El rey estaba de rodillas en el suelo, sus labios estaba pegados en los pies de León mientras rogaba por misericordia, claro que a nuestro protagonista no le fue agradable tal acto. No le agradaba tener a un hombre gordo y grasoso besándolo, aunque fueran sus pies, él no era esa clase de hombre.
Bueno, ningún hombre decente le gustaría tal acto, en cambio, todos preferirían que lo hiciera una hermosa mujer.
Además, no le agradaba esa clase de persona, para León era mejor morir con la cabeza en alto, que suplicando como un cerdo.
Claro que algunos pensaron lo contrario, ya que mientras puedas vivir, no importa el orgullo y la dignidad. Después de todo, no hay nada más importante que estar vivo, si estás muerto, ¿qué puedes hacer?, ¡nada!, así que muerto no sirves.
Pero para León, que nunca ha estado en la posición de los débiles, y siempre es quien pisotea a los demás, no es un pensamiento que él tendría, y nunca tendrá.
León escupió al rey y le pisoteo la cara contra el suelo, en sus manos aparecieron un par de guantes negros, que tenían el símbolo Ouroboros, la serpiente que se devora a sí misma. Él se los puso, y con su otra mano se los acomodo, para que quedaran ajustados.
Luego pateo al rey en la cara y lo hizo rodar por el suelo. "Nyyoooooooooggg." El pobre gritaba como un cerdo por el dolor, eso hizo que León se disgustará todavía más.
-"¡Basura inútil!, tch, deberías agradecer que morirás en mis manos."
El rey intentó inclinarse y besarle los pies a su matón, él quería vivir, no importaba el medio.
-"pur favoshrrs (Por favor), dejadme vivir, te daré lo quieras, oroshh (oro), mujeres, tierra, un título, incluso a mi hija, solo déjame vivir."
León negó con la cabeza, y volvió a patear al rey que gritaba con agonía, su cara llena de mocos y lágrimas no era algo digno de ver. León se acercó al rey, y antes de que volviera a levantarse, le puso el pie en el pecho.
Luego saco un estetoscopio y se lo puso en el cuello.
-"¡Ya llego el doctor!, y como tal te debo hacer un cheque médico, ¿hmm?, ¿mm?, ¡si eso parece!, creo que necesitas bajar de peso, así que haremos una cirugía, ¡¿vale?!"
El pobre rey gritaba como cerdo en el matadero, todos sus instintos le decían que algo malo le pasaría, y no creía eso de la cirugía que hablaba León, y menos de que fuera un buen médico.
Y claro que estaba en lo cierto. León agarró uno de los brazos del rey, y comenzó a jalar hacia atrás, "Crak, crak, shuss" El sonido de huesos rotos, y el de la piel desgarrándose era horrible, si alguien más estuviera presente, se orinaría los pantalones del susto.
León que jalaba del brazo y sentía el desgarro de la piel, se reía como un lunático. Le agradaba el sonido. Luego de un tiempo, usando la fuerza justa y agarre adecuado, lentamente fue sacando el brazo del rey, desmembrándolo.
El rey solo podía gritar, y no sería sorprendente que se desmayara del shock de dolor, lástima que León no lo dejaría. León era experto en controlar la mente, y los nervios, gracias su personaje asesino, así que mantenerlo consiente no era difícil.
Los segundos parecían, aunque parecían años para quien sufría la tortura.
-"¡aaaaaaaarrggg!" Grito el rey, cuando sintió como su brazo se separa de su cuerpo.
-"jajaja, mira, mira, tu brazo, ahora pesas un poco menos, ¡¿no deberías estar feliz y agradecer?!" Dijo León, mientras agitaba el brazo como un niño con un dulce, claro que este dulce salpicaba sangre por todos lados.
El rey ni siquiera lo escuchaba, solo se agarraba el lugar donde antes iba su brazo, quería detener la hemorragia.
-"Veo, ¡eres un maldito malagradecido!, no me culpes por ser cruel entonces, además me debes la factura de la operación, pero veo que no tienes dinero..., ¿hmm?, bueno, ya que no tienes, lo cobraremos a la antigua, no te preocupes, esto dolerá..., ¡un montón!"
León levantó el brazo de rey, y como un bate hecho de carne humana, León empezó a propinarles golpes al Rey, mientras gritaba no te golpees tú solo.
Mientras León golpeaba al rey, un hombre se ocultaba bajo la mesa, el mantel escondía su cuerpo, era Derrick Redbat.
Derrick es el tercer hijo de la famosa casa Redbat, un mago de rango avanzado y futuro consejero de la princesa Ariel. Claro que ahora no mostraba ser el hijo de una casa noble, ahora solo era un hombre asustado, sus manos tapaban su boca, temiendo que una palabra o sollozo se le escapara.
Nunca antes había visto una escena similar, un hombre golpeado a un Rey, con su propio brazo desmembrado, era una escena que surrealista que nunca olvidaría.
León sabía que estaba ocultándose, pero no le haría nada por ahora, tenía algo de utilidad.
Dejando a Derrick de lado, León seguía propinando golpes, la sangre salpicaba, incluso un ojo salió volando debido a la presión intracraneal que fue generada por los constantes golpes en la cabeza. Y no solo eso, León golpeó todo el cuerpo del rey, abdomen, cabeza, pecho, espalda, piernas, y claro, la entrepierna.
El rey ya no era reconocible, estaba hinchado y morado, además tenía varias agujero en su cuerpo. Estos agujeros se deben a que el bate de carne humana, se destrozaba con cada golpe, eso genero que los huesos se salieran de interior, y generan varias varillas filosas.
León dio unos últimos golpes, y se detuvo a mirar la escena, la sangre salpicaba todo el suelo y las paredes, parecía una obra de arte terrorífica, pero hermosa. A León le gusto, y pensó que el trabajo ya estaba hecho.
-"Joder, ¡eres muy resistente!, y pensar que todavía estás vivo, debo felicitarte por esto, ahhh, pero todo lo bueno tiene un final, y nuestro juego de doctor y paciente acaba de terminar, me gustaría escuchar tu opinión y que tal la cirugía, pero veo que no puedes hablar, así que nada que hacer"
León liberó el bate de carne, y lo dejo caer al suelo, al lado del rey, que pronto moriría por la perdida de sangre. Saco sus guantes y los guardo, luego se dio media vuelta y miro hacia la mesa, mesa que temblaba notablemente, parecía una mesa fantasma.
-"Ahora..., que tal si la rata deja de esconderse, y sale a jugar"
Derrick estaba asustado, rogando a sus dioses que lo salvaran, y que León no encontrar su escondite, lástima que no sirvió de nada.
-"Bueno, si no quieres salir, ¡iré por ti!"
León no corrió, dio pasos muy lentos, y fuertes, eso era más divertido, ya que le daba un sentimiento de terror al perseguido. Derrick temblaba cada vez más fuerte, y sus manos no podían callar su gimoteo y sollos, sus ojos estaban rojos debido a las lágrimas.
-"¡Te encontré!"
Una mano se acercó al mantel, y lo levantó, dejando al descubierto a Derrick. En contraste con sus manos limpias, la cara y la camisa de León estaban llena de sangre y pedazos de carne, su sonrisa de loco no ayudaba en nada. Si quería dar una buena impresión, seguro fallo.
Derrick que miraba fijamente a León, se asustó a más no poder, pensó que estaba frente a la parka, y esta venía a cosechar su vida. Su mirada fija duro unos segundos, antes de que sus ojos se volvieran blancos y se desmayara.
León se sorprendió, no pensó que sería tan cobarde, él recordaba que Derrick peleo contra una bestia y dio su vida por salvar a su princesa, por eso pensó que tenía un fuerte mentalidad.
Lo que no sabía León, es que ahora daba más miedo que una bestia o que un rey demonio. Si alguien lo viera, se asustaría y correría del miedo.
-"¡Arriba!" Grito León, mientras tocaba la frente de Derrick y lo traía de vuelta a la vida.
-"N-no me m-m-mates" Suplico mientras juntaba sus manos y miraba al suelo.
León se inclinó en una de sus rodillas, y palmeo el hombro de Derrick, como si fueran viejos amigos.
-"Tranquilo, no te haré daño, lo único que deseo es que hagas algo por mí, nada más."
-"I-indique lo que debo hacer y haré lo que se deba." Respondió sin dudar, temiendo que León cambiara de opinión.
-"Es bueno que seas inteligente" León sacó de su inventario una pequeña píldora, y se la entrego a Derrick, y explicó:
-"Escucha bien, esta píldora pueda ser disuelta en cualquier líquido, no se puede oler, y no tiene sabor, así que no debes preocuparte por ser encontrado, ahora para qué sirve, eso no te incumbe, lo importante es que debes dársela a tu princesa, ¿comprendes?"
-"Sí, sí, lo haré."
-"Ahora..., ¡vete y haz lo que te digo!, y no olvides, puedo encontrarte donde sea y cuando sea"
Derrick asintió ferozmente, y se fue, sin mirar atrás, no pensaba fallar su misión, él quería vivir y no ser torturado, en cuanto a su princesa y la lealtad a su reino, todo eso se puede ir a la mierda, no quería terminar como el rey, el miedo a León era más fuerte que el miedo a la muerte, o cualquier otra cosa.
En cuanto a la cápsula, era un medicamento que destruye o inhibe cualquier impulso sexual, eso haría que Ariel no fuera bisexual, o que se volviera una puta antes de tiempo.
Claro, ahora algunos se preguntarán, porque no va al palacio y se la lleva, ¿no sería más fácil quedársela desde el inicio y cultivar su lealtad?, podría ser así, pero León no quería hacer eso.,
Y el motivo era simple, León no quería cuidar a más lolis, no quería perder tiempo en eso, era mejor que Ariel creciera por su cuenta, y mantuviera su personalidad sádica y también su lado masoquista.
León miró al techo y respiro hondo, era hora de volver a casa, y sembrar lo que tanto le costó cosechar.
Minutos antes - Cambio escenario --------------------------------------------------------------------------------------------------------
Mientras León estaba golpeado al rey, Ágata trajo de vuelta a Eris y a Hilda.
-"Desde ahora este será tu hogar."
Frente al trío de chicas pelirrojas, se podía ver una hermosa casa de dos pisos, con la temática del estilo medieval. Techo de tejas, una chimenea, al lado un rancho, donde había algunas vacas, y algunos caballos.
-"Es pequeño..." Dijo Hilda, pero rápido se arrepintió, ya que no quería dar una mala impresión. Suerte para ella, a Ágata no le importaba.
-"Comparado a tu otra casa, si lo es, pero no mires su tamaño, esta casa es mucho más cómoda y tiene muchas cosas que mejorar tu vida diaria, además de tener muchas cosas de la era moderna, que seguro te sorprenderán"
-"¿Era moderna?"
-"Pronto lo entenderás, pero antes, que tal si llevas a tu hija a la habitación y le explicas la situación."
Hilda asintió y dio las gracias con una leve reverencia, Ágata la despido con la mano, diciendo que no era gran cosa, y se fue a la cocina, tenía que preparar la comida de León.
Hilda tomó de la mano a Eris, y la llevo hacia la habitación, cerro la puerta con llaves, para que Eris no escapara o armara algún berrinche. Luego de su vestido saco un pequeño frasco, que contenía alcohol y lo paso por la nariz de Eris, segundos después, la pequeña pelirroja estaba totalmente despierta y se abalanzó sobre su madre, abrazándola con fuerza.
-"Okaa-sama, snifff."
-"Tranquila Eris, todo estará bien."
Eris levantó su cara llena de lágrimas, y miro a su madre, preguntado con tristeza:
-"¿Otou-sama?"
Hilda solo pudo abrazar a su hija, ya que no sabía como consolarla. Eris estaba abrumada, y triste, había perdido todo, su casa, su dinero, su guardia persona(Ghislaine), a su abuelo, y todos sus lujos, y por último, a su padre, ella pudo ver la cabeza decapitada de su padre.
Así es, León puso la cabeza de Philip sobre una estaca y la puso frente a la casa de los Boreas, no solo eso, puso una magia de barrera, lo que prohibió que la retiraran, y claro, Eris viendo que había mucho alboroto, le dio curiosidad y se acercó al lugar.
Cuando llego, vio a su padre, muerto y decapitado.
-"Eris, mi pequeña, todo estará bien, pero tienes que ser obediente, si eres obediente nada malo nos pasara, ¿entiendes?"
Eris no respondió, se quedó en silencio, sollozando la perdida de su padre, y de todo lo que tenía. Era una niña todavía, y era normal que tuviera miedo y pena.
Los minutos pasaron, y Eris se volvió a quedar dormida. Hilda estaba apenada, extrañaba esa niña alegre y vivaz, que golpeaba a todos sus maestros, esa Eris que era una Ojuo-sama arrogante y egocéntrica.
Pero a la vez, estaba contenta, por qué así, Eris no causara grandes problemas, y no molestara a su nuevo amo. Eso las ayudaría a sobrevivir, y a llevar una buena vida, o eso esperaba ella.
Lo que no sabía, es que debajo de esa Eris deprimida, todavía quedaba una llama, era muy pequeña, pero estaba, solo faltaba alguien que la despertaba, y aparecía el perro rabioso que todos conocemos, ahora solo faltaba que alguien la prendiera.
Hilda dejó a Eris en la cama, y miro el traje de sirvienta que estaba al costado de la cama, lo tomo, y le dio varias vueltas, observándolo, la tela era suave y exquisita, y sus patrones eran complejos y bien hechos, sin duda una obra de arte, incluso su ropa de noble, quedaba en vergüenza contra un simple traje de sirvienta.
Luego de tocarlo y mirarlo un rato, intento ponérselo, con un poco de dificultad, ya que el área del pecho estaba apretada. Varios minutos después, logro vestirse, solo quedaba ponerse las bragas de color blanco, con ligas y medias.
Varios minutos después, ya estaba lista y fue a buscar a Ágata, tenía muchas preguntas que hacer, entre esas, que debe hacer, nunca antes había servido a alguien, y aunque tenía varias criadas, y tenía más o menos la idea, no tenía la práctica. Del dicho al hecho, es un largo viaje.
-"Ágata-sama, ¿Cuáles son mis deberes?"
-"¿Tu hija está bien? "
-"Sí, está mejor, y creo que no dará grandes problemas"
-"¿Está deprimida?" Dijo Ágata, mientras picaba algunas verduras.
-"Si..."
-"Bueno, dejemos eso de lado por ahora, ¿hmm?, en cuanto a tus deberes, tengo algunos libros que te ayudaran a comprenderlos"
Luego de 1 minuto, Ágata había sacado 10 libros de su inventario, y los puso sobre la mesa. Como ser una buena sirvienta, las 101 razones de ser sirvienta, como complacer a tu amo, y así, una lista de nombres variados. Hilda los tomo un por uno, y los miro, los abría, los ojeaba y los daba vuelta.
Ágata miraba curiosa, y varias sospechas e ideas llenaban su cabeza, ideas que esperaba que no fueran verdad. Hilda frunció el ceño, y dio un suspiro cansado, luego levanto la cara y miro a Ágata con una mirada apenada, y muy incómoda.
-"Yo..., no sé leer, mejor dicho, me falta práctica" Le costo decirlo, ya que estaba avergonzada, era una noble y como tal, de pequeña fue enseñada por varios maestros. Y leer era un conocimiento básico, que se debe tener antes de aprender otras cosas.
El gran problema era, que Hilda era una esposa de llavero y Philip nunca la dejo entrometerse en sus negocios o cualquier política, así que le prohibió leer, claro que Hilda sabía leer al inicio, pero con el tiempo, se le olvidó. La mente es así, si no prácticas algo con cierta regularidad, tiendes a olvidarlo.
-"Pero eres noble, como no sabes." Pregunto Ágata, que tenía un poco de conocimiento sobre como era la época medieval, y la era de los nobles.
-"Bueno, yo pasaba la mayoría del tiempo encerrada en mi cuarto, pitando algunos cuadros, esa era toda mi vida, teníamos algunos libros, pero no me dejaban leerlos."
-"¿Sabes lo básico?"
-"Algo, pero no mucho." Dijo Hilda, que miraba el piso, no quería mirar a Ágata a la cara, tenía miedo de que estuviera enojada.
Ágata estaba atónita y molesta, no pudo aguantarse las ganas de masajear su sien. Esta vez, León había puesto mucho trabajo sobre ella. No solo tiene que enseñarle las cosas básicas de una sirvienta, ahora tiene que enseñarle a leer y escribir, y es como si estuviera criando a un niño.
En realidad para los quehaceres diarios, no era necesario estos estudios básicos, pero..., eran sirvientas de Leon, y él no dejaría que algo tan basico, se pasara por alto.
-"Pido disculpas por mi ineptitud Ágata-sama."
-"Está bien, no es tu culpa..."
Ágata se tomó un momento para procesar todo, y pensar que hacer a continuación.
-"Bien, luego te enseñaré a leer, antes preparemos la comida..., ¿sabes cocinar?" Pregunto, un poco esperanzada, esperanza que se derrumbó de inmediato.
-"Yo..., siempre quise aprender, pero nunca me dejaron."
-"Algo es algo, bien, parte por cortar esas verduras, hazlo en cuadrado, usa es cuchillo y ten cuidado, es muy filoso y no vayas a cortarte.
-"No se preocupe Ágata-sama, no soy torpe y aprendo rápido"
Ágata asintió, y la dejo cotar las verduras, Hilda agarro el cuchillo y puso la zanahoria sobre el mesón para cortar, uso su mano entera para sujetar la zanahoria, dejando sus finos dedos en la punta de la zanahoria. Grave error, ya que en el tercer corte, se llevó a pasar el dedo medio.
-"¡Waaaaaaaaaahhhhhh!"
Ágata saltó del susto, y luego vio que Hilda saltaba por todos lados mientras se sujetaba la mano, varias lágrimas corrían por sus ojos, y la sangre salpicaba por todos lados, no era mucho pero la cocina era blanca completa, y eso hacía que el color rojo resaltara.
Ágata miraba incrédula, como puede ser tan inútil, a su anterior dolor de cabeza, se sumió otro, y no pudo aguantarse las ganas de masajearse la frente.
-"Suspiro, espero que León agradezca todos mis esfuerzos"
Hilda se detuvo en breve, ya que su herida había sanado de la nada, y su dolor desapareció por completo, llego a pensar que solo era un sueño. Luego miro a su superior, y vio su cara de decepción, y supo quien la ayudó.
-"Gracias, no volverá a pasar." Dijo Hilda, con una pequeña reverencia, y volvió al trabajo como si nada hubiera pasado.
Un minuto después, luego de que Hilda se cortara otra vez, Ágata no pudo aguantar más, agarro un balde y un banco, y se lo dio a su junior.
-"Ve y consigue leche fresca, no olvides que afuera tenemos algunas vacas, digo, no vayas a ir a la tienda por ella."
-"¿eh?, jajaja, no soy tan torpe" Dijo Hilda, con una risa seca. Aunque por dentro estaba sorprendida, ella creía que Ágata podía leer la mente, ya que en realidad pensó en ir a la tienda por leche, ya que se olvidó que tenían un pequeño rancho.
Ágata no necesitaba leer mentes, solo tenía que ver la cara de Hilda, como para saber lo que pensaba.
-"Que te pareció mi nueva sirvienta" Dijo León, que volvió a la casa justo cuando Hilda se cortó el dedo, solo que no intervino, quería ver como se desempeñaba y como se relacionaban la nueva y la más antigua de sus sirvientas.
-"Bienvenido a casa León, ya terminaste tus asuntos..."
Ágata se dio media vuelta y miro a León, otro suspiro cansado salió de su boca, casi se masajea la sien otra vez, pero se lo aguanto.
-"León..., puedes limpiarte antes de volver, mira como dejaste el piso."
León se encogió de hombros, en realidad se le olvidó usar magia de limpieza, y su cuerpo todavía tenían rastros de sangre, y en sus pies quedaban pedazos de carne humana. Ágata negó con la cabeza, no sacaba nada con quejarse, así que uso magia de limpieza y dejo a León como nuevo.
-"¿Ahora sí?" Ágata se acercó a León, y con un paño limpio sus mejillas, luego asintió -"Bien, ahora como esta Hilda."
-"No debes pre coparte, la ayudaré correctamente y le enseñaré todo lo que debe saber, es un poco torpe, lo admito, pero tiene espíritu y no creo que se rinda fácilmente, el único problema es que tomara tiempo, no es una chica fácil, y al ser una ex-noble, será un poco más difícil."
-"No importa cuanto te demores, su trasero y sus pechos siguen siendo útiles, es lo unico que importa" Dijo León, mientras le agarraba las tetas a Ágata.
-"hm, sí..."
Ágata solo pudo negar con la cabeza, ya sabia que su amo era un gran pervertido, y que no lo ocultaba. Tampoco se quejaria, porque le gustaba.
Aunque León quería jugar con Ágata, lo dejaría para la noche, era hora de conocer a su nueva criada.
León se apareció cerca de Hilda, y se volvió invisible para poder observarla. En cuanto a Ágata, volvio a lo suyo.
Hilda agarró el banco y lo puso cerca de las ubres de la vaca y se sentó, tomo el balde y los puso debajo, eso era lo que recordaba, ya que vio como sus sirvientas sacaban leche.
-"ahora..., agarro estas cosas y la exprimo."
Sus manos eran pequeñas y blancas, y cualquiera que las toque, notara la suavidad de su piel. Hilda nunca trabajo, o hizo algo que incluyera fuerza, y mucho menos tocar una espada, lo máximo que hizo, fue pintar, pero usaba guantes cuando lo hacía, no le gustaba manchar sus manos.
Pero ahora, Hilda está tocando ubres de vaca, en su vida pensó que haría algo así, y aunque soñó con ser una granjera, en realidad no quería hacer trabajo forzado. Hilda era una Ojou-sama, a ella le gustaba que la atendieran, o mejor dicho, estaba acostumbrada a eso.
-"Suspiro, siempre desee cocinar, y justo cuando alguien me enseñaría, ¡lo arruino!..., me pregunto si podre volver a la cocina, prefiero eso a tener que sacar leche, aahhh, mejor dejemos las quejas y terminemos esto, no vayan a regañarme, otra vez."
Pasaron los minutos y Hilda estaba transpirando, el sudor de su cuerpo hacía que el traje de sirvienta se pegará a su cuerpo, y donde no usaba brasier, sus pezones rosados era visibles a través de la ropa.
Sus delgadas manos limpiaban su frente, su respiración era pesada, haciendo que su pecho subiera y bajara con sensualidad.
Era un afrodisiaco para la vista.
Esos pechos, tan grandes y hermosos, creo que si pongo mi cabeza en ese lugar, mi hundiré y nunca podre salir. Sin duda valió la pena todo ese esfuerzo, una de las mejores Milf de la serie, lástima que tuviera que morir por el bien de la trama, estos idiotas, como pueden dejar morir mujeres tan hermosas, pero bueno, son solos novelas y no son la realidad, no puedes culparlos mucho. Pensó León.
Hilda soltó un suspiro de alivio, su trabajo estaba terminado, y logro llenar el balde hasta un 3/4 del total. Aunque se equivocó en un detalle, su capacidad de carga, nuestra pelirroja tetona, nunca antes había hecho fuerza.
Cuando intento levantarlo, no pudo, su peso era mucho para ella, aun así, no se rindio y arrastro el balde con ella, claro que la leche se balanceaba y caía al suelo. Con mucho esfuerzo logro avanzar un metro, lástima para ella, el día anterior hubo lluvia, y justo se paró en un charco de barro.
"Thump", Hilda resbalo, y cayó sobre el barro, era bueno que tuviera un trasero grande y este amortiguo el golpe. Lo malo, es que el balde voló por los aires, y dio algunas vueltas, como en cámara lenta, y cuando llego a su punto más alto, empezó a descender, cayendo sobre la cabeza de Hilda.
León que era testigo de la escena, estaba atónito, nunca antes había visto una escena tan cliché y sacada de una caricatura, y peor, nunca pensó que su milf legendaria, también sería una milf torpe. No sabía si reir o llorar.
-"Sniff, sniff, waaaaaa, aaaaaaaa, aaaaaaaaaaaaaa."
Hilda lloraba desconsoladamente, todo ha salido mal en su vida. Desde que nació fue criada para ser una buena esposa, y una incubadora de hijos, nunca le agrado eso. Luego se casó con un idiota, que era un maldito pedófilo, y no contento con eso, la vida la golpea todavía más duro, y le quita todos sus lujos y riquezas, y la despoja de su nobleza.
Hilda no podía comprender por qué tanta mala suerte, no lograba comprender que daño hizo, para que todo le saliera mal.
León que se reía por las estupideces de nueva milf, tuvo que dejar de hacerlo, ya veía que Hilda lloraba hasta la noche si la dejaba sola, no le quedo de otra, se levantó, quito su invisibilidad y se acercó a la milf llena de leche, y con un balde en la cabeza, todavía no se lo quitaba, talvez por vergüenza a que la vieran llorar, o simplemente se le olvidó.
ahhhh, que mujer más lamentable, bueno, no importa, con el tiempo mejorara, solo debo entrenarla. Pensó León.
Hilda sintió como el balde en la cabeza era retirado, y paro de gritar, aunque seguía sollozando.
-"¡ey!, porque lloras tanto, solo es un poco de leche"
-"¡León-sama!" Hilda lo reconoció de inmediato, León tiene un aura y cara única, además es muy guapo, cualquier mujer lo recordaría fácilmente.
-"Si, ese es mi nombre, ahora dime, ¿por qué lloras?"
-"sniff, me he caído y he resbalado por el barro, y ¡pum!, la leche cayó sobre mí, sniff."
-"Solo eso, pff, deja de actuar como una niña, eres una mujer madura, así que deja de llorar." León reprendió suavemente.
-"Lo siento León-sama, seré más digna desde ahora." Dijo Hilda, recordando que era una mujer madura, en sus 30. Que llorar por todo no era adecuado a su edad.
-"Ve a bañarte, y descansa por el día, ah, y no se te olvide bajar a comer, trae a Eris también."
León despachó a Hilda rápidamente, aunque quería tener una conversación profunda con ella, pensó que no era el momento adecuado.
-"Si León-sama."
Hilda se levantó y se fue, intentando mantener el poco orgullo que le quedaba. León que la vio marcharse, pensó en que hacer con la milf.
¿Que hacer con ella?, no creo que sea necesario intimidarla, es bastante sumisa por lo que puedo ver, además sé que no ira en mi contra, e intentara complacerme, y no dudara en entrar a la cama conmigo.
Hilda está mentalmente preparada para eso, después de todo, fue criada para encontrar un buen marido, y para dar a luz, está en su naturaleza complacer a su hombre. Además, si quiero intimidar a alguien, que mejor Suki y Mai del mundo de avatar, y claro, tenemos a mi linda Zenith de este mundo.
Y con esos pensamientos en mente, León entro a la casa, se acostó en el sofá, saco sus zapatos y espero la hora de la cena, como un esposo normal que llegaba cansado del trabajo.