Dentro del gigantesco árbol en el centro del bosque magico, en la habitación se encontraba Amnestria aprendiendo a utilizar un reloj holográfico diseñado para bestias mágicas.
A sus alrededores estaban libros, grimorios y algunos elementos de investigación que llamaba la atención.
"Grabación: 1 de marzo. Todavía no logró descifrar la oscuridad de Alice. No, si tenemos en cuenta de que probablemente la oscuridad es el setenta a ochenta por ciento de todo su cuerpo, tengo que decir que no logro descifrar a Alice."
Dejando ese murmullo para que fuera grabado, observó un tubo de vidrio en donde se encontraba la oscuridad.
"En este punto la oscuridad pasa de ser algún elemento mágico y se puede considerar un ser vivo… Alice es la oscuridad, una que pueda sobrevivir devorando la materia orgánica y extenderse de forma ilimitada. Presumo que, si ella deja de limitarse, puede convertirse en la oscuridad en su totalidad y si lo desea, puede devorar todo el bosque mágico y cubrirlo de oscuridad."
Su análisis fue dado siguiendo su experimento de la oscuridad que Alice le había dado y que ahora estaba 'alimentando', permitiendo que siguiera con 'vida' a pesar de su creadora podía estar a miles de kilómetros.
Lo aterrador y a la vez lo maravilloso era que la oscuridad seguía teniendo algún sentido de voluntad muy similar a cuando ella creaba una bestia de oscuridad y la dejaba protegiendo un lugar.
En este caso, esta pequeña porción de oscuridad se alimentaba lo suficiente como para mantenerse por su cuenta y era probable que Alice diera esa orden.
¿Qué sucedería si Alice dejaba de limitarse? Amnestria pensaba que podría extenderse de manera ilimitada mientras tuviera forma de alimentarse y si bien era difícil averiguar si esa joven mantendría su conciencia y su 'voluntad' sobre la masa que conformaba su cuerpo, la idea era impresionante.
Tal vez algunos tendrían miedo ante la idea de que sucedería si Alice se descontrolaba, sin embargo, Amnestria fue diferente.
"¿Cómo es posible que mantenga una forma humana cuando ella es mayormente oscuridad?" Dudó Amnestria conteniendo sus emociones.
Algunos paranoicos reflexionarían sobre el peligro de un ser vivo conformado de oscuridad que extendiera su dominio devorando seres vivos y para ella, esos individuos serian idiotas.
Agatha era capaz de controlar la energía mágica a kilómetros a su alrededor y en ese sentido, hubo individuos cuyo peligro era mayor.
Un ejemplo era Melorrill cuya fuerza era aterradora y de cierto modo, cualquier otro rango SSS daría miedo.
Lo que a ella le atraía era la capacidad de Alice para mantener su forma humana, capacidad que era probable que seguiría manteniendo incluso cuando todo su cuerpo se volviera oscuridad.
"Su Majestad al parecer la ceremonia de la Guardiana ha comenzado."
Una suave voz vino desde el otro lado de la sala y Amnestria que estaba en medio de sus reflexiones, dio un gruñido ligero al ser molestada.
Sin embargo, al final dejó su laboratorio protegido por una barrera y salió, encontrándose con Lapis.
"Lo siento por molestarla." Se disculpó Lapis, inclinando su cabeza y su cuerpo como una niña que hizo las cosas mal.
"Yo mencioné que vinieras a buscarme, no te disculpes por todo." Respondió Amnestria y caminando a la sala del trono, vio al 'trono' y añadió. "Ya lo saben, pero la información sobre la Guardiana no debe salir de entre nosotros."
Muy pocos de su gente sabia sobre la Guardiana y lo que sucedería, los otros únicamente estaban al tanto de los Zarquianos que vinieron para quedarse y fueron bien recibidos.
De cierto modo, las figuras de los Zarquianos estaban más de lado animal que humano a pesar de que eran humanoides.
Sus apariencias dominantes y peligrosas a los ojos humanos, en este lugar fueron imponentes y provocaron admiración.
Aun así, conocer a la raza no era lo mismo que conocer su secreto.
"Comprendo, Su Majestad."
"No he escuchado nada."
La primera respuesta vino de Lapis, que fue tan respetuosa como siempre y la segunda de la gigantesca roca, que se hacía pasar por un trono la mayor parte del tiempo.
Ella nunca pudo entender la razón por la cual se quedaba en ese sitio e incluso ahora le era complicado entenderlo, aun así, lo aceptó y en vez de dudar de él, fue tragada por su magia.
Apareciendo en la entrada al edificio de los Zarquianos.
"Son muchos." Murmuró de forma inevitable al ver tantos Zarquianos al frente del edificio, esperando y rezando con devoción.
Eventualmente, la información de la Guardián se filtraría y si no era porque los Zarquianos lo comentaron entre ellos, seria porque se lo sacaran a la fuerza.
Amnestria estaba seguro de ello y fue por eso que los dejo quedarse cerca del árbol, en donde su gente los podría proteger.
Alba, Lapis y el Pilar Indestructible que descansaba como una roca, estaban presentes protegiendo este lugar.
Tres rangos SS y si se contaba ella misma un rango SSS… No había sitio más seguro que este.
"Aun así, no puedo asegurar que la seguridad es infalible." Dijo Amnestria solemnemente.
Adentrando al edificio, saludó a quienes estaban dentro y… Luego salió del edificio, mientras pensaba que la ceremonia fue agradable.
Ese pensamiento junto a los recuerdos de la ceremonia, en el cual se 'plantó' a la Guardiana en el gigantesco árbol, que era utilizado como centro del bosque, vino a su mente.
Únicamente se permitió a la casta sacerdotal participar, pero cada uno de ellos estaba emocionado y ella recordó haber visto a Yulong, feliz de la situación.
Tales recuerdos y que el sol estuviera en un diferente lugar evidenciando el paso de tiempo, provocó que los pelos de Amnestria se pusieran de punta y sintiera un escalofrío.
"Fue un hechizo."
Girándose mientras su presión amenazaba por salir de ella, una voz la calmó y Amnestria que se dio cuenta de que los Zarquianos del área estaban volviendo a su tarea, observó la nada en donde apareció Agatha.
"Un hechizo mental muy poderoso y no, no lo hice yo. Aunque me encargue de disminuir tus defensas y las de todos los presentes." Informó Agatha e inclinando la cabeza, señaló. "Escuché que Alice te pidió un favor, creí que lo sabías."
¿El favor? ¿Esto era parte del favor?
Amnestria que estaba sorprendida de ser afectada por un hechizo mental, se relajó al darse cuenta de que probablemente Agatha también apoyó.
Aun así, esos recuerdos en su mente tan natural eran aterradores y le dio la impresión de que había sucedido y si no fuera por su autoconciencia, hubiera continuado como si nada.
"Si, me aviso. Aunque no pensé que utilizara un hechizo tan sorprendente y aterrador. Tengo que buscar la manera de protegerme mentalmente." Murmuró Amnestria en respuesta y reflexionándolo, comentó. "Aunque debe tener limitaciones."
Era probable que, si la hubieran querido herir o lastimarla, ella reaccionaria.
Lamentablemente, reflexionar sobre ello era un consuelo y más cuando su orgullo como rango SSS fue herido.
"Oh, sí. Hechizo prohibido. Mi hija llamó a un amigo y estuvieron preparándolo durante bastante tiempo." Respondió Agatha con una sonrisa y viéndola detenidamente, añadió. "No te ves tan enojada."
Ambas estaban conversando entre ellas y fue esa mujer quien impidió que otros escucharan su conversación.
Alice se estaba encargando de la semilla y que usara un hechizo prohibido para engañarla a ella, era su forma de demostrar lo lejos que estaba yendo.
Era muy posible que el individuo invitado fuera un rango SS, si es que no se trataba de alguien más fuerte y tales hechos no causaron molestia o preocupación.
"Se lo debo." Respondió Amnestria en un tono indiferente.
Alice no era alguien que podía considerar como una amiga o una persona cercana y se podía decir que ambas eran conocidas, que compartían una importante persona en común.
Sin embargo, esa joven le había dado literalmente una parte de sí misma para que ella investigara sabiendo que le podría ser útil.
La oscuridad de Alice estaba relacionada con la magia y a la vez era muy diferente, tal diferencia le permitiría continuar con su investigación de metamorfosis.
Sin tener que contar con dioses, realizar rituales o profundizar en hechizos inmorales a los cuales ella no estaba interesada.
Le debía más de lo que cualquiera imaginaba y fue por eso, que la dejó estar.
"¿Vienes a tomar algo?" Preguntó Amnestria con curiosidad.
Siempre era agradable tener una charla con una poderosa maga inteligente y Agatha dio una mirada al edificio, antes de suspirar.
"Te sigo. Quiero lamentarme sobre mi vejez." Respondió Agatha y al darse cuenta de que ella no comprendía, explicó. "¿Nunca has pensado tener hijos? Cuando ellos crecen y empiezan a soltarse, te hace sentir vieja."
¿Tener hijos? Amnestria observó en el bosque mágico las diferentes bestias mágicas que habitaban en este lugar y aquellas que sobrevolaban por el área.
Cachorros que ahora eran adultos pululaban el área, trabajando o viviendo sus vidas.
"Te entiendo." Murmuró de forma honesta.
******
En una sala secreta en el último piso del templo de los Zarquianos en el árbol, estaba Hermes jadeando.
A su alrededor, se encontraba un complejo círculo mágico diseñado para inventar una historia enmarañada.
Una ceremonia en que todos los presentes y aquellos que se acercaron disfrutaron, tal escenario era insignificante comparado a lo que verdaderamente se buscaba.
"Buen trabajo."
Una voz vino de repente y quien entró fue Alice, que llevaba un libro en sus manos y observa el lugar con una rara sonrisa.
"No me agradezcas, todavía estamos comenzando." Respondió Hermes al levantarse del suelo y acercándose, dirigió su mirada al libro y comentó. "¿Ese es el libro que te regalaron? Que tacaño."
Un libro con los métodos para cuidar una semilla… Básicamente un guía de jardinería.
Sin duda era tacaño y más si uno creía lo que Alice decía sobre la entidad que le regaló el libro.
Bastante tacaño para ser un regalo de un Dios poderoso.
"Eso mismo pensaba yo." Respondió Alice asintiendo.
A diferencia de cualquier momento, se podía distinguir a simple vista que Alice estaba emocionada y a la vez se estaba divirtiendo.
¿Era porque su complejo círculo mágico logró engañar a un rango SSS? Estuvo trabajando duro para hacerlo y era bueno que lograra tal hazaña, incluso cuando tenían el apoyo de la Luz de Plata.
Sin embargo, Alice parecía más emocionada por la situación en general que por algo en particular.
"¿Vamos?" Dudó Hermes y al ver que la joven extendía su oscuridad, se dejó tragar.
Su visión se volvió negra y en segundos después, apareció a varios kilómetros en la cima de un árbol que daba vista al Adansonia gigante, que estaba quieto.
Una vista majestuosa y emocionante y que a los ojos de los Zarquianos se convertiría en un objeto de adoración y admiración.
"Muévete." Ordenó Hermes observando al árbol y tras unos segundos de que no sucediera nada, murmuró. "Que incómodo."
Tras unos segundos más de Alice observándolo con las cejas levantadas, el árbol finalmente movió una de sus gigantescas ramas, fue de forma sutil causando una conmoción entre las aves que habitaban ese lugar.
La parte que se había movido no estaba habitada por nadie, sin embargo, cualquiera sentiría que el árbol estaba vivo.
Mientras que aquellos que participaron en la ceremonia pensarían que la Guardiana estaba tomando el control del árbol, ahora que fue plantada en el interior del árbol.
"Creo que, si me hubieras permitido buscar la forma de corromperlo, podría estar más vivo que ahora." Murmuró Hermes al reflexionar sobre el tema.
Un par de círculos mágicos demoniacos por la base del árbol o un poco de magia demoniaca sería suficiente para corromper el árbol y si era bien dirigido, podía 'vivir'.
Era fácil comprender por qué ningún sectario o miembros de algún culto no actuaron en contra del árbol y más cuando había tantos rangos SS protegiendo el sitio, aun así, era una oportunidad única que ahora perdió.
"¿Por qué buscaría crear un monstruo cuyas raíces se extienden alrededor de varios kilómetros?" Cuestionó Alice observándolo como si él fuera un idiota y agitando su cabeza, añadió. "Un plan que solo daría un novato."
La expresión de Hermes tembló ante el desprecio que esa joven mujer emanaba y mirándolo de forma despectiva, ella continuo.
"Si realizamos un ritual a Su Majestad, el árbol podría tener vida de verdad." Explicó Alice con lo que Hermes descifró que era orgullo.
Y él se sorprendió al mirarla durante unos segundos.
Cualquier individuo inteligente sabría a quién se refería cuando utilizaba tal título y si Hermes era sincero…
"Ese hubiera sido un mejor plan." Murmuró Hermes honestamente.
¿Por qué recurrir a algo como la magia demoniaca o alguna 'corrupción' menor, cuando era posible pedirlo al Caos Primordial?
Tal como él esperaba de Alice, fue excesiva en toda medida y literalmente desmedida… Fue por eso, que dio una sonrisa divertida.
"Volveré a mi rutinaria vida." Dijo Hermes y observando de reojo a Alice, añadió. "Al menos que me necesites para algo. Sabes, aunque soy un novato en jardinería, aprendo rápido. Puedes llamarme cuando me necesites."
Dio la mejor sonrisa que era capaz de dar para ser recibido y la respuesta fue una mirada indiferente, de alguien cuyo humor empeoró al verlo.
Sin embargo…
"Lo haré. Solo no molestes demasiado." Respondió Alice e ignorando su sorpresa, declaró. "Y no me envíes decenas de mensajes de manera constante. Es irritante."
Con esas palabras, ella fue tragada por la oscuridad y lo dejó en ese lugar, sorprendido por esa respuesta.
Había esperado que lo insultara, tal vez amenazara y quizás tratara de asesinar para que se mantuviera alejado, así que sin duda estaba sorprendido de que lo aceptara.
"Así que no decenas de mensajes, pero uno puede ser. Comprendo." Respondió Hermes a la nada y, tragándose lo que estaba en su cabeza.
No tenía sentido mencionar que ella había cambiado y que cada vez se estaba soltando más, ya que podría compararse de vuelta y tal vez volver a ser esa misma persona indiferente.
Por tal razón, se tragó sus palabras y esperando unos segundos, que al instante se convirtieron en minutos, su expresión fue cambiando para peor.
"¿Alice?" Dudó en voz alta.
Su voz se extendió por la cima de este árbol, alcanzando únicamente a los insectos y pájaros de los alrededores.
"Al parecer no has cambiado nada." Gruñó Hermes en voz baja, sin poder ocultar la mezcla de risa y extrañeza.
Lo acababan de dejar en medio del bosque mágico arriba de un árbol a pesar de que fue Alice quien lo trajo a este lugar y le pidió ayuda.
¡Acababa de ser abandonado!
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