Una oleada de calor cubrió a Edward que estaba durmiendo y frunciendo el ceño, parpadeó mientras miraba el interior de su habitación.
Había instalado una carpa en la sala, a causa de que en el exterior el calor era intenso, aun así, en este momento seguía sintiéndose caluroso.
"¿El aire dejo de funcionar?" Murmurando medio dormido, pudo ver que los artefactos que funcionaban como aire acondicionado seguían activos.
Sin conseguir cambiar la temperatura general.
Frunciendo el ceño, al sentir el calor que hasta se extendía en su anillo espacial, Edward que ya no pudo dormirse se levantó y tras cambiarse, utilizó un artefacto de limpieza.
Mirando la hora en su reloj holográfico, se dio cuenta de que faltaba bastante para su hora de guardia y frunciendo el ceño salió de su habitación queriendo tomar un poco de aire fresco.
Las carpas estaban dispuestas por la sala y había dos guardias en la entrada, siendo el héroe paladín y Amy, quienes estaban prestando atención al exterior mientras estaban sentados en los grandes escalones.
Queriendo dirigirse a ese grupo, Edward giró su cabeza de repente y vio que, en el pasillo, una figura se adentraba al lugar.
¿Quién era la persona que hacía de guardia en la parte trasera?
A esta hora era probable que estuviera Davies en la parte trasera, encargándose de que nadie saliera del interior de este templo y los emboscara por la espalda.
Dudando al pensar en la figura y no advertir a Davies, Edward decidió moverse en silencio flotando para no hacer ruido mientras ocultaba su presencia.
Adentrándose por el pasillo por el cual antes había pasado con su maestro, flotó en la oscuridad de la noche y mantuvo su expresión simple.
Sus ojos liberaban pequeñas chispas eléctricas, pero lo que le permitió observar en la oscuridad, fue el brebaje que todos tomaban antes de descansar.
En caso de que fueran atacados durante la noche, era necesario que todos estuvieran atentos y principalmente que pudieran ver en la oscuridad.
Aprovechando el efecto, Edward al ver la espalda de Davies acercándose a la entrada al final del largo pasillo, se ocultó con artefactos.
¿Qué estaba haciendo aquí? Esa pregunta vino a la mente de Edward, pero su expresión tembló cuando observó que ese psiónico empezaba a trabajar en la puerta.
Estaba utilizando artefactos mágicos, para desbloquear la entrada y por la forma que las runas brillaban, lo estaba consiguiendo.
Davies era un militar de las fuerzas especiales del Gigante del Norte y su historial era impecable, trabajando para el gobierno estadounidense.
Un psiónico de rango S con altas capacidades mentales y un excelente ataque físico, tal hombre era un experto similar a los otros miembros de la expedición.
Fue por eso que Edward no pudo entender por qué desobedeció las órdenes de su maestro de que nadie entrara.
¿Deseaba lo que había dentro? La historia en las paredes hablaba de los 'Dioses Mortales' y a la vez como uno intentó dejar el plano mortal, convirtiéndose en el 'corazón del mundo'.
Fuera lo que fuera, resultaba ser atractivo para cualquiera y…
"Oh, lo desbloqueaste." Dijo Edward en voz alta, antes de que Davies diera un paso al interior del pasillo.
La entrada se había abierto y el pasillo oscuro quedo a la vista de todos, mientras las runas que había activado su maestro, también se activaban en el interior.
"Si, solo tuve una fugaz idea de cómo podría hacerlo, no pensé que funcionara." Respondió Davies con calma, sin verse perturbado de que se le impidiera entrar o que lo atraparan.
¿Esa era su verdadero objetivo? Edward tras darle una mirada a la oscuridad del nuevo pasillo, pensó en algunas ideas de lo que se podía encontrar en el interior del lugar, sin embargo, se giró para observar a ese psiónico.
"Ve a avisar a mi maestro y a los demás, esperaré aquí." Comentó Edward con una sonrisa tranquila.
Ocultar sus emociones o disfrazarlas de otras era bastante fácil y tenía experiencia en ello, haciendo que ahora su comentario pareciera preocupación por el cansancio de su compañero que cautela por lo que hizo.
No lo iba a dejar entrar y…
"Está bien. Gracias. Cuidado con el interior." Respondió Davies y simplemente se retiró, desapareciendo en el pasillo.
En los registros de Davies no había información de que supiera sobre romper o descifrar runas o tuviera un conocimiento mágico.
Tal vez para entrar al lugar, no se necesitaba ser un maestro, pero si era necesario cierto conocimiento y Edward no pudo evitar pensar en la rareza.
"Se lo dejaré a mi maestro." Murmuró sin poder evitarlo.
Debía informarle a su maestro sobre la situación y caería en su espalda, decidir qué haría o como se lo tomaría.
Por su parte, solo tuvo la obligación de cuidar el pasillo y Edward observó ese oscuro sitio.
¿Qué había en el interior? Tal pregunta, hizo que su mente empezara a pensar en los tesoros y en todo tipo de elementos que podría encontrarse.
Los gigantes estaban centrados en la magia, lo que significaba que, si guardaban algo, podría ser usado por otros magos o podría ser extremadamente útil.
La historia hablaba de 'Dioses Mortales', el cual uno de ellos deseaba dejar el plano mortal y cuando Edward lo pensaba, sintió que no eran 'Deidades' al menos no en su totalidad.
No obstante, esos gigantes tenían la capacidad de volverse 'Dioses'.
Pensó en la mitología griega, en las leyendas de grandes héroes que, tras completar grandes hazañas, se les permitió tocar el 'olimpo'.
¿Cómo podrían dejar el mundo mortal y alcanzar el 'mundo' de los dioses?
La respuesta podría estar en lo profundo de ese pasillo… Tal realización hizo que Edward sintiera cierto cosquilleo en sus dedos.
Si obtenía la respuesta y llevaba a cabo la hazaña que ese gigante de fuego no pudo… ¿No significaba que podría completar toda su ambición?
¿Todos sus deseos y todos sus objetivos?
Sintiendo cierto calor proveniente de su anillo espacial, la expresión de Edward se hizo fría antes de ocultar sus pensamientos en su totalidad.
Él no era el único que podía llegar a la misma respuesta.
Escuchando pasos del pasillo, pudo ver que el mismo grupo con el cual entraron antes, estaban acercándose junto al Director Vincent.
"No ha sucedido nada, maestro." Informó Edward con calma, ocultando cualquier emoción extraña de su expresión.
"Excelente." Respondió Vincent con calma, al pararse en la entrada, empleó su magia de aire para explorar.
Edward dirigió su mirada al grupo que lo siguió y pudo captar que se dividieron en dos grupos.
Amy y Román juntos y al otro lado estaban Simpson y Davies.
Él se había olvidado, pero el gigante del norte, era un gran país, que, si bien podía estar unido frente a amenazas externas, como toda gran nación, había múltiples influencias.
En este caso, Simpson y Davies eran de parte de los militares y autoridades atadas directamente al gobierno mientras que Amy y Román, estaban en la facción de los gremios de aventureros y gremios militares.
Y tal como se esperaba, ellos también captaron los posibles beneficios y de inmediato se dividieron.
"Deberíamos dejar guardias." Dijo Simpson con seriedad.
Todo el grupo pertenecían a la misma nación, pero lo que se buscaba era obtener beneficios para conseguir mejores tratos de parte del gigante.
Era normal que hubiera un conflicto entre los militares del ejército y los gremios militares afiliados a las diferentes naciones y si bien se redujo el conflicto entre naciones, que conformaban al gigante, los conflictos internos eran la norma.
Ahora estaba apuntando a dejar al otro grupo de lado, sin que entraran, permitiendo que fueran ellos quienes pudieran conseguir los posibles beneficios.
Sin embargo, esta vez fue diferente.
"Es cierto." Respondió Vincent y mirando hacia atrás, ordenó. "Quédense y cuiden la entrada. Iré con Edward."
Su maestro no solo fue aceptado como líder de esta expedición por su prestigio o porque el gigante necesitaba un rango SS, sino que era la persona neutral que evitaría cualquier conflicto interno.
Y su forma de evitarlo, fue dejarlos a todos atrás y Edward contuvo sus expresiones, antes de seguir a su maestro que puso una barrera de aire, en la entrada para impedir que lo siguieran.
Aun así, Edward no pensó que dejara a ese grupo detrás, porque no deseaba que hubiera conflicto de intereses, sino que fue algo más, pero en vez de preguntarle, centró su atención a los murales pintados.
"La esperanza era su otro 'Dios Mortal'. Aquel que siempre surge, su 'Protector'." Murmuró Vincent, captando lo que emitían los murales.
Era un gigante bastante común y en la pintura, no llevaba una armadura pesada, sino que estaba con su cuerpo a la vista, como si estuviera preparado para la batalla.
Era un luchador y en la pintura, se detalló la batalla, en una escena catastrófica de fuego, lava y locura, tan intensa como mortal.
Sin embargo, al final el gigante de fuego se mantuvo en alto y el otro cayó, malherido y cansado.
"Ambos estaban a un paso en el Reino de los Dioses. Sin embargo, el Ardiente al fallar, progreso y eso fue lo que llevo a que su Protector perdiera." Murmuró Vincent y con calma, continuó. "Malherido, se retiró, creyendo que era el final y que su compañero llevaría el mundo a su fin, pero sin darse por vencido, decidió tomar un caminó arriesgado. Un sacrificio."
Caminando hasta otro mural, pudieron ver como decenas de investigadores y magos gigantes, se encargaban del cuerpo de aquel que adoraban.
En un experimento, que buscaba alguna forma de oponerse al gigante de fuego y tras algunos fallos, el éxito llegó.
"Se convirtió en un arma. Un arma indestructible, capaz de surgir y prevalecer siempre. Se convirtió en su Protector imparable y gracias a él fue que vencieron."
Deteniéndose al ver como dos gigantes luchaban y se enfrentaban en las pinturas, la forma que todo fue pintado fue escena por escena en la batalla.
El gigante de fuego quemó a su oponente y el 'Protector' se regeneró y volvió a levantarse.
Se había convertido en un arma, una existencia modificada con ingeniería mágica y lo convirtieron en un tipo de golem de carne, que seguía las órdenes de los investigadores.
El ser que adoraba pereció para dejar su cuerpo, en su máxima capacidad y fue gracias a su Protector que ganaron.
Sin embargo, no hubo felicidad en las pinturas, después de todo…
"La victoria tuvo un gran costo… El mundo, ya estaba herido y de sus grietas salía sangre." Murmuró Vincent viendo las grietas y la lava en las pinturas, entonces al alcanzar el siguiente mural, continuó. "El fin del mundo era inevitable y aquellos que permanecieron, se retiraron con lo que quedaba de su Protector a las antiguas tierras del Ardiente, al norte más allá de las montañas. Al lugar que se decía que sería el último sitio en donde prevalecerían."
¿Fue la batalla? ¿O el objetivo del gigante de fuego al querer convertirse en el 'Corazón del Mundo' lo que causó el inevitable fin del mundo? Edward no lo sabía, pero su expresión cambio al entender la siguiente imagen.
"Su objetivo no era esperar a la muerte en un lugar seguro, era buscar la esperanza, queriendo encontrar en el hogar del Ardiente, alguna forma de reparar el daño que se hizo… O tratar de tener éxito en donde el Ardiente, no tuvo."
Tras que Edward murmurara esas palabras en voz alta, ambos se quedaron en silencio al llegar al final del pasillo.
Los gigantes, retirándose y lo que quedaba era un mapa de las zonas y Edward reconoció algunos puntos montañosos, característicos del área.
Sin embargo, su mente estaba en lo que esos investigadores fueron a buscar.
El Ardiente murió en batalla cuando el Protector convertido en un arma, lo enfrentó y tuvo un gran costó, ya que de cierta forma ambos 'Dioses Mortales' murieron, en el sentido estricto de la palabra.
Aun así, quedo una duda mayor.
Cada portal abismal podía tener algún tesoro y si bien algunos tesoros eran más sorprendentes que otros, la verdad era que siempre se buscaba beneficios.
Algunos decían que la expedición China en el Sexto Portal Abismal obtuvo grandes beneficios y si bien era difícil medir lo que obtuvieron, hubo un portal en el que nadie podía negar que tuvo beneficios.
Ese era el Séptimo Portal Abismal en el cual era probable que la expedición consiguiera tecnología 'alienígena', que la Empresa Cosmos se quedó, tal vez queriendo mantener su monopolio tecnológico.
Si bien no se dieron tantos detalles, la idea quedo en el aire y…
"¿Cree que tengan los métodos para convertirse en 'Dioses Mortales'?" Preguntó Edward con seriedad.
No pudo contener su duda y eso fue debido a las palabras que se dejaron.
La historia parecía dar aviso a lo que buscaban realizar, tal vez para que otros lo siguieran y si bien no sabía cuánto tiempo paso, la idea estuvo clara.
Los que dejaron esta historia, se retiraron para buscar la forma de hacer lo que el Gigante de Fuego no pudo, teniendo éxito en su lugar.
Antes de llegar a ese punto, primero debían al menos convertirse en 'Dioses Mortales' y eso significaba que ellos tenían el método… Un método, que probablemente cualquiera lo desearía.
"Lo que viste aquí no se lo digas a nadie." Ordenó Vincent y mirando hacia atrás, especificó. "No podemos confiar en nadie, incluso en aquellos que consideras que son de confianza."
El viento sopló y las paredes fueron destruidas como si fuera grietas naturales que aparecieron de repente.
Estaban ocultando todo, menos el mapa final, queriendo cubrir lo que se dejó en este lugar.
"Aquí se encuentra lo que todos los poderosos desean." Murmuró Vincent encargándose del trabajo de borrar los rastros de la historia de una civilización.
Los poderosos… La destructividad de esos 'Dioses Mortales', era superior a lo que una calamidad podía hacer y dejo la duda de si, los terrícolas podían alcanzar tal nivel de poder, utilizando los mismos métodos.
Edward trató de controlar, sus pensamientos, pero no pudo y…
"Maestro… ¿A qué se refieren con 'Dioses Mortales'?" Preguntó Edward con seriedad.
Tal era el significado que los gigantes le daban a sus símbolos de adoración y por la mirada solemne que mostraba su maestro estuvo claro que ese hombre, comprendía de lo que se hablaba.
"Semidioses."
Una respuesta corta y simple, que causó que Edward solo pusiera una expresión sorprendida y tuviera decenas de pensamientos.
Que solo se intensificaron al ver el mapa, del que probablemente sería su siguiente destino.
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