Tanto Liam como Ji Ming respiraban con dificultad, si bien su estrategia fue buena y, gracias a que Liam detuvo la mayoría de ataques del dragón, Ji Ming le había podido asestar algunos buenos golpes, ambos estaban claramente en un estado peor que el de la bestia.
Liam escupió sangre al chocar contra una de las montañas, creando un pequeño cráter en ella. Su consciencia empezaba a desmoronarse y, en este punto, solo su voluntad lo mantenía en la lucha. Ji Ming era fuerte, más que él, pero si perdía el conocimiento entonces su amigo definitivamente moriría.
La Aparición para huir tampoco era una opción debido a dos razones. La primera era que se necesitaba una concentración demasiado alta para usarla, para alcanzar tal grado de concentración necesitarían quedarse quietos y eso era imposible en un combate tan rápido como en el que estaban.
(NA: La Aparición está nerfeada, sí, y hay una razón para eso que se descubrirá más adelante).
La segunda era que si huían, lo más cercano al dragón sería Zhaoxang y Liam no estaba dispuesto a dejar morir a gente que lo había ayudado.
Los engranages de su cerebro giraban continuamente para encontrar una forma de derrotar a este enemigo, sin embargo no se le ocurría nada. Su cuerpo le dolía demasiado y ni siquiera se podía levantar del agujero que había creado en la montaña. Vio como Ji Ming recibía un golpe de una de las patas del dragón, haciéndolo dar volteretas en el aire y chocar contra varios árboles, partiéndolos por la mitad.
En este punto, Liam empezó seriamente a temer tanto por su vida como por la de su amigo.
-Maldición, aún no he logrado lo que quería... -murmuró Liam para sí mismo, pero entonces se detuvo.
¿Lo que quería? ¿Qué quería? ¿Cuál era su deseo? Des de hacía un tiempo, su meta había sido fortalecerse, llegar a la cima del cultivo, pero había una razón detrás de eso...
De repente, le llegaron imágenes de su antigua familia, sus caras con una sonrisa, luego sus amigos.
Luego, la imagen de sus sonrisas se volvieron grises y todos ellos parecieron entristecerse, especialmente sus padres y hermano.
-¿Me extrañarán? ¿Lloraron por mí? -se preguntó de repente, inseguro de la respuesta.
Liam creía que sus amigos y familiares lo amaban, siempre había tenido la impresión de que así era, pero entonces, quería verlos, ver cómo había afectado su muerte... no, no era eso, quería disculparse.
Disculparse por haberse ido tan pronto, por haberlos abandonado... Eso era, quería llegar a la cima del cultivo para encontrar una forma de llegar hasta todos ellos y poder disculparse y despedirse apropiadamente. Así que no podía morir aquí, no aún y no contra un patético dragón negro.
Ji Ming apareció a toda velocidad, lanzándo puñetazos y patadas a diestro y siniestro, con tal de aumentar su velocidad había desinvocado su Herramienta del Alma, pero aún así no lograba alcanzar la velocidad del dragón, que parecía fortalecerse a cada segundo que pasaba.
El joven cultivador chino se giró para mirar a Liam.
-¡Liam, corre! ¡Yo lo detendré, tú tienes que salvarte, busca ayuda de algún maestro cultivador! -exclamó, para luego recibir una pequeña corriente de llamas que le quemó un brazo. Ese brazó ya no podría usarse para luchar, la recuperación le llevaría al menos dos semanas.
Liam apretó los dientes con furia. ¿Abandonarlo? Ji Ming era su único amigo en este mundo, aunque se llevaba bien con algunos de sus compañeros en Hogwarts, ninguno realmente se acercó realmente a Liam y solo tenían algunas conversaciones si se encontraban por los pasillos. Pero Ji Ming era diferente, lo había derrotado y, a diferencia de lo que la mayoría de cultivadores habría hecho, no lo mató, ¡todo lo contrario! Le ofreció su amistad y Liam estuvo feliz de ser su amigo.
Compartieron comidas y entrenaron juntos, se conocían por menos de un año, pero Liam no tenía problema para considerarlo su mejor amigo. Y ahora esta persona le estaba pidiendo que huyera y lo dejara a su suerte. Entró en un dilema, si se quedaba entonces posiblemente moriría y no sería capaz de volver a ver a sus antiguos amigos, pero si huía, Ji Ming moriría.
Apretó sus puños tan fuertemente que, debido a sus uñas, empezó a salir sangre de ellos. A la distancia, Kuromaru observó el estado de su maestro con ojos profundos, no se movió en absoluto.
Ji Ming volvió a mirar a Liam, la sangre brotaba de su boca.
-¿A qué esperas? ¡Si no llamas a alguien entonces este monstruo destruirá el pueblo! -gritó -. No te preocupes por mí, la muerte es algo que les llega a todos, sin embargo si muero al menos sabiendo que pude ayudar a otras personas entonces podré descansar en paz, así que márchate ya.
Liam abrió mucho los ojos y se paralizó, sus ojos brillaron con un azul profundo.
-Ya veo, que oportuno... -pensó, y luego soltó una risita por lo bajo -. Lo veo ahora, sí, sí.
Una sonrisa apareció en su rostro y se empezó a levantar. Nadie se dio cuenta de la gran cantidad de magia que se reunía dos metros por encima de su cabeza, creando una espada gigante espectral.
-Lo siento, papá, mamá, pero esto es lo que tengo que hacer, no puedo dejar morir a un amigo mío, este es ahora mi nuevo mundo y, a partir de este momento, empezaré a vivirlo como tal. No como si fuera el protagonista de una novela, no como si todos fueran NPC prescindibles -pensó -. Es por eso que, por mucho que me duela, debo dejar atrás mi pasado, fue un honor conoceros y me alegro de haber sido vuestro hijo.
La espada espectral empezó a descender a un ritmo extraño, parecía lento pero en realidad descendió en un instante, partiendo a Liam por la mitad. Lo más curioso fue que no salió sangre, y Liam no se separó en dos mitades como debería haberlo hecho.
En cambio, una fina línea de color azul marino resplandeciente lo recorrió de arriba a abajo. La montaña en la que estaba empezó a temblar y la luz se intensificó. Ji Ming y el dragón dejaron de pelear para ver lo que estaba sucediendo y ambos abrieron mucho los ojos.
-¡No puedo permitir que termine! -exclamó el dragón, intentando dirigirse hacia Liam, pero Ji Ming lo interceptó y empezó a luchar con su único brazo funcional y sus piernas, con una ferocidad nunca antes vista en él.
-Parece que lograste entender algo, Liam, estoy feliz por ti -habló Ji Ming en su cabeza.
De repente, la luz pareció detenerse y, luego, la vibración se intensificó. Se escuchó un sonido de rasgadura y la luz azul fue partida en dos, dejando a Liam en el centro. Su apariencia cambió liegeramente, ahora parecía un poco mayor de lo que parecía antes, quizás de unos dieciocho o diecinueve años.
Su camiseta había sido destruida y se mostraron sus músculos, que habían aumentado ligeramente de tamaño. Dejó escapar el aire de su boca y su aliento provocó una pequeña corriente de viento.
Sus ojos ahora brillaban mucho más que antes, como si contuvieran la sabiduría de alguien que ha vivido más de cien años. Miró al dragón negro y este se estremeció.
De repente, su cuerpo pareció desaparecer y aparecer al delante de la bestia, tocando el hombro de Ji Ming y luego volviendo a desaparecer.
Liam dejó a Ji Ming recostado en el suelo, que lo miraba con pura sorpresa en sus ojos.
-¡Eso fue pura velocidad! -pensó el cultivador -. Liam, parece que ya me has superado...
Liam no abrió la boca y, en cambio, tensó sus músculos. El dragón negro no tuvo tiempo para reaccionar ante el puñetazo que recibió de lleno en la cara, fue mandado a volar tan rápido que rompió la barrera del sonido y creó un estruendo que hubiera dejado sordo a alguien normal si hubiera estado cerca.
El dragón batió sus alas y se lanzó a una velocidad que antes no había demostrado, sin embargo Liam vio claramente sus movimientos y lanzó una patada desde un ángulo que no era visible para el monstruo. Debido a estuidar las artes marciales, Liam sabía que el ojo es capaz de captar mucho más fácilmente los movimientos laterales y los que llegan por encima de la cabeza, pero los que llegan por debajo no suelen ser percibidos a tiempo.
En efecto, la patada conectó con el hocico del dragón negro, sacándole sangre morada y mandándolo a volar. Por supuesto, ahora que había llegado a la Separación del Espíritu, Liam era capaz de volar y, en efecto, no tardó en ponerse a la altura de su enemigo, que aún no se había recuperado del todo.
-Debo darte las gracias, sin ti es posible que no hubiera logrado la iluminación en tan poco tiempo -dijo, su voz calmada -. Realmente no me importa tu nombre, pero si quieres decirlo ahora es el momento.
Ama no Sakahoko apareció en la mano derecha de Liam, ahora emitía un aura más profunda y poderosa.
El dragón negro soltó un rugido y luego empezó a reír como un maníaco.
-Ja ja ja ja aj aj aja jla aj aj aj jansjdkanjkdsnjkandkans, NO TE CREAS TANTO NIÑO! -gritó, su voz contenía una cantidad inimaginable de rabia -. Lo sabía, sabía que ese bastardo ocultaba algo, no me liberaría porque sí... ¡Maldición! Yo, el gran Dragón del Abismo, Ragnar, me niego a perder contra un mocoso!
Empezó a cargar una cantidad enorme de llamas en su boca, provocando que todo temblara. Liam solo se puso en una extraña postura, con Ama no Sakahoko extendida hacia adelante.
Ragnar soltó un rugido bestial antes de liberar el ataque, que calentó y marchitó plantas que estaban a mas de doscientos metros debajo de ellos.
-Estilo del Alma: Destello de Relámpago Parapdeante -murmuró Liam.
Su mano realizó una estocada tan rápida que fue casi imposible de percibir y algo parecido a una bala se adelantó a la velocidad del rayo. Al chocar contra las llamas, estas se dispersaron al instante, como si hubieran encontrado un muro impenetrable Ragnar no tuvo tiempo de nada más que mirar con horror como todo su cuello fue rasgado al instante.
Incluso cuando su cabeza cayó al suelo, desprovista de su cuerpo, aún pudo decir algunas palabras.
-Im...posible... -con eso, el dragón del abismo murió.
Liam solo se giró para mirar a Ji Ming, que le devolvió la mirada con una sonrisa.
-Eso fue realmente genial -comentó el cultivador chino con sorpresa.
Liam soltó una carcajada, pero se detuvo a la mitad debido a que se desmayó del agotamiento, como ya le había sucedido cuando llegó a un nuevo Gran Reino antes.
Esta vez, cuando apareció en su Mundo Interior se sorprendió ante la sorprendente novedad, delante de él había un rebaño de ovejas. Al parecer al llegar a la Separación del Espíritu en su Mundo Interior se había creado vida.
Fin del capítulo.
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Bueno, tengo algunas cosas que explicaros. La primera separación de Liam consiste en dejar atrás todo lo relacionado con su mundo original y esto creo que le hacía falta, pues no podría evolucionar realmente si no aprendía a aceptar completamente al nuevo mundo. Supongo que os preguntaréis por qué es tan poderoso, pues ya dije anteriormente que el aumento de poder en la Separación del Espíritu depende de lo que se "corte". En este caso, Liam ha cortado algo que es único y nadie más puede cortar en este mundo, así que al ser único, naturalmente debe ser poderoso.
Para clasificarlo en términos de fuerza, Liam ahora posee el poder de alguien promedio en la Corroboración del Camino, Ragnar estaba en la parte débil del mismo Reino (ya dije que las bestias son más débiles que los humanos estando ambos en el mismo Reino, así que de ahí la paliza que le da).
Este ha sido un impulso de poder muy grande y no habrá otro similar hasta que entre en el Reino más allá de la Corroboración del Camino,las otras separaciones de Liam no serán tan poderosas y únicas, así que será un impulso normal de poder.