Cada soldado iba temeroso, por lo que habian pasado en el bosque, pero eso les sirvio para ir mas unidos, los generales se escuchaban dar ordenes, cada cierto tiempo para ver donde estaban sus oficiales al mando y su propia gente de cada escuadron de combate.
Generalmente se iban en una fila larga, sin embargo, cambiaron esa tactica y empezaron a avanzar en formacion de batalla, para estar prevenidos por cualquier contratiempo que se les presentara, aunque la reina Esmée se veia que estaba desesperada por llegar y saber que habia pasado con sus hermanos.
Despues de caminarar un dia y medio por senderos y brechas, se empezo a vislumbrar como se levantaba un castillo enorme encima de una colina, rodeandolo se levantaban las murallas, dandole una apariencia de seguridad, fosas de varios pies de ancho con agua y puas abajo hacian que la fortaleza fuera casi impenetrable para los enemigos, a lo alto se izaba la bandera francesa en una torre del lado este del castillo y del lado oeste la bandera de la familia real. Unas casas de madera y molinos de viento rusticos se encontraban apostados a las afuera de las murallas, con varios campesinos que no sabian lo que estaba ocurriendo en las costas francesas, asi que seguian sus actividades comerciales.
Un soldado en la torre de vigilancia de la puerta principal de la muralla observo a lo lejos, un pequeño ejercito que avanzaba en formacion, y decidio tocar las campanas para poder avisar a las tropas apostadas en el castillo.
A unos cuantos acres de distancia la reina Esmée dio la orden de detenerse, sacando un pañuelo blanco de la bolsa de su caballo, poniendosela en una lanza, decidio llamar a Thomas, y unos cuantos jinetes mas para que los acompañaran a las puertas, de esa forma podrian pasar sin riesgo a ser considerados enemigos.
Avanzaron galopando, y un grupo de soldados en los que incluian a su primo Juan hijo de capeto, los intercepto en el camino, no dejandolos seguir adelante.
- Quietos, no avancen- grito uno de los soldados de elite que salio a su encuentro-. Quienes son, descubranse la cara.
- Soy la Reina Esmée- Dijo la reina energicamente-. Dejame pasar y llama a los medicos que atiendan a mis heridos.
- Prima, pense que te habiamos perdido estabamos muy preocupados por ti -.dijo Juan-. ¿Dónde te habias metido?, tus hermanos estaran muy contentos de que estes entre los vivos aun.
- Si primo, tengo que hablar con los generales, los magisterios y caballeros reunelos en el salon real – dijo Esmée tratando se ser fuerte-.
- Si, señora – Dijo el soldado-. Nos hemos enterado de lo sucedido con su padre, mis mas sinceras condolencias.
El soldado salio corriendo, a tocar tres veces las campanas seguidas, para dar a entender que el Rey habia muerto en batalla, y que estaba por ser elegido un nuevo Rey o Reina para gobernar Francia.
Esmée se dirigio a los establos con todos los caballeros, bajo de su caballo de un brinco, dejo sus armas en las bolsas de su caballo, necesitaba ir a su alcoba para poder quitarse la armadura, con ayuda de una subdita especial que la cuidaba y veia que no le faltara nada a la nueva reina.
De una ventana, Adam vio la llegada de su hermana a los establos, bajando a su encuentro, entre feliz y enojado por la perdida de su padre, tuvo que ser amable delante de toda los subditos que los estaba viendo.
- Hermana, ¿donde estabas? – Dijo Adam con tono nervioso-. Mande a buscar a Thomas Amelia y por ti.
- Si, me lo encontre en el camino – Contesto Esmée como si no le molestara su tono- Amelia sigue desaparecida, mandare otra patrulla a buscarla.
- Hermana, Mattias esta gravemente herido -Dijo Adam nervioso de la contestacion de Esmée -. ¿Qué haremos?, dicen los curanderos que posiblemente no sobreviva.
- Llama a los mejores brujos no perdere otro hermano – Dijo Esmée con voz firme- Al rato voy a verlo, tengo cosas que hacer ahora que el reino esta a mi cargo
Mientras subia las escaleras, lo alcanzo Thomas para decirle que ya la estaban esperando en el salon real.
- Thomas quiero que sepas que eres de las pocas personas que confio en estos oscuros momentos, tienes la obligacion de formar parte de mi guardia real y espia del Reino -. Dijo Esmée mientras le estrechaba la mano-. Ve con los altos mandos, enseguida voy a alcanzarlos.
- Si su majestad, tengo varias opciones para que sean sus caballeros pertenecientes a la elite que la cuidara majestad, son los mejores del reino -. Dijo Thomas mirandola a los ojos-. Pero creo que eso despues podriamos hablarlo con mas calma su majestad.
- Manda a Daphnee a mi alcoba -. ordeno Esmée mientras empujaba la puerta peatonal para entrar a la recepcion del castillo-. Necesito hablar con ella
Una enorme e imponente puerta de madera de roble, divida en dos para que sea mas facil abrirla, con acabados en las orillas de oro solido reflejaban la luz del sol, entro Esmée dando pasos agigantados, le urgia llegar a su habitacion para poder quitarse la armadura que la sofocaba.
Al llegar a su alcoba ya la estaba esperando la subdita para ayudarle con su armadura, en la cama hecha con plumas de cisne estaba puesto el vestido que usaria para su coronacion y para hablar delante de los subditos Franceses.
Al cabo de unos minutos, se escucho un toquido en la puerta de la recamara, entrando por ella su hermana Daphnee, como la ventana de la habitacion estaba abierta, reflejaba en la cara de la nueva princesa un tono angelical, y una belleza inigualable.
- Hermana, quiero que me digas con lujo de detalle, que mounstruos habitan en el bosque, necesito que escribas en papel todo lo que viste en tus años adentro del bosque – Dijo Esmée-. Mañana mandare una patrulla a buscar a nuestra Amelia.
- ¿Cómo sabes que vivi en el bosque? -. Pregunto Daphnee.-
- No lo se con certeza, pero te puedo asegurar, apartir de que fuimos con el brujo mi mente puede percibir mas cosas, aparte he soñado varios eventos que temo se puedan volver realidad -. Contesto Esmée-.
- Si esta bien, hermana, te dire todo lo que vi en el bosque, sin embargo no creo que sea posible poder escribirlo, ya que no se hacerlo.- Refirio Daphnee-.
Esmée al escuchar eso ordeno a la subdita que fuera a traer a un escriba inmediatamente, tambien se quedo varios segundo pensando en lo que habia dicho, y llego a la conclusion que su hermana gemela y ella tenian un vinculo afectivo muy fuerte.
Esmée le hizo una señal a su hermana para que salieran de la habitacion, sin importarle que habia mandado a llamar al escriba, se dirigeron las dos por los pasillos del castillo, en silencio.
Al llegar a la sala del trono, Daphnee no queria entrar, porque pensaba que no tenia nada que hacer, sin embargo ella era el complemento de Esmée.
- Bienvenidos a todos los presentes, quiero anunciar con gran dolor en mi corazon que el Rey ha muerto defendiendo la soberania de este reino -. Dijo Esmée-. Estamos aquí reunidos para anunciar las acciones que se tomaran para defendernos de los invasores que quieren coaccionar nuestra libertad.
- Perdon por interrumpirla su majestad -. Dijo el sacerdote-. Quiero pedirle que hoy mismo sea su coronacion, es mas si se puede ahorita mejor.
- Si esta bien, traigan la corona real y preparen todo-. Ordeno Esmée-.
Se escucho un estrepitoso ruido, todo mundo volteo a ver hacia la salida, derrepente entro corriendo el consejero del palacio, dando tropiezos con sus ropas largas que llegaban hasta el piso.
- Mi lady, mi lady – Decia gritando-. Perdon por el retraso, estaba juntando a la gente, ya vienen en camino mi lady, ¿Quién es la señorita que la acompaña?.
- Mi hermana, y usted sabe a quien me refiero – Contesto Esmée- aparte porque llego tan tarde donde carajos estaba, si la mayoria de gente ya esta presente..
- Oh – Trato de decir palabra alguna pero no pudo defenderse -.
- Pero que bueno que llega a tiempo para mi coronacion.
Daphnee, con pena trataba de desviar la mirada, no sabia que decir al respecto y se notaba su nerviosismo a kilometros de distancia.
- Mi lady, no creo que sea correcto ahorita presentarla, en una situacion como esta – murmuro el consejero al oido de la reina-. Su padre casi siempre me hacia caso cuando lo aconsejaba.
- Con todo respeto, pero ella se va a quedar conmigo, y la presentare ante mis subditos, es momento de que se sepa la verdad, que tengo una hermana – Contesto Esmée el murmullo del consejero-.
- Pero mi señora – Trato de defender su punto de vista -...
- Quiero presentarles a mi hermana, por motivos que muchos desconocen y hasta hace pocos dias yo tambien, estuvo escondida de las miradas del publico, pero quiero que sepan que a pesar de que no hemos convido mucho, ella es princesa del reino Frances- Dijo Esmée demostrando quien manda –.
Muchos generales trataron de pedir la palabra pero la reina no les hacia caso asi que continuo hablando.
Pasaron unos pocos minutos cuando llego el sacerdote con la corona real, para ponersela llegado el momento.
Fueron poco a poco llegando sus leales subditos de la corona, incluidos los magisterios, los generales, caballeros y señores de las tierras francesas, siendo un imperio tan grande la corona no podria manejarlo todo si no fuera gracias a la ayuda de sus terratenientes o tambien llamados los señores de los castillos franceses.
- Damas y caballeros estamos reunidos aquí para la coronacion de la nueva reina de Francia, Esmée Faure- Dumont – Dijo el sacerdote real que se encuentra apostado en cada reino catolico de la epoca-
Saca una corona, que traian cargando un sacerdote y su monagillo, con incrustraciones de safiro y ruby a los lados, hecho de oro puro con varias cruces que salian del circulo principal, una prenda digna de la reina francesa, todos estaban asombrados de tal belleza, era tradicion que una de las ventanas de la cupula principal del salon real se abriera para que iluminara a la futura gobernante, sin embargo en esta ocasión especial, se rompieron varios protocolos por la premura de tener una soberana reinante.
El sacerdote le quita la tiara de princesa, para ponerla en la vitrina de cristal donde estaba la corona real esperando darsela a la princesa Amelia, con lagrimas en los ojos, Esmée recibio la insignia real, un leon con alas, despues el sacerdote hizo una señal para que la princesa agachara la cabeza y de esa forma ponerle la corona.
- Quiero que hagas el juramento- dijo el sacerdote tomando una biblia de una mesa cercana.- pon tu mano en la biblia y repite despues de mi. Juro solemnemente ante Dios y ante los aquí presentes, defender con mi propia vida, los intereses del pueblo de francia, y defender la soberania del pais de enemigos internos y externos.
De esa forma lo hizo la princesa, y continuo su primer discurso como soberana del reino.
- Tambien estamos reunidos en este dia para honrar a mi padre, que fue arrancado de nuestros brazos y eso produce un trago amargo para todos, pero no nos vamos a dejar derrotar por las adversidades – Puntualizo Esmée – Solo por hoy vamos a celebrar en grande los aldeanos y caballeros estaran invitados a compartir el pan en este mismo salon en unas 4 horas, esa es la primera orden que dare como Reina, mañana empezaremos a planear la guerra que se avecina.
Despues de ese primer discurso salieron todos del salon principal, y los encargados de anunciar alguna fiesta real fueron a tocar las campanas, los cocineros fueron a matar varias vacas, para alimentar a todos los aldeanos, mientras que la guardia real empezo a pegar carteles de reclutamiento, era obligatorio presentarse al dia siguiente a las afueras del castillo, para llevarse acabo las primeras instrucciones militares.
Al llegar la fiesta, no sabia Esmée que su papa tenia probadores reales, personas que tenian como obligacion comer el primer bocado de los reyes para ver si no se encontraba veneno alguno en los alimentos que iban a ingerior, se presento dicha persona y Esmée lo corrio inmediatamente, sin embargo el consejero le dio la sugerencia de no hacerlo porque anteriormente a su papa lo habian intentado asesinar de dicha manera.
Ordeno, que probara toda la comida de sus hermanos primero y al ultimo de ella, aunque no estaba muy conforme en que lo hiciera, ya que se empezaba a denotar, el amor que le tenia a su nueva familia, el reino de Francia
Daphnee mientras tanto estaba disfrutando su primer dia de descanso en el palacio un privilegio que le fue arrebatado de chica, y que ahora se le ha devuelto, sin embargo no duraria mucho tiempo porque a la mañana siguiente tenia que presentarse a entrenar con los futuros espias, y Thomas seria su maestro.
Al terminar la fiesta, Esmée se fue a dormir, un poco subida de tono, por la cantidad de alcohol que tomo, para ahogar las penas y los pensamientos de culpabilidad por no haber podido ayudar a su padre cuando lo necesito.
Amelia corria de un lado a otro, pasando los arboles, dejando una marca con su mano bañada en sangre, los vestidos razgados y toda sucia, parecia que se hubiera revolcado en la tierra, a lo lejos se escuchaban correr a los lobos, persiguiendo a su presa, se observaba una entrada a una cueva y hojarazca cubriendola, Amelia entro a esa cueva.
- Esmée ayudame, no se donde estoy, los mountruos quieren comerme- Escuchaba una voz a lo lejos-. Tu y Daphnee son las unicas que pueden ayudarme, las necesito ahora
La Reina Esmée se desperto sobresaltada, dandose cuenta que ya era el dia siguiente a la fiesta, pasaron un par de minutos a la orilla de la cama pensando sobre la vision que habia tenido, sabia dentro de si misma que su hermana ocupaba ayuda, conocia muy poco esa zona de la vision, asi que decidio pedirle ayuda a su hermana Daphnee, llamo a la patrulla, a su hermana y sin hacer mas aspavientos se pusieron en marcha al bosque de la vision.