Capítulo 3: 3
Un hombre de 37 años, sano, sin patologías ni enfermedades, que ama a su familia por encima de todo y no quiere dejarlos atrás. Una esposa, dos hijos y una madre enferma, dos B positivos, uno negativo y otro 0 positivo, pero a Michael, le tocó la mala suerte, A positivo.
Su familia estaba devastada, desesperada.
Más aún, no tenían ni como conseguir medicina a su abuela, si ni siquiera tenían comida suficiente. Cora, la hija mayor, sabía como conseguirlas. Una joven astuta, de 21 años que en el pasado era una hija perfecta para el resto del mundo, pero dentro de casa, sabían que no lo era. Desde los 17 años, empezó a tomar drogas, estas la llevaron a un centro de desintoxicación, aún funcionando a pesar de los desastres en el exterior, con 4 años internada. Sus padres no la querían así para el nuevo mundo. Allí dentro, no era como decía en los folletos, pero a pesar de eso, desde los 17 sabe dónde buscar, amigos suyos y conocidos traficaban con medicinas en vez de con drogas, aunque es casi lo mismo, las medicinas también son drogas en sí. Hace un año que salió de ahí, y no es la misma, pero aún así, decide ayudar a su familia. Conseguía medicina, comida, hasta vino, que ahora es imposible conseguirlo. Sus padres no estaban de acuerdo pero era necesario.
_¿Qué vamos a hacer Michael? Es muy arriesgado hacerlo y sabes que nos podrías meter en problemas – comenta Julia, la mujer de este, desesperada camina de un lugar a otro, parece nerviosa y no deja de comerse las uñas.
_Julia, es la única opción que tengo para estar con vosotras - desde el otro lado de la puerta hay una niña escuchando a escondidas, Phoebe, la hija pequeña de la familia.
_Pero y si te ocurre algo, sabes que puede ser peligroso – lo mira con ojos tristes.
_Tranquila Julia, nos van a vacunar ¿no? Todo va a ir bien, Jonathan va hacer lo mismo y su mujer lo apoya. Todo va a ir bien cariño – diciendo esto le da un beso en la frente a su esposa y un abrazo.
Entonces Cora llega a casa, casi es imposible de ver, la casa esta llena de linternas y velas.
_Ey pequeña, ¿qué haces ahí? – coge de su hermana de 10 años de la mano.
_¿Que va a hacer papá?
Cora, ya sabía lo que iba a hacer su padre, iba a amañar las pruebas de sangre para que se fueran juntos en el viaje y Jonathan, un buen amigo, que trabaja en la sede lo va a cambiar, al igual que la prueba de sangre de su mujer. Y solo quedan cinco días para despegar y van en el primer viaje.
_Nada cariño, ya veras que papá va a venir con nosotras ¿vale? Así que no te preocupes y ve a jugar con la abuela, dile que le he traído lo que necesita.
Gracias a Cora, Eli, o Eleanor, la abuela de ellas, está mejorando y le han dicho que puede viajar, si hubiera estado peor, no podría soportar la presión y podría morir en el intento. Dejando a su hermana, va hacia la cocina.
_Papá… - mira a su padre preocupada.
_Cora, ya te dije que dejes de ir a esos lugares, sabes que no me gusta, ¿y si te pasara algo hija? Lo que nos faltaba. Anda, ve a darle la medicina a tu abuela – le da un beso a su hija y la mira a los ojos, sabiendo lo que siente – Tranquila amor mío. Escúchame bien, pase lo que pase, siempre estaremos juntos. Si no llego a… Prométeme que vas a cuidar de ellas – con lágrimas en los ojos, la niña asiente – Hija Prométeme lo.
_Te lo prometo papá.
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