Este capítulo ha sido escrito para que proclames tu «Independence Day» (tu «Día de la Independencia») y para que conozcas el intríngulis de cómo ingresar cifras con muchos ceros. Albert Einstein dijo: «No intentes convertirte en exitoso, intenta volverte valioso». Valioso para tu mercado. Y si haces eso cada día, todos tus días serán un gran éxito, en consecuencia gozarás de dinero y libertad.
Voy a ser radical: para aumentar tus ingresos aumenta el valor que entregas.
La riqueza depende del valor que proporciones al mercado. No importa si eres empleado o emprendedor, vale para todos, las cosas te irán mejor cuanto más valor aportes a tu empresa o a tu clientela. Zig Ziglar, motivador legendario, lo expresó con estas palabras: «Puedes tener lo que quieras en esta vida si ayudas a suficientes personas a tener lo que ellas quieran». De modo que cuanto mayor valor entregues, mejor te irá y menos le importará a tu empleador o a tu cliente el precio que les pidas.
Si simplificas las cosas que para la gente son complejas, te ganarás muy bien la vida. Vamos, «harás dinero». La regla es muy clara: entrega valor masivamente. ¿Hay algo nuevo en ello? ¡Nada! Y aun así suena a nuevo.
Los empleados y emprendedores que no ganan lo suficiente es porque no entregan suficiente valor. Piensa en cómo podrías entregar más valor. Hay excepciones, claro, puede que sí entreguen un gran valor a la empresa ya los clientes pero que no sean justamente correspondidos, en ese caso no se están entregando a sí mismos suficiente valor porque no se dan la oportunidad de trabajar en otro lugar.
La ausencia de prosperidad está vinculada a la ausencia de valor generado. Pongamos un ejemplo: un comandante de un vuelo comercial está mejor retribuido que un cajero de supermercado porque el valor percibido que entregan ambos es diferente. En comparación, el nivel de especialización y preparación es tan distinto que el valor de su trabajo también lo es.
Axioma: Para estar mejor pagado, tienes que ser muy bueno en lo tuyo. Sigue aprendiendo, mejora en tu campo, aumenta el valor de lo que ofreces: convierte tu talento en un gran servicio al mercado.
Déjame expresarlo de forma sencilla: si quieres obtener más deberás entregar más (y a más personas). Hoy debido a la globalización tu mercado es ¡el mundo! Es un fenómeno que ha encogido el planeta varías tallas, y sigue haciéndolo.
Axioma: Para estar mejor pagado, tienes que servir a más personas. Como tu tiempo y tu energía son finitos, deberás encontrar medios para conseguir «apalancamiento»; es decir: hacer más Con menos.
Si quieres ganar más deberás encontrar el modo de servir a más personas con menos esfuerzo y tiempo. El modo de conseguirlo es el apalancamiento para «replicarte».
¿Cómo? Ayudándote con un equipo que te sustituya. Por ejemplo, si eres dentista, puedes contratar a otros profesionales para que atiendan a tus pacientes. Así como sirves
a más personas a través de otros. Es como «clonarte» (duplicarte, triplicarte...). ¿Lo has cogido? Replicarte es aumentar el número de personas a las que sirves.
Pregúntate (cada semana): ¿Cómo puedo hacer para que mi producto o servicio sirva a más personas?
Tómate tiempo (cada mes) para pensar cómo puedes servir a diez veces más personas de las que atiendes en la actualidad (ya sea en tu empleo o en tu negocio). Cuando lo consigas, tu valor (como empleado o como profesional independiente) se habrá multiplicado.
Pregúntate (cada año): ¿Qué nuevo producto o servicio puedo suministrar que añada un valor masivo al mercado? Es de principiante crear una oferta y después buscar su demanda, en el supuesto de que exista. Es empezar la casa por el tejado. No caigas en ese error. Sal ahí fuera y averigua qué problemas puedes resolver, o cómo podrías mejorar la vida de las personas en algún aspecto, y luego elabora tu propuesta.
Pero hay más sobre lo que reflexionar.
Si vas a establecer tu propio negocio personal en los servicios te sugiero que ofrezcas además uno o varios productos. Complementa tu oferta masiva de servicio con tu oferta masiva de un producto. ¿Qué producto? Encuentra un producto que complemente tu propuesta; o mejor aún: crea uno propio, tendrás más margen. Por ejemplo, una peluquería, además de los servicios que presta, obtiene ingresos por los productos de cuidado y belleza que ofrece a sus clientes. Y un profesor de yoga, ropa y material para seguir las clases. Esos productos pueden ser de marca propia o marca ajena, la cuestión es que contribuyan a la cifra mensual de facturación del negocio.
Piensa en ofrecer un servicio por el que valga la pena pagar y cobrar.
Lo que sigue es del inventor B. Fuller: «La finalidad de nuestra vida es añadir valor a la gente de esta generación y de las siguientes». ¿Cuál será tu legado? Toma papel y lápiz, anota aquello por lo que podrías ser recordado, tu aportación personal. Dale al botón de avance rápido y sitúate en el final de tu vida, echa un vistazo, vuelve al presente y escribe una miniautobiografia que resuma en qué ha mejorado el mundo tu vida. Si no tienes tiempo para tanto, resúmelo en un hermoso epitafio, ¿cuál sería el tuyo?
En conclusión, en el Código del Dinero está implícito entregar valor masivo a un volumen masivo de personas. Y para ello es preciso apalancarte y replicarte.
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