidor entre los sirvientes, porque él así me lo huzo saber. Conocía lo que sucedía en detalle como él mismo viviese ahí.
Por eso sabía que cada amenaza suya era cierta, jamás podría permanecer con mi papá de no casarme en ese corto plazo. Y aún así, pero al menos de esa forma ese maldito debería desaparecer.
Sin embargo ésto era algo que no podía ni debía decirle a mi papá ni a Sasuke. Ellos tenían suficientes problemas ya, además la prioridad era la pronta recuperación de mi padre.
Cada día recibía una nota suya en algún inesperado sitio en la que me decía:
"Te estoy vigilando"
"Solo te quedan escasos meses"
"Recuerda que si en algo valoras tu libertad, desaparecerás de la vida de tu padre para siempre, cumplido el plazo".
Y cosas por el estilo. Tenía todas las malditas notas guardadas en un sector de mi habitación. Vivía una auténtica pesadilla, llena de sobresaltos.
No tenía paz, solo estando con Shinki y con mi papá, podía respirar sin sentir aquel nudo en la garganta que me asfixiaba. Abrazaba a mi papá con fuerza sintiendome desfallecer, pero le sonreía para que no se preocupara.
Con Shinki empecé a desarrollar una estrecha amistad. Dios era tan lindo que cada segundo que pasaba sentía que lo amaba más.
Pero llegó un punto en el que me sentí enloquecer. Quizás se haya debido al echo de que esa tarde, el maldito abogado, mi acosador, me agarró sorprendiendome en la calle.
Me estampó contra la pared y me manoseó sin poder hacer nada por evitarlo. Asco de tipo que solo frustración me provocaba. Lo alejé de mí con repulsión.
- Serás mío, recuerdalo muchacho. Mío para hacerte lo que quiera. Por si acaso planeas quedarte junto a tu padre.
- ¡Suelteme! ¡ Aleje sus mugrosas manos de mi!
- Entonces sabrás qué debes hacer para eso pase ¿cierto muchacho?
Luego se alejó para subirse en un auto negro que lo aguardaba y perderse en la distancia.
Me quedé sin fuerzas, deambulé sin rumbo alguno por las subitamente desconocidas calles de la ciudad. No sabía dónde estaba ni hacia dónde me dirigía.
Pero unas manos me sujetaron al tiempo que las bocinas de los autos me devolvían a la realidad. Respiraba entrecortado. La voz de Shinki sonó suave a mi oído.
- Boruto, cuidado. Casi te atropella por dios.
- ¿Shinki? - voltee para mirarlo a los ojos mientras las lágrimas, humedecían mi rostro - Ayúdame Shinki, por favor - lo abracé con desesperación intensa - No soporto más.
Shinki me abrazó y me llevó hacia el bar donde eligió una mesa apartada. Allí me solté y le conté todo, no me guardé absolutamente nada.
- El maldito primo de mi papá quiere quedarse con todo, está en confabulación con ese abogado que no para de acosarme. Shinki, no quiero irme. No quiero perder a mi papá justo ahora que pude encontrarlo pero....no veo otra salida.
Shinki sujetó mis manos con dulzura sin dejar de mirarme a los ojos. Hablarle a él fue como quitarme un peso de encima.
- Boruto, mirame - nuestras miradas se unieron - No creas que te daré la espalda ¿entiendes? - Me fue acariciando mis blancos cabellos, yo cerré mis ojos para sentir mejor sus caricias al tiempo que asentía - Además yo...yo...Boruto yo te amo.
Abrí mis ojos asombrado al oírlo decirme aquello. En verdad no me lo esperaba. Mi corazón se asceleró al tiempo que nuestros labios se unieron. Un casto y dulce beso fue suficiente para encenderme.
- Shinki yo también te amo. Te amo tanto-Él me abrazó con ternura, susurrándome al oído palabras de aliento - Que me duele saber que...tendré que alejarme de tí también mi amor...yo...yo....yo quedaré en la calle, lejos no solo de mi papá sino de tí también.....
Shinki me volvió a besar, pero en ésta ocasión con intensa pasión, con deseo salvaje. Él rodeó mi cintura, para pegarme a su cuerpo con su brazo derecho, mientras que con su mano izquierda acariciaba mi mejilla con gran suavidad.
Yo me aferré a su torax con fuerza, mientras nos devorabamos con esos eróticos besos. Cuando nos alejamos para respirar él me susurró sobre mis labios:
- Si lo que necesitas es casarte para quedarte junto a tu padre, y proseguir con la carrera de medicina que es lo que tanto te apasiona, entonces con gran placer me casaré contigo mi vida.
- No Shinki, no es necesario que...
- Lo es, por supuesto que lo es mi vida. No permitiré que te siga acosando esa basura de abogado. Me pediste ayuda y eso haré.
- Shinki - mis lágrimas humedecían mi rostro - Mi amor - Shinki me abrazó con dulzura - Gracias, muchas gracias....yo....yo deseo que si nos casamos sea por amor. No soportaría saber que te unes a mí y luego te arrepientas.
Shinki volvía a abrazarme brindandome tranquilidad, renovandome así la paz que el maldito del abogado corrupto me había quitado.
Así fueron pasando los días en donde veía cómo mi papá iba progresando a pasos agigantados a manos del doctor Sasuke.
Al principio podía ver el rechazo de mi papá hacia Sasuke. Fue cuando opté por investigar sobre su pasado.
Así pude encontrar en el despacho de mi abuelo, las cartas que Sasuke, siendo adolescente, le enviaba a mi papá, hasta la última en la cual él lo citaba en ese restaurante lujoso.
Cartas que empezaron cuando eran adolescente y culminaron cuando ambos iniciaban sus estudios en la universidad.
Imaginaba el contenido de las cartas que mi papá le envió a Sasuke. Eso me llevó a saber que ellos jamás debieron separarse.
Tenían que estar juntos y yo los ayudaría en todo lo posible para que ellos puedan acabar juntos lo que iniciaron tiempo atrás.
Me encantó ver cómo ambos, días después, se arreglaron. Al menos mi papá ya no lo rechazaba. Su dolor iba cediendo y Sasuke supo darle el remedio del amor.
Mi papá iba liberándose de su confinamiento. Aquello me encantaba, porque deseaba que él sea libre, pueda decidir por sí mismo y recuperar la vida que le fue arrebatada.
En cuanto a las amenazas y el acoso del maldito abogado, puedo decir que dejé de preocuparme gracias a mi amado Shinki. A él directamente le entregaba las notas, quien lo quemaba con su encendedor.
Con mi amado nos juntabamos para estudiar continuamente, pasabamos la mayor parte del tiempo juntos.
Estudiando, divirtiéndonos, amándonos, alejándonos de nuestros problemas al menos de momento.
Esa tarde, dos meses después de haber encontrado a mi padre, me encontraba con Shinki felíz. Reíamos mientras bebíamos cerveza.
Nos abrazabamos con amor, mientras bebíamos nuestra cerveza favorita riendo de las ocurrencias que teníamos.
Sabía que Shinki tenía sus problemas propios con Menma porque su padre se había casado con esa basura hacía tiempo.
Si, sabía que el maldito del primo de mi papá era el marido del padre de mi amado Shinki. Y honestamente no me importaba, porque Shinki era único.
Conocía a mi amado pelirrojo, lo suficiente como para saber que él nada tenía que ver con Menma. De echo Shinki padecía bastante, al tener que vivir bajo el mismo techo que esa basura.
Vivía un auténtico infierno debido a que su padre, Gaara, parecía estar sometido a esa basura siendo alguien sumiso y sometido al poder de quien debía estar preso por tanto daño que ocasionó.
- Mi padre era alguien tan diferente antes de haber conocido a ese tipo. Aún no entiendo qué fue lo que le vió a Menma, pero por él se convirtió en una persona completamente diferente.
A Shinki se le quebró la voz al hablar de eso. Odié a Menma más aún ¿cómo podía dañar tanto a la gente? ¿Dañar así a las personas que más me importaban?
- Admiraba a mi padre, aún lo quiero pero....no sé qué lo retiene ni por qué no deja a esa basura. Menma me quitó a mi padre, no quisiera que también me quite a quien tanto amo....o sea a tí mi vida.
- Shinki, no dejaré que me alejen de tí. Te amo demasiado para poder soportarlo mi amor.
Lo besé con amor para evitar que siga sufriendo, así como él me ayudaba a mí, de la misma manera yo deseaba poder ayudarlo a sentir paz en su alma.
- Mi vida, no me dejes...ni cuando tu padre así te lo ordene....por favor....
- Mi amor, no creo que mi papá sepa quién es el marido de tu padre. Y aún sabiéndolo, no creo que mi papá te odie sin conocerte, solo por los errores de tu padre.
- Eso espero mi vida, eso espero.
- Y si así sucediera yo...aunque me duela en el alma....le daré la espalda. Porque si él me obliga a elegir....yo...yo te elijo a tí mi amor.
- Mi vida, por dios no....
- Lo haré, pero si llegase ese momento tú....¿me ayudarías?
- Llegado ese momento mi vida, te llevo al altar. Así tendrás el dinero necesario y serías mío definitivamente.
-Igual me gustaría casarme contigo mi amor.
- Lo haremos mi vida
-¿Con o sin aprovación de mi papá?
- Si así lo deseas podemos ir al registro civil en cualquier momento. Estoy desesperado por ayudarte legalmente y por tenerte en mi cama. Anhelo despertar cada mañana contigo a mi lado.
- ¿La propuesta?
- ¿Te casarías conmigo?
- Por supuesto mi amor.
Shinki me colocó el anillo de oro en mi dedo anular derecho y yo hice lo mismo con él. Me sentía en verdad muy felíz.
- Solo resta decirle a nuestros padres mi vida. Se que al mío le dará lo mismo. Pero no me importa.
- Listo, le diré a mi papá que estoy en pareja. Así lo iré preparando ¿sabes?
- Excelente mi vida, pero una vez que hable con mi padre, te advierto que tendremos que apurarnos a casarnos y en secreto así Menma no podrá intervenir arruinando nuestra boda.
- Cierto, en ese caso ten cuidado mi amor.
- Cuando tengas los papeles se lo presentarás al juez y a los abogados. Así podrás ser libre de verdad.
- Libre....en tus brazos mi amor....es la mejor libertad que podría tener.
Sin embargo, me sentía triste de solo pensar que mi papá pueda rechazar a Shinki, juzgandolo solo por el error de su padre y la maldad de Menma.
Pero nada me preparó para esa noche, cuando regresé a casa tras despedirme de mi amado pelirrojo me acerqué a mi papá, contándole que estaba saliendo con alguien y hasta insinuarle mi casamiento.
Al principio se alegró y en verdad me sentí más que felíz, pero cuando dije su nombre y ví su rechazo abierto, me sentí morir.
Solicité la ayuda de Sasuke, pero cuando él me negó su ayuda, sentí que mi mundo se desboronaba.
No podía creer cómo me dolía elrechazo de mi papá a Shinki y el echo de tener que elegir, alejandome de él, mi querido papá. Aquel ya nunca me reconocería como hijo, nunca.
Suspiré con pesar mientras me incorporaba alejandome de él y de Sasuke. Miré a mi padre con intensa tristeza.
- ¿Es tu última palabra padre?
- S-Si Boruto - me contestó con dureza él.
- ¿Ni siquiera conocerás a Shinki? ¿Solo lo condenarás por los errores de su padre y tu primo?
- Boruto comprende por favor - intervino Sasuke pero lo interrumpí.
- Perdón Sasuke, pero en ésta ocasión estoy hablando con mi padre, no contigo. - Lo miré duramente, para luego volver a mirar a mi padre levantando una ceja a modo de interrogación - Padre ¿no deseas conocer a Shinki?
- No y no quiero que lo veas hijo.
- ¿Sabes? Es irónico todo ésto debido a que me obligas a elegir entre ustedes dos. A tí no te conozco....Naruto. Tu padre, mi abuelo, sí sabía de mí. Tú no me diste tu apellido. Ni siquiera me hablaste de tí. Desconosco todo sobre tí. Supe sobre lo tuyo con Sasuke, gracias a las cartas que él te enviaba.
- Hijo yo...
- No - dije negando con la cabeza mientras retrocedía alejandome de él - No, no ¡No! ¡No pienso permitir que me alejes se Shinki! ¡No!
-Boruto, es tu padre y....
- No me importa Sasuke. Padre estar contigo significa padecer las amenazas y los acosos del ex abogado de los Namikage. Enterate. Fue Shinki quien me ayudó y me sigue ayudando aún hoy. ¿Y encima pretendes que me aleje de él eligiendote a tí? No, lo siento pero no. Ni yo te conozco ni tú me conoces a mí.
Sin más me fuí de esa habitación para encerrarme en la mía dando rienda suelta a mi gran pesar. No me importó causarle a mi padre dolores intensos, porque a él tampoco le importó destrozarme así.
Me arrojé a la cama, y tras abrazarme a la almohada lloré hasta quedar sin fuerzas y dormirme profundamente.