El Maestro Ménenker tenía razón, en poco tiempo apareció un joven en la zona de traslado de almas. Acababa de llegar desde el mundo de los vivos, era un chico alto y con cabello castaño claro, corto y desordenado
Las almas que llegaban desde el mundo de los vivos debían de ser recibidos siempre en esa zona, allí le esperaba un sujeto desconocido...
- ¿Donde estoy? - preguntó el joven de ojos oscuros, abriendo los ojos lentamente.
- Bienvenido, soy Alastra, encantada de conocerte, este es el reino de los ángeles - dijo el sujeto.
- Emm... Gracias, supongo... - respondió el joven - Soy Aiden -mientras miraba alrededor desconcertado, todo pasó muy rápido. - ¿Qué ha pasado?
- ¿No entiendes? Estás en el reino de los ángeles, has muerto... -
(Ahora lo recuerdo todo) - pensó Aiden - (El sufrimiento de todo su alrededor, sus malas decisiones, su familia, el acoso, y su propio suicidio...)
- Bueno te llevaré a la zona de asignación, allí decidirán que tipo de ángel serás -
Al cabo de un rato llegaron a un sitio que despertaba un ambiente tenso. Había unos cuantos ángeles custodiando el edificio central. Los jóvenes entraron y allí les recibió Roger, también encargado de asignar a los novatos a su grupo correspondiente para empezar su entrenamiento aquí en el cielo.
- Saludos, veo que tú vienes a que te asignen, por favor sígueme - dijo Roger.
Sometieron a Aiden a unas cuantas pruebas y en cuanto acabaron le salieron las alas de ángel, pero, el resto contempló asustados y sorprendidos. Aiden tenía alas de un color gris semejantes a la plata.
-¿Por qué me miráis así? ¿Pasa algo? - preguntó Aiden
- No puede ser posible... - dijo Roger
- Yo... - Aiden no pudo acabar la frase, Roger y algunos guardias se lo llevaron.
Llegaron a la Gran Sala del Saber, allí mismo se encontraba el Maestro Ménenker. Él ya sabía sobre la visita de Roger y el elegido.
- ¡Señor Ménenker...! - dijo Roger al entrar.
- Se a que has venido, te dije en su momento que no juzgases por la apariencia.- el Maestro le interrumpió.
- Pero señor, este chico no tiene ni la más mínima idea de como liderar o batallar, como vamos a gestionar el tema de los demonios y la guerra.....
- Es por eso que te pedí que instruyeras al elegido y que confiaras en mí.
- Pero esto es algo ciertamente imposible, este chico no aprendería nada ni aunque tuviesemos toda la eternidad para enseñarle.
- Debes saber que nada es imposible joven Roger. Te elegí para el consejo porque eres una persona justa y creo que eres el más indicado para instruir al chico. ¿Tú no decías que todo el mundo merece una oportunidad?
- Lo lamento mucho, Señor Ménenker, confiaré en usted, pero, no puedo asegurarle nada respecto a que el chico vaya a aprender algo.
- Puedes retirarte ya, Roger.
Roger se dió la vuelta y se marchó, el Maestro llamó a Aiden para que viniera hacia él.
- Joven Aiden, veo que tu eres el elegido, espero que manejes las cosas con sabiduría cuando me retire.
- No entiendo, señor, ¿Por qué yo? ¿Entre todos por qué exactamente a mí?
- Verás, te he estado viendo desde hace mucho tiempo y veo potencial en tí, pero aún no lo has descubierto. Quiero que mientras que estés aquí, aprendas a gestionar todos tu valores y poderes.
- Soy un simple chico que ha cometido demasiados errores a lo largo de la vida. ¡Merecería hasta ir al infierno!
- Aiden, todo el mundo empieza desde abajo, pero si tomas las decisiones correctas y haces las cosas bien, llegarás a lo alto muy pronto. Estaré aquí si tienes alguna duda o información.
Esas palabras se quedaron en la mente de Aiden. Al salir del Gran Salón del Saber, vió a Roger en la entrada.
- Soy Roger, mañana a primera hora empezará tu entrenamiento, te enseñaré donde te quedarás - dijo Roger con tono serio
- Yo soy Aiden...
Caminaron hasta un gran edificio de grandes dimensiones. Ya era bastante tarde así que se fue a la cama. Mañana será un largo día...