Nota del autor: Lamento la demora, pero tuve algunos contratiempos en la universidad, bueno disfruten el cap.
No olviden comentar, votar y compartir...
PD: Capitulo escrito en colaboración con JooannaSa12.... Asi es, también acepto colaboraciones... Si tienen alguna idea interesante, absurda, o simplemente quieren que su nombre aparezca, pueden decirlo...
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Al finalizar el día todos los estudiantes avanzaban a su ritmo por las puertas de la Academia, solos, en grupos o con sus amigos, todos los estudiantes abandonaron las instalaciones lentamente, por otro lado Samantha e Ino empezaron su caminata en dirección a la casa de la niña desaparecida.
Ella y su familia se mudaron a la ciudad cuando la pequeña fue aceptada en la academia, son una familia de 4, incluyendo a sus padres la niña tenía un hermano menor, de apenas algunos meses.
Después de llegar a la ciudad el padre anteriormente cazador, se volvió un agricultor y debido a ello salía desde la mañana hasta el atardecer, la madre por su parte aparte de cuidar la casa y al bebe, también se dedicaba a hacer cocer ropa y trabajar con artesanías (platos, tazas, etc.) las cuales vendía en el mercado una vez a la semana.
Eran una familia que si bien no tenía mucho dinero, sin duda eran felices...
Normalmente pasaba las tardes en compañía de su madre, aunque en ocasiones se juntaba con Ino para jugar con ella, no obstante en los últimos tiempos empezó a hablar y jugar con un niño del vecindario...
"Ya veo... oye, ¿conoces al niño?" - Pregunto Samantha con dudas en su rostro, Ino por su parte inclino la cabeza mientras consideraba seriamente el asunto.
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Lina era una niña muy feliz, sociable y muy linda, con su cabellera negra y tez morena, ojos marrones con una luz de inocencia, jugaba con todos y hablaba con todos.
Le gusta bailar y cantar, y en cualquier lugar hacía amigos sin problemas, hasta que un día, conoció a Pablo, un el hijo del vecino cercano.
Pablo, al contrario de Lina, es un niño triste, introvertido y muy tímido, pero aun así Lina logro acercarse.
Solo llevaban alrededor de unas semanas desde que se mudaron a su nueva casa.
El primer día que se conocieron, Lina se encontró con Pablo en el jardín cerca de su casa. Él estaba sobre sus rodillas, con una vara, dibujando en la tierra y parecía triste.
Lina se acercó a él y le hablo, pero el niño no quería hablarle de vuelta, pero aun así ella insistió, hasta que el niño se dio por vencido y comenzaron a charlar. Lo que Lina desconocía, es que en la oscuridad alguien observaba…
El segundo día, Lina salió de la casa, para ir a buscar a su querido amigo, pero Pablo ya no estaba en el jardín, lo buscó, pero parecía que no había nadie en esa casa vieja y derruida. Así que ese día se la pasó aburrida en casa, viendo a su madre quien se la pasaba cociendo, así que soló jugó con su linda muñeca de trapo.
El tercer día, salió con la esperanza de ver a su amigo. Ese día, el niño estaba cerrando la puerta de su casa. Así que Lina corrió, con una sonrisa en su rostro, grito su nombre, para hacerse oír, para que el niño se diera cuenta de que estaba ahí. El niño volvió la cabeza, temeroso de que ella fuera con él.
Ella se acercó, vio su expresión y se le hizo raro la reacción que tuvo al verla, era la primera vez que le pasaba, pero no le dio importancia y se juntó con él.
El niño, le decía con la mirada que se fuera, pero ella no le entendía, estaba nervioso, parecía que iba a llorar, en su mirada se veía el apuro que sentía, pero aun así se quedó…
La puerta de la casa derruida se abrió, y el padre de Pablo se asomó, los vio a los dos, sonrió y los invitó a pasar, la niña le sonrió de vuelta, volvió su cabeza hacia Pablo, que seguía con la misma expresión y parecía petrificado…
Lina frunció el ceño, no comprendía qué pasaba, pero estaba a acostumbrada a ser invitada a la casa de sus amigos, así que aceptó, entró a la casa, Pablo entró después y su padre al final
Y se cerró la puerta…
Lina se paralizó al ver la casa, parecía que nadie vivía ahí, estaba en ruinas, estaba oscuro, intentó volver a la entrada o buscar a Pablo, pero todo fue demasiado rápido, el señor la tomó, le puso algo en la nariz y en la boca, para que no gritara.
Lina entró en pánico, quiso gritar, movió sus piernas, quiso huir, pero, poco a poco, dejó de luchar, sus parpados estaban pesados… y de repente todo quedó oscuro…
Desde ese día, los padres buscaron a la pequeña Lina, por todas partes, pasó un día y nada… la estadía se alargó, pasaron a ser dos... una semana… pero Lina ya no volvió a aparecer…
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Samantha entro a la casa de Lina junto a Ino, ambas fueron recibidas por una mujer visiblemente demacrada por la tristeza, esta fue la madre de la pequeña, quien después de días de búsqueda y en vela termino deteriorando su salud.
"Hola, tía... ¿El tío esta...?" - Pregunto Ino en voz baja, la señora negó con la cabeza con una sonrisa amarga, pero antes de que pudiera decir algo el sonido del llanto de su bebe atrajo su atención.
"Dame un momento..." - La mujer entro en su recámara y unos segundos después el llanto se atenuó hasta desaparecer, seguido de ello la mujer salió de la habitación cargando en su hombro al bebe. - "Él está trabajando, no pudo seguir ausentándose... ya… debieron avisarte de lo que paso ¿verdad?"
Ante la pregunta de la mujer, Ino simplemente asintió con la cabeza... fue entonces que su atención se desvió en dirección a Samantha quien se encontraba examinando el entorno sin interrumpir su conversación.
"Creo que no nos conocemos, mi nombre es Lila, ¿eres una amiga de mi hija?" - La mujer extendió su mano hacia la joven, aunque era claro que hubo muchas dudas debido a la obvia diferencia de edad entre la joven y su hija.
"Mi nombre es Samantha... soy la compañera de clase de Ino... entiendo que este puede no ser el mejor momento, pero me preguntaba si me dejaría examinar la habitación de su hija." - La respuesta de Samantha provoco que la mujer se sorprendiera al enterarse de que esta joven obviamente mayor, era una compañera de clases.
"Tía, la hermana mayor accedió a ayudarnos a buscar... ella es muy fuerte..." - Las palabras de la niña sacaron de su estupor a la mujer, quien al final simplemente guio a la joven en dirección a la habitación de su hija, cuando Samantha entro, Lila no pudo evitar mirar a Ino con dudas en su mirada.
"¿Ella realmente es tu compañera?" - Pregunto en voz baja la mujer para ofender a la joven que ya había ingresado en la recámara.
"Sí... la hermana mayor fue enviada a nuestra clase, pero ella es increíble, se enfrentó a dos instructores de la Academia y venció a uno antes de huir." - Las mejillas de la niña se enrojecieron mientras recordaba aquel combate entre Samantha y los instructores, pero pronto volvió a la normalidad cuando pensó en su amiga desaparecida.
La mujer por su parte quedo impactada, después de todo era consciente del nivel y prestigio que disfrutaron los instructores de la Academia, en realidad cuando su hija desapareció su primera acción fue notificarlo a la Academia, pero estos solo enviaron un instructor y algunos estudiantes, los cuales después de revisar la residencia simplemente se fueron.
Los que realmente buscaron a su hija terminaron siendo su marido, junto a algunos amigos y vecinos, desafortunadamente no fueron capaces de hallar ningún rastro, aunque esto también fue notificado a los guardias, estos desestimaron el caso como uno más de secuestro o niño perdido.
Al final los padres perdieron la esperanza de encontrar a su hija viva, en cambio solo deseaban poder darle un descanso adecuado...
"Mmm... ¿Esta era su muñeca favorita?" - Samantha interrumpió la conversación cuando salió de la habitación llevando en manos una pequeña muñeca de trapo, ante esto la mujer asintió, luego de ello levanto el rostro y quedo en trance cuando se encontró directamente con brillantes ojos de Samantha.
"Ya veo, creo que tengo lo que necesitaba..." - Samantha asintió a la mujer y camino lentamente hasta la salida, en sus manos aun manteniendo la pequeña muñeca, luego de cruzar la puerta sus ojos brillantes recorrieron los alrededores detenidamente.
Ambas mujeres se desconcertaron ante sus acciones, pero al final simplemente la siguieron en silencio hasta la puerta de la casa, para este punto de la tarde el sol estaba en su punto más alto y pronto comenzaría a ocultarse, debido a esto hubo un volumen más alto de personas en la calle.
Cuando ambas salieron, observaron a Samantha en silencio, pero ella solo negó con la cabeza y siguió analizando sus alrededores y a cada persona que pasaba, al final después de unos minutos miro fijamente a Ino.
"Creo que tengo una idea, pero dime... ¿Tienes que volver a los dormitorios esta noche?" - Ninguna de estas mujeres sabía que las acciones de Samantha terminarían causando un enorme impacto en toda la ciudad, y menos aún esperaban que esto pasara todo por la petición de una pequeña niña.
...
Pasaron algunas horas desde la llegada de Samantha a la residencia, actualmente el marido de la mujer había regresado de trabajar y después de tomar una comida rápida, en realidad salió nuevamente a buscar a su hija, acompañado por algunos vecinos y amigos, su número era mucho menor que en días anteriores, ya que muchos no creyeron poder encontrarla.
Este grupo buscaba en calles y callejones, preguntando a todos los que encontraban, y gritando en voz alta, o buscando entre la basura, ellos simplemente se negaban a rendirse con encontrar a la niña, la razón de esto es que muchos eran padres... muchos perdieron a sus hijos, muchos esperaban que si llegaba el momento en que ellos necesitaran ayuda, alguien se las daría.
Una búsqueda infructuosa hecha con las mejores intenciones, pero al final no se puede vivir con solo buenas intenciones.
Mientras la búsqueda continuaba, el sol ya estaba ocultándose pintando las calles de la ciudad con una tonalidad naranja, en este momento afuera de la casa de Lina se encontraba Ino jugando con una muñeca de trapo, su atuendo cambio a uno más casual, pero fue por esto que sus facciones y su rostro quedaron descubiertos, demostrándole a todos lo lindo de la niña.
A su edad mostraba el potencial de convertirse en una verdadera belleza, y eso sin considerar los hermosos ojos verde agua que podían atrapar la atención de cualquiera que los viera.
"H-hola..." - Una voz interrumpió la concentración de la niña, cuando ella giro la cabeza para buscar el origen, se encontró con un niño de edad similar, su expresión nerviosa combinada con el ligero temblor en sus manos, dejaron en claro que era un verdadero milagro que el pequeño lograra entablar una conversación con Ino.
Este niño era naturalmente Pablo.
"M-Me llamo Pablo... t-tú ¿quién eres?" - La pregunta del niño era completamente razonable, ya que Ino no era una residente del área, y en realidad era bastante extraño para cualquiera el encontrarla en tal lugar, naturalmente la pregunta fue razonable porque era un niño, si esta pregunta fuera hecha por un adulto no se vería nada bien.
"¡Hola! Soy Ino, yo vine a buscar a mi amiga, pero parece que no está en casa... así que me quedé aquí esperando a que llegara." - Una voz dulce de escuchar, una mirada ingenua, cualquier persona que la viera sin duda creería que era una pequeña niñita esperando la llegada de su amiga, y si sus compañeras de clase la vieran, sin duda estarían impactados pensando en quien era realmente esta niña, porque sin duda no coincidía con la que conocían.
"Ah... Y-Yo soy Pablo... y-yo también soy amigo de Lina... s-si si quieres, puedes esperarla en mi casa..." - El tartamudeo del joven se hizo notar con cada oración que pronunciaba, pero sus palabras parecían ensayadas, sin emoción, como si fuera algo repetido incontables veces.
Ino por su parte lo miro atentamente, y después de pensar por un momento la pequeña acepto, como si no hubiera nada malo en jugar en la casa de un amigo, así la pequeña siguió al niño y juntos atravesaron la calle llegando a una casa bastante deteriorada, la pequeña miro la casa por un instante antes de avanzar junto al niño hasta la puerta principal.
Esta se abrió cuando ambos llegaron a ella, mostrando a un hombre de mediana edad con una sonrisa amable, el niño comenzó a temblar ligeramente mientras su rostro palidecía, pero al final no pronuncio una palabra.
Ino miro atentamente al hombre quien solo sonrió y se hizo a un lado permitiendo que ambos pasaran, la joven no sospecho y en cambio entro tranquilamente dentro de la casa, no alcanzo a caminar ni dos metros cuando la puerta fue cerrada, entonces moviéndose rápidamente el hombre saco un pequeño paño con sustancias desconocidas.
Ino no se resistió cuando el hombre coloco aquel paño sobre su boca y nariz, la fuerza abandono el cuerpo de la joven cuando sus ojos comenzaron a nublarse y la oscuridad envolvió su conciencia, sin embargo, para desconcierto del hombre, Ino se quedó dormida con una pequeña sonrisa pegada en su rostro, como si fuera una niña que tuvo éxito en su travesura.
Esto provoco que un extraño escalofrió recorriera la espalda del hombre, quien rápidamente corrió hacia una de las ventanas y abriendo las cortinas examino rápidamente el entorno, sin embargo, no pudo notar nada fuera de lugar, esta tensa situación se mantuvo durante algunos minutos hasta que al final soltó un suspiro.
"Quizás mis instintos me están fallando... Trae sus cosas y regresa a jugar afuera, no podemos dejar que nadie nos descubra." - Ordeno el hombre a Pablo, este aun con la cara pálida asintió y con rapidez se hizo cargo de mover las pertenencias de la niña (una cartera y la muñeca).
El hombre por su parte cargo a Ino sobre su hombro y entro en su recamara, una vez ahí arrastro la cama desde su posición revelando una trampilla oculta, esta los condujo a un sótano oculto en el cual se encontraban algunas jaulas, así como otros instrumentos como collares, cadenas, esposas, etc.
"Bueno, espero que este lugar te guste, porque hasta que te venda, será tu nuevo hogar." - El hombre murmuro mientras colocaba a la inconsciente Ino en una de las jaulas, luego de ello se dirigió hacia una mesa con utensilios (cadenas y collares) y comenzó a preparar uno de los collares para la niña. - "Sin duda esta vez los dioses están de mi lado, si se la vendo al Barón Delmar obtendré suficiente dinero para no tener que volver a trabajar."
Una sonrisa desagradable se formó en el rostro del hombre cuando comenzó a considerar todo el dinero que obtendría al vender a la joven, no obstante, esta se borró de su rostro cuando el frio metálico toco su cuello, entonces el sudor comenzó a correr por su rostro y mientras giraba muy lentamente su visión.
Atrás de él un par de ojos brillantes lo recibieron, pero a diferencia de otros no sintió fascinación al verlos, y en cambio pudo ver como el frio abrazo de la muerte se abalanzaba sobre él, especialmente fue así cuando noto que en el filo de la daga un pequeño rastro rojo de sangre caía lentamente al suelo.
"T-tu... ¿Lo mataste?" - Pregunto el hombre con incertidumbre y preocupación en su voz, ante esto la joven no mostro ninguna reacción y simplemente golpeo fríamente el estómago del hombre llevándose su conciencia.
"No son nada más que basura." - exclamo Samantha antes de colocar su pierna sobre el hombro derecho del hombre, entonces sin miramientos piso fuertemente causando que el sonido de huesos rotos viajara por la habitación.
¡Crack!
"¡¡Ahhhhh!!" - grito fuertemente el hombre cuando el inmenso dolor lo saco de su inconciencia, sin embargo, no tuvo tiempo de procesar la información cuando Samantha volvió a golpear con su pierna aplastando su otro hombro.
¡Crack!
El segundo golpe precedió al tercero que no tardó en llegar, esta vez cobrándose una de las piernas del hombre, y pocos segundos después llego el quinto golpe, para entonces el hombre cayo nuevamente en la inconciencia debido al dolor.
Fue solo hasta este punto que Samantha se detuvo, entonces camino en dirección a la inconsciente Ino y luego de verificar que todo estaba bien, la saco de la jaula y la llevo directamente hasta la casa de Lina, donde para entonces estaba Lila esperando por ella en la entrada.
"¿Qué fue lo que paso?" - pregunto con ansiedad la mujer cuando se dio cuenta de que Samantha cargaba a una Ino inconsciente, Samantha simplemente le entrego la niña antes de dar media vuelta y dirigirse nuevamente en dirección a aquella derruida casa.
"No necesitas preocuparte por nada... yo me hare cargo de todo." - Dijo Samantha antes de desaparecer dentro de la oscuridad de aquella casa.
Por el hueco de la puerta de aquella casa un pequeño charco de sangre se empezó a extender...