En el centro de Ankara, Aurora compró dos helados en un negocio y al salir, le sonrió a su guapo pretendiente.
"Gracias." Respondió Kairos tomando el helado con calma.
O la mayor calma, que alguien que estaba sonriendo disfrutando de la situación podía dar.
Era guapo y bastante joven en apariencia, sus rasgos tenían la impresión delicada, que resaltaban su belleza y más importante, sus ojos de color zafiro que eran tan misteriosos como preciosos.
Literalmente resaltaban a simple vista y Aurora no iba a negar, que le gustaban los ojazos que él tenía.
"¿Sucede algo?" Preguntó Kairos con curiosidad mientras lamia el helado, provocando que los labios de Aurora temblasen.
¿Estuvo bien que ella pensara que él era adorable?
"Solo estaba pensando lo guapo que eres y los hermosos y únicos que son tus ojos." Respondió Aurora y disfrutando como el hombre contenía su vergüenza, añadió. "Me parece raro que no estés casado, tengas novia o amante en este punto."
Fue sincera tanto con sus halagos, como con sus últimas palabras.
Era guapo, tenía dinero y gracias a su tecnología se podía considerar como alguien fuerte y ni hablar de la autoridad que podía ejercer.
Aunque delante de otros mostrara un semblante solemne y frío de alguien importante, Aurora creyó que tal imagen no era un impedimento.
Un excelente partido en todo sentido.
"No estaba interesado en esos temas y antes de conocerte nunca hubiera creído que podría enamorarme y ni hablar de acercarme tanto a alguien." Respondió Kairos y dando una sonrisa al verla comer el helado, añadió. "Es muy probable que, si no te hubiera conocido, seguiría igual que antes."
No trataba de ser romántico o coqueto, simplemente estaba revelando un hecho.
Uno, que Aurora pudo comprender.
Después de todo, ella era similar en el sentido de que antes de conocerlo a él, no estaba interesada en el romance.
Y era hasta el punto de que, durante la fiesta del torneo internacional, le hubiera dejado hablar si él no hubiera insistido.
"¿Al menos has pensado que alguien es guapo o hermosa? ¿Hubo alguien que hiciera tu corazón latir de más?" Curioseó Aurora comiendo su helado sin apartar su mirada.
Caminar por la calle de Ankara no era muy romántico cuando literalmente la mayoría de los turistas estaban armados y entre la multitud se encontraban jugadores y demonios de toda clase.
Aun así, había muy pocos momentos en el cual ella podía relajarse y disfrutar de su romance.
¿En cuanto a Cithrel? El Caballero Galante probablemente estaba bien, si no lo estuviera, la Diosa del Conocimiento y el Imperio Falion ya hubieran actuado enviado a todas sus fuerzas.
La lealtad significaba obedecer y a la vez excederse cuando era necesario.
Fue por eso que ahora disfrutó de su breve cita… Por eso y porque ella no cambiaría en nada si buscaba por la ciudad, cuando no tenía ni la menor idea por donde comenzar.
"No." Respondió Kairos y comiendo su helado, dio un suspiro a su sorpresa y confesó. "Nunca he tenido amantes, ni aventuras. Nunca he estado interesado en ese tipo de asuntos."
Aurora dio una sonrisa entretenida ante esa confesión que normalmente hubiera avergonzado a cualquiera que lo dijera, no obstante, Kairos respondió con honestidad a la curiosidad oculta que ella tenía.
En el Séptimo Portal Abismal cuando esa Súcubo atacó el campamento, el único que no cayó bajo los encantos de ese demonio, fue Kairos, quien mantuvo su semblante hasta que la vio a ella.
Algunos podrían suponer que fue por el control sobre sus emociones y deseos, sin embargo, Aurora creía que era el desinterés, muy similar a Alice, quien se mantuvo en calma.
"¿Es raro?" Preguntó Kairos con curiosidad al terminar su helado.
"No." Respondió Aurora y sacando una servilleta se limpió las manos al terminar su helado y comentó. "Cada uno tiene su forma de ser."
En este mundo era un lugar en donde podía encontrarse con lunáticos que le gustaba torturar inocentes y en cierto sentido, no era raro encontrarse con alguien que no tuviera interés en los asuntos románticos.
Aurora le pareció bastante normal y si bien la razón era su amiga, cuya indiferencia se extendía a cada aspecto de su vida, en menor medida ella también era parecida.
Nunca tuvo un interés romántico y aunque encontraba la apariencia de algunos, agradable, sin que Kairos hubiera insistido en acercarse, probablemente ella ni siquiera pensara en el tema.
Caminando con el hombre a su lado, Aurora de reojo lo observó.
Ignorando a los demonios, humanos o terranovense que caminaban por la zona y concentrándose en la postura y la mirada de Kairos y la manera que comía su helado.
"Hoy estás siendo bastante sincero. ¿Alguna razón para ello?" Preguntó Aurora sin ocultar la curiosidad que tenía.
Aurora creía que él se hubiera avergonzado al revelar que nunca tuvo parejas o aventuras y, por ende, dejar en evidencia que nunca se acercó a nadie.
Para ser alguien que se avergonzaba por esos temas, hoy respondió con una sinceridad madura y encantadora.
"Tu padre me aconsejo que sea sincero contigo." Respondió Kairos calmadamente.
Aurora levantó su ceja al escuchar esas palabras.
Sabía que ambos tuvieron una reunión y era normal que su padre o madre lo hiciera, aun así, era ignorante de lo que sucedió o de lo que hablaron.
¿Su padre le había dado un consejo de que no mintiera? Era curioso, ya que, si su padre dijo eso, entonces Kairos tenía un secreto que su padre, conocía.
Ella tuvo curiosidad, era normal que la tuviera, pero por sobre todo…
"¿Serás sincero con todo lo que pregunte?" Dudó Aurora y al ver que el hombre asentía, cuestionó. "Dijiste que nunca has estado interesado en esos 'tipos de asuntos'… ¿Y ahora? ¿Estás interesado?"
Una pregunta trampa.
Si negaba que no estaba interesado iba a ser igual de problemático que si lo admitía y para Aurora la mejor forma de responder esa pregunta, era esquivándola.
Al darse cuenta de que Kairos estaba en silencio, Aurora se acercó a él y aunque ella se ruborizó, continuo lo suficiente como para estar a centímetros de su oído.
"Eres demasiado encantador cuando te avergüenzas." Dijo Aurora y besando la mejilla de Kairos, se alejó y comentó. "Me encantaría tener una cita de verdad cuando tenga tiempo libre."
Kairos estaba ruborizado y era guapo, lo mejor fue esos ojos que no ocultaban que ella le gustaba de una manera profunda y a la vez tampoco evitó que estaba interesado en ella de múltiples maneras.
Era la intensidad con la cual la observaba, la sonrisa y a la vez la profundidad de sus emociones, lo que revelaba su interés.
"Tampoco necesitas responder a todo o ser completamente sincero si es que no lo deseas." Señaló Aurora y encogiéndose de hombros siguiendo su camino, se dio cuenta de que Kairos la seguía como un cachorrito aturdido y añadió. "No soy una niña, que no sabe a dónde se está metiendo o que saldrá lastimada por unas mentiras."
Tenía límites en cuanto a las mentiras, no lo negaba y era probable que algunos secretos la molestaran, no obstante, asumiría las consecuencias por los secretos y mentiras que ella deseaba no saber en este momento.
Al igual que asumiría cuando fuera necesario los secretos de sus maestros o de su sistema.
El consejo de su padre fue aceptable y útil, aunque seguramente fue dado desde la perspectiva paterna, queriendo que su hija no saliera lastimada.
"Lo entiendo." Respondió Kairos y siguiéndola a la misma velocidad, preguntó. "¿Quieres que empecemos con la búsqueda? ¿O hablar del portal?"
A Aurora le hubiera gustado una cita en algún sitio mejor, cuando no tuviera otras preocupaciones y aunque Kairos técnicamente se había acercado con esas excusas, ahora era diferente.
"No es necesario. Disfrutemos de nuestra caminata sin preocuparnos por el portal." Dijo Aurora y dando una media sonrisa, añadió. "Mi amiga estará bien y, además, hay otros mejores que yo consiguiendo información."
¿Estaba mal tener una cita en este momento? Por lo que sabían de Cithrel, no era la persona que estaba en peligro y era probable que ella fuera el peligro.
A la vez, que era poco probable que algo le sucediera.
Además, la razón por la cual estaba relajada era porque Alice le mencionó que probablemente hoy conseguiría información certera sobre Cithrel.
¿En cuánto al portal?
La Iglesia del Tiempo y el Espacio le daba información que necesitaba y como si fuera poco, también podía preguntar a su madre que era posible que estuviera involucrada en ese tema.
Así que ahora disfrutó de su cita.
******
Una joven mujer estaba sentada en la parte de afuera de un restaurante, comiendo con tranquilidad y calma.
Hermes que observaba a la joven, revisó la información que tenía y se acercó a Alice, dándose cuenta de que esa glotona estaba perdida en su mundo.
Literalmente parecía no prestarle atención a nadie y él con una sonrisa, levantó su mano y…
"¡Alice!"
"¡Alice!"
Su exclamación se superpuso con el llamado de otra persona y Hermes dirigió la mirada a la persona en cuestión.
Era una mujer joven de ojos azules, rostro redondo y maduro, ligeramente bronceada que utilizaba un colorido labial negro.
Por su postura y su físico entrenado, dejó en evidencia que era un usuario de habilidades y el aura que ocultaba, revelaba una fuerza de rango S.
Ambos recibieron la mirada de Alice, quien suspiró como si fuera molesto.
"No esperaba encontrarte aquí, Alice." Saludó la joven mujer e ignorándolo, se sentó al lado de Alice, mientras que él se sentó al frente.
La sonrisa de la mujer era sincera con cierto toque de felicidad y eran sus ojos, que brillaban con entusiasmo lo que mostraba más de lo que tal vez la misma persona quería revelar.
Hermes reconoció a la persona en cuestión y se mantuvo en silencio, pidiendo una bebida.
"Soy Arwa al-Sulayh." Saludó la joven dirigiéndole la mirada a él, dando su nombre de 'Señora de la Guerra'.
Los ojos ocultaban el interés que ella emanaba y a la vez buscaba descifrar cada una de sus emociones, como si lo estuviera estudiando.
Fue lo mismo para él, la única diferencia era que tenía más experiencia que la mujer para ocultarse en un papel distinto y para leer a otros individuos.
"Hermes. Director y actor ocasional." Respondió Hermes y sonriendo a Alice, dudó. "¿Amiga?"
Estaba pidiendo que señalara cuál era la cercanía de ambas y de esa manera, él podría decidir cómo actuar dependiendo de si era alguien cercana, de confianza o alguien de poco interés.
"Lamentablemente no soy nada. Hablamos una sola vez hace tiempo." Reveló Arwa y sin ocultar su sonrisa amistosa, añadió. "Fui rechazada cruelmente."
¿En qué sentido fue rechazada? Ella no lo explicó y si alguien conocía a Alice, entonces pensaría que era amistad.
A la vez, Arwa controló su expresión para parecer moderada y en cierto sentido, ocultándose con una máscara, similar a lo que estaba haciendo él.
"Oh, ella es…"
"Dejen de jugar. Es molesto cuando actúan tan estúpidamente." Gruñó Alice apartando el plato de comida y observándolo a él, preguntó. "¿Qué has conseguido? Necesito la información para mi hermana."
Alice vio a través de sus falsas máscaras de individuos amigables y al mismo tiempo, dejo ver que al menos entre ellos no necesitaban ocultarse.
Era poco probable que lo hiciera por amabilidad, pero Hermes sonrió de forma entretenida al activar un artefacto para evitar escuchas.
Aunque fue difícil, trató de ignorar la expresión sonriente y profunda que Arwa le daba a Alice, como si estuviera fascinada de verla.
Había escuchado que la hija del Rey de Arabia era alguien cuestionable, que vivió un tiempo como Señora de la Guerra, pero lo raro era que aquí dio la impresión de que estaba fascinada por Alice.
"Cithrel llegó hace unos días por su cuenta. Estaba siguiendo a un vampiro, que al parecer fue atrapado. Según la información, era un vampiro femenino y por los detalles, uno del Linaje de Caín." Informó Hermes y con seriedad, añadió. "En el mercado se ha estado comprando artefactos psiónicos, especialmente los de estasis y artefactos mentales y se rumorea una subasta para venderlo. Mi gente está localización la base del grupo en cuestión."
Alice le pidió que consiguiera información del tema y lo hizo, aunque no tanto como le hubiera gustado.
Por lo que sabía, la Princesa del Imperio Falion estaba en esta ciudad y estaba siguiendo a un vampiro femenino que fue atrapado.
Había visto a la princesa siempre siendo seguida por una guardaespaldas y para él fue evidente quien era la vampira atrapada.
"Oh, ¿vienen a cazar vampiros?" Preguntó Arwa con un toque de sorpresa.
"Dos amigas de mi hermana están involucradas y no hemos venido a 'cazar' a nadie, sino que a ayudar." Respondió Alice observando por unos segundos a Arwa.
Era una mirada amenazante que le decía que si intervenía no tenía impedimento para asesinarla y esos ojos aterradores fueron recibidos con cierto rubor.
Arwa literalmente sonrió mientras se sonrojaba y lo más sorprendente, fue que ni siquiera trató de ocultar sus expresiones tan descriptivas.
"Entiendo. Aunque me encantaría contrariarte para que me prestes atención y estoy un poco excitada ante la idea de morir en tus manos, prefiero estar de tu lado." Reveló Arwa dejando ver una sonrisa brillante y entusiasmada, que no concordaba con sus palabras.
Le gustaría ir en contra de Alice, lo suficiente como para motivar a que la buscara y aunque conocía lo que podría sucederle, si se excedía, aceptó la idea.
No, no solo lo aceptó, la 'excitó'.
"Aunque estás muy diferente a hace años, al menos tienes sentido común." Dijo Alice sin ninguna emoción en su voz.
No la juzgó, ni se rio o la amenaza, simplemente aceptó que había cambiado y a la vez, tomó como positivo que, en vez de enojarla, quisiera estar a su lado por las buenas.
Hermes que estaba observando a ambas, notó como Arwa daba una encantadora sonrisa a las palabras de Alice.
¿Buscaba alguien que no la juzgara? Alice la aceptó tal como era.
Aunque Hermes ocultó el hecho de que lo hizo porque no le interesaba.
"No, no he cambiado al menos no tanto. Sino que estoy cansada de llevar una máscara." Dijo Arwa y agitando la cabeza como si no fuera demasiado, dio una sonrisa encantadora y comentó. "He estado investigando por mi cuenta y he logrado descubrir algunas pistas útiles."
La duda de que estaba haciendo la Princesa del Reino de Arabia en este sitio, fue respondida con ese comentario.
¿Vino para cazar a esos supuestos vampiros o para capturarlos? Cualquiera de las dos opciones era más probable que la idea de que lo estaba haciendo por dinero.
"¿Quieres mi ayuda?" Preguntó Arwa con una sonrisa.
Tal como ella misma lo dijo antes, en vez de contrariar a Alice, provocándola para obtener su atención, prefirió ponerse de su lado, acercándose de esa manera.
El precio de la información era ser invitada a unirse y…
"Bien. Si es útil, te llevaré conmigo." Respondió Alice.
La expresión de Arwa pasó de sorpresa por ser aceptada, a emoción y felicidad evidente, quedando en una enorme sonrisa, que no se apartaba de Alice.
Para Hermes esta situación era tan rara como entretenida.
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