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95.23% Entre Mundos El comienzo del destino / Chapter 20: Capítulo 20

Capítulo 20: Capítulo 20

Día 13

Julia despertó con un tremendo dolor en la cabeza, se pasó la mano por la cara y sintió unas vendas en su frente y nariz, se levantó con torpeza y salió de su habitación, nuevamente marine se encontraba preparando la comida.

— No pensé que despertarías. — dijo Marine sarcásticamente. — Después de lo que te pasó anoche pensé que te quedarías en cama unos tres días.

— Ugh. — exclamó adolorida. — ¿Qué me pasó?

— Literalmente te lanzaste de cara contra tu cama, que estaba en el suelo, tu cama es solo una alfombra en el suelo.

— Oh Dios. ¡Esto duele mucho!

— Deja de gritar, Melissa sigue dormida.

— Perdón.

— Así que despertaste. — dijo Chester apareciendo de la nada. Julia se sobresaltó por la aparición de Chester. — Tranquila, no te vengo a matar.

— Lo siento, solo estoy algo…

— ¿Adolorida? ¿Cansada? ¿Preocupada?

— Si.

— ¡Pues vengo a empeorarte el día! — dijo Chester de forma sarcástica. — Naturaleza te está esperando afuera.

— ¿De verdad? ¿Dónde?

Chester apuntó con su pulgar detrás de él, Julia volteó y ahí vio en la puerta a Nat saludando con una miraba dulce que se transformó en una de compasión al ver el rostro de Julia.

Ella salió de la casa con un plato con comida en sus manos.

— No te ves nada bien. — dijo Nat al ver las vendas.

— Si no me rio no me duele. — dijo con una risita seguida de un quejido de dolor.

— Ven, acércate. — Nat extendió su mano frente la cara de Julia, un destello azul brotó de la palma de su mano, tras unos segundos así Nat bajó su mano. — Quítate las vendas.

— Ten, sostén esto. — Julia le entregó el plato con comida y se empezó a quitar los vendajes del rostro. Al quitárselos no sintió dolor alguno. — Esto es increíble.

— ¿Verdad? — exclamó Nat. — Usualmente uso estos poderes para reparar estragos creados por mis hermanos.

— Oye ¿Cómo son tus hermanos? — preguntó mientras comía del plato.

— Son a todo dar. — respondió Nat con notoria felicidad. — Terra me instruyó en como ser una deidad creadora, Pyro me mostró que, pese a la muerte, la vida prevalecerá, Sky me mostró desde una nueva perspectiva los paisajes que les di color y Aqua la oposición entre la tranquilidad y la conmoción.

— ¿Alguno te consiente? — preguntó de manera juguetona.

— Sky… más que una hermana, me ve como una hija. — al decir eso una corriente de viento sopló en sus rostros. — De hecho, esa es Sky.

— ¿El viento?

— Día y noche se encarga de dar viento y, cuando no hay, es que está descansando. Por cierto ¿Qué me querías decir?

— No sé si puedes sentir alguna cosa. — dijo Julia con una mirada de incertidumbre. — Ayer conocí a un cara espinosa llamado Spike, me contó que el norte está muy mal.

— ¿A que te refieres? — preguntó Nat con curiosidad y preocupación.

— Las plantas están marchitas, los animales mueren, el agua está rancia…

— ¿¡¿¡CÓMO!?!? — gritó Nat sorprendida. Buscó el norte con la mirada y con angustia en su rostro se desvaneció.

Julia vio con sorpresa los pétalos y hojas que volaban lejos, terminó de comer contemplando a los niños jugando, el canto de las aves siendo opacado por los distantes llamados de los titanes. Entonces sintió que el suelo vibraba un poco, de pronto esa vibración se volvió temblor y el temblor en agitación, toda la montaña parecía moverse a toda fuerza. Julia trataba de no caer, sin embargo la magnitud del terremoto la lanzó por los aires, estando sin tocar el suelo vio que todas las montañas de movían de forma irregular, cayó sentada, intentó regresar a la casa cuando gotas de agua caían sobre ella, miró al cielo y no vio una tormenta, pero el viento soplaba muy fuerte y el río se levantaba por sobre los árboles mientras sus aguas se desperdigaban por todas direcciones.

Lo peor vino cuanto se escuchó una explosión desde el norte, volteó y vio una montaña a varios kilómetros de distancia partida por la punta con una enorme nube de ceniza y fuego saliendo del cráter seguido de un río de lava, parecía el apocalipsis, el caos en la gente, los niños gritando y llorando, los gran colmillos rugiendo, las aves volando lejos, Julia no lo soportó más, se cubrió los oídos con las manos y gritó de miedo mientras lágrimas salían de sus ojos.

De pronto algo la levantó del suelo, miró rápidamente y vio a Jake con una miraba de desesperación junto a su manada totalmente en pánico. Humanos y gran colmillos se reunieron en un lugar alejado de la cornisa y de las casas, se unieron en un circulo esperando que todo se detuviera.

Pasó un momento hasta que todo parase, el agua del río fluía con normalidad, el viento dejó de soplar, la tierra dejó de temblar, solo caían las cenizas del cielo. Entonces Nat reapareció en su tamaño normal, agitada y asustada.

— ¿Nat que pasa? — gritó Julia.

— Una pelea… todo el norte… no puedes quedarte aquí Julia. — balbuceaba Nat en profundo temor. — Me dijeron que no te ayudara, pero tienes que volver.

— ¿De que estás hablando? — preguntó Marine.

Nat la ignoró, de sus manos salía un destello azul cada vez más brillante, de pronto, las nubes empezaron a girar como un tornado, la gente estaba en pánico. Entonces, un rayo cayó entre Nat y ellos creando un portal carmesí, Julia lo miró y empezó a correr hacia él, antes de llegar algo la tomó de los brazos, eran lianas que la regresaron con Jake.

— ¿Qué te pasa? — gritaba Julia con enojo. — ¡Déjame volver a casa! — Julia forcejeaba y le rogaba por ayuda a Jake, pero él solo miraba con absoluto terror el portal.

— Ese no es mi portal. — exclamó Nat.

— Ya es tarde. — dijo Jake en voz baja y entrecortada.

— ¿Tarde? — exclamaba Julia asustada. — ¿Tarde para qué?

— Ya… viene…

El portal comenzó a crecer en tamaño y anchura. Entonces, del portal salieron decenas de vulcanos y tiranos mutantes, tenían el mismo tamaño de sus contrapartes normales, pero estos eran un poco más musculosos, tenían dos espolones detrás de sus patas, ahora tenían la característica garra de los velociraptores, pero era enorme, las espinas en su cuello eran más grandes y sus cuernos eran más largos. Empezaron a rodear al grupo, algunos gran colmillos cargaron contra los mutantes, pero Jake les ordenó que no atacaran.

Tras los últimos mutantes una enorme silueta salió del portal, cuando la luz lo dejó ver Julia miró con terror, en su mente llegó el recuerdo de la estampida y la muerte de Dough, frente a ella se encontraba Rick y detrás de él venía un ser con el cuerpo cubierto de escamas blindadas en su totalidad, sus pasos sonaban como roca, un mandíbula de roca mutante, enorme, con garras inmensas y una mirada familiar en sus ojos blindados y brillantes, detrás de él venía una manada de hembras mutantes, cuya mayor diferencia era que tenía cuatro patas delanteras y espinas que recorrían su cuerpo.

— ¿Quieres la revancha, Jake? — dijo el mandíbula de roca con una voz muy profunda pero familiar.

— No… puede… — balbuceaba Jake al reconocer la voz. — ¿Brandon?

Jake y Julia los miraban con miedo, estaban rodeados como un rebaño de ovejas sin posibilidad de escape. Rick los miraba con superioridad mientras que Brandon los miraba con odio.

— Saludos, mis amigos. — dijo Rick sonriendo. — ¿No les gustó la pequeña agitación? — Rick se empezó a rascar el cuello con sus enormes garras. — Sirve para los parásitos.

— ¿Qué quieres? — preguntó Jake tartamudeando.

— ¿Vas a matarnos? — preguntó Julia con incredulidad.

— Oh, mi pequeña humana. ¿No crees que si los quisiera matar? — hizo una pausa para acercar su gran hocico con enormes dientes cónicos. — ¿Ya lo habría hecho? Por desgracia, yo no puedo decidir por sus vidas.

— Yo sí. — dijo una voz masculina. Todos buscaban el origen de la voz. — Abajo. — le ordenó a Rick.

— Si, señor. — dijo Rick bajando su cuerpo.

— Hola. — dijo un hombre bajando de la espalda de Rick, vestía una camisa desgastada con pantalones igual de desgastados, debajo de un abrigo estilo gabardina, su mirada, parcialmente cubierta por su larga cabellera blanca, su mirada estaba cansada, pero infundía respeto. — Veo que ese estúpido logró juntar a los humanos con esos animales. — entonces unas enredaderas brotaron del suelo e iban por el hombre, pero él solo chasqueó sus dedos y esas plantas murieron instantáneamente, luego volteó a un lado y de reojo vio a Nat, quien le devolvió la mirada con angustia. — ¡Nat, vieja amiga! — exclamó. — Hace mucho que no te veía.

— Richard. — dijo Nat con miedo.

— ¿Por qué no me visitaste durante estos TRES SIGLOS? — preguntó aumentando la intensidad de su voz. — ¿Solo porque ya no estaba tu favorito me olvidaste?

— Se suponía que habías muerto.

— Tu regalito me lo impidió. — dijo mientras aparecía un cetro hecho de madera y en la punta tenía una Gema Yuma protegida por un adornado de dientes. — ¿Recuerdas?

— Yo… no…

— Ahora vete antes que Astra se entere, o peor aún, Reaper.

Nat, con una mirada de absoluto pavor se desvaneció y junto a ella las lianas que sostenían a Julia. Richard miró a Julia y lentamente se acercó dando suaves pisadas con sus zapatos, entonces al acercarse lo suficiente, la gema en su cetro reaccionó y, nuevamente, una estela azul salió de la gema y golpeó tanto a Julia como a Jake. Richard solo los miraba con asombro sus cuerpos reaccionando al poder de la Gema Yuma.

— Vaya, vaya, vaya — exclamó Richard. — ¿Qué tenemos aquí? — se acercó a verlos retorcerse más de cerca. — Elegidos, nunca pensé que encontraría a dos de diferentes mundos.

Los presentes gritaban para que se detuviese, algunos trataban de alejarlo de ambos, pero lo rodeaba una barrera, ni los gran colmillos podían atravesar ese campo de fuerza. Entonces Richard lanzó su cetro al portal, Julia y Jake cayeron al suelo, Julia estaba sangrando por la nariz y Jake parecía que tuviera convulsiones. Richard se alejó un poco de ellos y caminó de regreso con Rick, mientras tanto, los humanos y gran colmillos auxiliaban a ambos heridos.

Richard observó la aldea junto al edificio a su lado, también notó que a la mitad de la aldea había una enorme fisura provocada por el terremoto, él sonrió, le hizo una señal a Brandon para que entrase al portal la cual obedeció, Richard apuntó con su dedo sobre la aldea e hizo el gesto de disparar con su dedo, sobre la aldea cayó otro rayo generando otro portal en el aire, humanos y gran colmillos miraban aquella escena cuando del portal cayó Brandon como si de un meteoro se tratase, el sonido de su armadura chocando contra el suelo fue ensordecedor, el polvo se levantaba como un muro impenetrable y el ruido de la ladera con la aldea cayendo al abismo desgarró las almas de las personas que con impotencia veían sus hogares caer, sus cultivos, sus pertenencias y comida, todo por la ladera.

Los gritos de las mujeres y hombres se desvanecían con el polvo y sus lágrimas inmutaban a Richard quien solo veía todo con una expresión seria. Julia en estado de shock. Jake observó como del lugar donde cayó la aldea se levantaba la zarpa de Brandon seguida por su inmenso cuerpo blindado, regresando con Rick.

Richard le señaló el edificio a Rick, las espinas dorsales de Rick comenzaron a brillar de color rojo intenso, el interior de su boca comenzó a brillar de igual forma, luego el rayo de luz salió de su boca, atravesando los muros de concreto, Rick movía su cabeza para asegurarse de no dejar ni un cimiento en el lugar.

Marine gritaba con horror, miraba cómo lo único que poseía de su hogar se desintegraba lentamente, entonces hubo una explosión en el lugar, los pocos tanques con gas habían reaccionado al calor destruyendo lo que quedaba del lugar.

Julia, ahora temblando de miedo, con la vista nublada, observaba cómo en la cara de Richard se dibujaba una sonrisa. Richard observó a Julia, luego a Jake y lo apuntó con su dedo.

— Tráelo — le dijo Richard a Rick. —, su parte del trato terminó. — Rick se aproximó a Jake, quien paralizado del miedo, no huyó, lo tomó del cuello, lo levantó y lo miró directamente a sus ojos aterrados.

— Gracias por hacer tu trabajo, su Alteza. — dijo Rick. — Pero no olvides que me debes algo por tu protección. — Luego procedió a llevarse a Jake por el portal. Jake forcejeaba, pero solo parecía un pequeño e insignificante pececito retorciéndose del sedal.

— ¡¡¡JAKE!!! — gritaron con todas sus fuerzas y casi al unísono Julia y Stephanie.

Lo último que se escuchó fue el rugido de ayuda de Jake que hizo eco por todo el lugar, desapareciendo junto a Rick, Brandon y Richard, quien miró la expresión de impotencia, confusión y miedo de las personas y gran colmillos, le ordenó a sus mutantes que entraran al portal y una vez todos entraron el desapareció en el brillo carmesí del portal que se esfumó en el viento.


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