Me quedé con Kaori y Lin en la sala esperando a que llegara Akira. La angustia me estaba matando. Akira llegó y se dirigió a donde estábamos, traía consigo dos osos de peluche y un ramo de flores. Kaori y Lin se acercaron a él, ya que se arrodilló frente a ellos. Le dio uno de los peluches a Kaori y el otro se lo dio a Lin. Esto es inusual. Se veían muy felices los dos con Akira. Kaori no dejaba de reír y ni se diga Lin.
—¿Les gusta?— preguntó Akira, acariciando la cabeza de Lin. Me quedé mirándolos perpleja sin poder creer lo que estaba pasando.
—Si, nunca me habían regalado un peluche— dijo Lin emocionado.
—Oh, pues vas a tener muchos más. Te vas a cansar después de tener tantos.
—Gracias— Lin sonrió y abrazó a Akira. Estaba casi muriéndome por dentro de tantas emociones. ¿En qué momento pasó esto? Kaori hizo lo mismo que Lin y abrazó por el costado a Akira.
—De ahora en adelante serás el hombre de la casa, así que quiero que cuides de Kaori como de esa que está ahí, cuando yo no esté— ambos me miraron—. Si la ves haciendo algo indebido me lo informas, ¿Está bien?
—Si— asintió entre risas Lin. Esto es mucho más de lo que puedo soportar. El exceso de ternura me está matando.
—¿Por qué no van al cuarto y continúan jugando?— Akira besó a Kaori y a Lin en la cabeza. Lin se llevó de la mano a Kaori, parecían hermanitos de verdad.
—No has dicho una sola palabra, corderito— se levantó y caminó hacia mí. Desvié la mirada por qué a simple vista se daría cuenta de cómo estoy. Sentí su cálida mano en mi mejilla—. ¿Mi corderito está feliz?
—Cualquiera que vea una escena como esa no podría evitar sentirse feliz, Akira.
—¿Te gustan? Las escogí para ti, princesa— acercó el ramo a mi rostro. El aroma era muy fresco, hace mucho no había podido disfrutarlo. Las tomé en mi mano y las acerqué más a mi rostro.
—Gracias, amor, están hermosas.
—Quiero preguntarte algo— preguntó seriamente.
—¿Qué cosa?— Akira desvió la mirada y caminó a otro lado de la sala, como si quisiera decir algo y no se atreve—. ¿Qué sucede?— realmente me preocupé mucho.
—¿Has deseado tener otro hijo en estos tiempos? Sé que luego de lo que pasó la última vez no querías, es por eso que te pregunto— reí por su ternura, luce como un hombre fuerte y frio, pero es tan tierno por dentro.
—¿Por qué te ríes?— se puso serio.
—Lo siento, no pude contenerme. ¿Estás preocupado por eso todavía?— caminé hacia él —. ¿Quieres tener otro hijo conmigo, Akira?
—Verás, Kaori va a necesitar un hermano. No sé si entiendas.
—No sabemos si nos toque un niño o una niña, Akira.
—Podemos seguir intentándolo— está bombardeando fuerte.
—¿Me estás pidiendo que hagamos uno ahora, querido?
—Me gustaría— Akira me miró fijamente—, pero lo que quería decir era otra cosa.
—No entiendo.
—¿Quieres adoptar a Lin?— abrí mis ojos de par en par, a lo que Akira sonrió—. ¿No te gustaría? — creí que mi corazón se iba a salir del pecho y ni se diga de mis lágrimas, que automáticamente se asomaron. Escuchar algo así de Akira, era algo demasiado difícil de creer. Hace unos días estaba intentando matar a Lin y hasta diciendo comentarios fuera de lugar. Su cambio repentino me había preocupado.
—¿Tú lo deseas?— pregunté curiosa.
—Si, ahora que no tiene a nadie quisiera que fuera parte de nosotros también. Creo que ya perdió mucho, ¿No crees?— ¿Akira sintiendo lástima por Lin?. Voy a morir por sobredosis de ternura. Esto es demasiado para mi corazón.
—A mí me encantaría. Él nos ve como sus hermanos, pero es algo que puede ir cambiando con el transcurso del tiempo, además Kaori lo acepta y se divierte con él.
—Podemos hablarlo con él, ya está grande y puede decidir algo así por su cuenta. Si está de acuerdo podemos hacerlo.
—¿Puedo saber por qué haces esto?
—He visto su comportamiento hacia ti y Kaori. Se siente cómodo, es inteligente aunque me saque por el techo en muchas ocasiones. Quizás no está demás darle una oportunidad de tener una familia, lisa.
—No puedo creer que estés diciendo todo esto, Akira. Me tomas por sorpresa, eres siempre tan esporádico. Que seas tan dulce con Lin luego de todo lo que ha pasado, me preocupó, ¿Tanto deseas tener un niño?
—Si, quiero muchos. No creas que vas a escapar ahora luego de estar de acuerdo con intentar, ¿Por qué no empezamos ahora?— arqueó una ceja y me encaró para besarme, pero sonó el teléfono y se detuvo.
—Siempre esta mierda tiene que sonar en un momento inoportuno — gruñó molesto y reí.
—Responde, puede ser del hospital.
Akira
Llamada telefónica
—Sr. Akira le hablo del hospital. Tuvimos una situación con la paciente. Tuve que administrarle un sedante nuevamente, ya que intentó atentar contra su vida. Lo mejor será llevarla a un centro de rehabilitación urgente, señor.
—¿Qué?
Lisa
—¿Qué sucede, Akira?— el semblante de Akira cambio por completo lo que me preocupó. ¿Será algo malo?