En la base militar de la Ciudad Atlántida, un par de hombres observaban un campo de entrenamiento sin que la otra parte pudiera verlo a ellos.
En el campo estaba una adolescente de cabello castaño y figura delgada, pero ejercitada que se encontraba recargando y probando las diferentes armas.
Rifles de asalto, subfusiles, metralletas pesadas y rifles de francotirador, armando y desarmando cada arma tan solo para dispararla a lo lejos con una precisión impecable.
"Su hija es hábil." Dijo el General McLean mirando a uno de los presentes en este lugar.
Connor Haillet, dueño de la Empresa Taranis que se encargaba de diseñar equipo militar de toda clase y era uno de los aliados cercanos de la Empresa Cosmos en el ámbito armamentístico, dio una sonrisa.
"Sí. Leslie es mi orgullo. Este año se graduará y el año que viene quiere entrar en la Academia de Héroes." Dijo Connor y sin ocultar su gran sonrisa, añadió. "Pronto podrá volar por su cuenta."
Aquila Trenus que observaba a la joven, utilizar sus armas le agrado la apariencia militar que tenía y su capacidad tan única.
Había pocos jóvenes tan capaces a una edad tan baja y esta joven en particular podía ser categorizada como un rango B, que le faltaba experiencia real.
"El ejército de la Ciudad Atlántida tiene sus puertas abiertas si ella desea explotar su talento." Dijo Aquila con seriedad y solemnidad.
"Aunque no puedo prometer la ventaja tecnológica, el ejército de Zerzura, aunque le falta disciplina, puede explotar un talento de su tipo." Precisó el General McLean con una voz llena de formalidad de un militar.
El ejército de la ciudad Atlántida tenía equipo avanzado debido a la Empresa Cosmos, pero a los ojos de muchos, le faltaba 'experiencia' que otros ejércitos tenían gracias a las ventajas de tiempo.
"Eso dependerá de ella y no de mí. Quiero que mi hija haga lo que desee." Respondió Connor y con calma, añadió. "Sin embargo, tengo algunos gremios militares que apoyo, y que estarían encantados de realizar ejercicios militares conjuntos."
Los tres empezaron a planear de inmediato las posibilidades de los ejercicios conjuntos que podrían realizar.
Estaban en noviembre del año 2047 y si bien era un evento repentino, los tres eran directos en lo que deseaban y en unos minutos, prepararon diferentes días de este y el siguiente mes para algunos ejercicios militares conjuntos.
"Si desean podemos trabajar el siguiente año juntos. En enero y febrero la Empresa Taranis tendrá algunos prototipos para probar. Invitó a que asistan." Dijo Connor con calma.
La Empresa Taranis de la cual era dueño, estaba trabajando con la Empresa Cosmos para aplicar nuevas tecnologías y distribuirlas a las naciones.
Esta vez estaban trabajando en armamento revolucionario que sin duda causaría cierto revuelo y Aquila sabia del tema, ya que como quien se encargaba del ejército de la ciudad, estaba pendiente a los avances.
"Sería un honor participar." Respondió el General McLean sin ocultar su anticipación.
Los tres eran militares y si bien esta era la primera vez que se conocían con el General McLean, coincidieron con facilidad.
Estuvo claro, la razón por la cual su hermano Elerius lo dejo en este lugar, mientras él se fue con James.
Luego de planear algunos eventos en conjunto, para que ambos ejércitos de las ciudades pudieran coordinar y mejorar su capacidad, la puerta de la sala se abrió.
Desde el otro lado, James y su hermano Elerius entraron con calma.
"Ya hemos terminado las negociaciones. Si desean podemos ir a ver el equipo militar que tenemos preparados para ofrecer a Zerzura." Dijo Elerius con calma y mirándolo a él, añadió. "El Joven Maestro ha pedido por ti. Cuando termines, puedes unirte a nosotros."
Aquila asintió y disculpándose del grupo, dejo la sala y tras dar unos pasos, retorció el espacio y llegó a una sala en el último piso, al ver las luces apagadas, caminó a donde sintió la presencia.
La oficina cuyas paredes eran de vidrio, no ocultaban al joven individuo que estaba al otro lado.
Su joven maestro, seguía tan joven como siempre y ahora estaba sentado con los ojos cerrados como si estuviera dormido.
Abriendo la puerta con calma, luego de esperar un par de minutos, el joven abrió sus ojos de color zafiro que daban la impresión de brillar en la oscuridad.
Un hecho bastante raro.
"¿Sucede algo joven maestro?" Preguntó Aquila con calma y a la vez la seriedad de un disciplinado soldado.
"¿Te encargas de la seguridad de la ciudad?" Preguntó de repente el joven y sin apartar su mirada, pidió. "¿Puedo ayudarte a limpiar la ciudad?"
Fue repentino… No, más que repentino fue inesperado.
Él se encargaba del ejército y la seguridad, pero estaba en los escalones más altos y no tomaba trabajos por su cuenta, al menos que altos rangos enemigos estuvieran involucrados.
Hasta era posible que antes de que él o su hermano intervinieran, la iglesia y los gremios se encargaran del trabajo.
Sin embargo, Aquila no cuestionó tales palabras.
"Sí. ¿Cuándo desea comenzar?" Preguntó Aquila y sin ocultar su seriedad, dudó. "¿Necesita que le pida al Sabio Lucius un equipo de combate? Él estará emocionado si usted desea algo."
Era probable que Lucius estuviera emocionado con cualquier creación que alguien le pidiera que hiciera y eso era porque iba a tener presupuesto extra para enloquecer.
"No lo sé." Respondió el joven de forma honesta.
Su voz y su mirada se notaba como si estuviera medio perdido y no supiera con exactitud cuándo sería el mejor momento para empezar.
"No se preocupe. Comenzaremos con un entrenamiento y realizaremos misiones de limpieza cada vez que aparezcan criaturas por la ciudad." Respondió Aquila con calma y con cierta seriedad, preguntó. "¿Qué le parece?"
¿Buscaba una forma de divertirse? ¿Estaba aburrido y quería probar algo nuevo? Muy pocas veces pedía algo o deseaba que se hiciera algo, pero ahora no parecía como si no supiera si hacer o no algo, sino que estaba algo nervioso.
"Me parece bien." Respondió el joven asintiendo con cierta calma y un mayor ánimo.
¿Por qué estaba queriendo salir a limpiar las calles? No tuvo sentido para Aquila, pero no estaba en él encontrar sentido en lo que deseaba su joven maestro.
"Tiene dos invitaciones para fiestas de año nuevo. ¿Desea asistir a la del Emperador Víctor o a la fiesta de año nuevo de Zerzura?" Preguntó Aquila con su misma expresión seria.
"Zerzura." Respondió el joven de inmediato y observándolo por unos segundos, añadió. "No necesitas animarme, Aquila. Estoy bien, solo… Deseo que el tiempo pase rápido y el año siguiente llegue pronto"
La forma que lo miraba con una media sonrisa ante su preocupación, llevo a que Aquila solo se inclinara en disculpa, pero no se arrepintió en haberle hecho la pregunta.
Ese deseo llevaba emociones mixtas, que fueron difíciles de identificar, pero a la vez hubo expectativa, que Aquila no pudo evitar captar.
Su curiosidad brotó y cuando su joven maestro, le hizo una señal para que hablara, lo hizo.
"¿Por qué?" Preguntó Aquila de forma honesta.
¿Por qué deseaba que el tiempo pasara rápido?
"Porque tengo la sensación de que el siguiente año será divertido." Respondió Kairos dando una sonrisa expectante hacia el futuro.
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"¡Feliz año nuevo!"
En una fiesta, en el famoso Palacio Blanco, el Director Vincent observó cómo Víctor levantaba su copa en alto, para festejar este año nuevo.
Todos recibían el año 2048 con los brazos abiertos y Vincent, vio como Víctor caminaba saludando a algunos de sus invitados.
Algunos individuos importantes estaban presentes en este lugar, incluyendo a representantes de las iglesias, de algunas empresas y de gremios internacionales como los locales.
"¿Ha pensado en lo que le he mencionado, maestro?"
Escuchando una voz a su espalda, Vincent se giró para mirar a su estudiante que estaba vestido de traje y llevaba una expresión solemne.
"Estoy de acuerdo con el Profesor Miller para adelantar el programa de los ingresantes de este año." Dijo Edward y con un tono claro, precisó. "En vez de retrasar el entrenamiento, si creamos un programa, los resultados para fin de año serán excelentes en los de primer año."
Tono serio y mirada solemne, se notaba que estaba muy centrado en ese tema y deseaba que se llevara cambios en el programa escolar.
"Te pedí que me hablaras el año que viene, no pensé que te lo tomaras tan literal." Comentó Vincent y viendo que su estudiante no se reía ante su broma, preguntó. "¿Quieres hacerlo porque tú cambiaste luego de ir a entrenar en el exterior?"
Su aprendiz estuvo a cargo de las hijas de la Luz Plata y fue cuando él se lo pidió como favor.
Tal vez algunos sabían que la Luz de Plata y el Gigante de Acero tenían hijos, pero la seguridad de tales jovencitas era muy alta y eso significaba que sus identidades, permanecían ocultas.
Era un lugar ideal para que su aprendiz se quedara durante ese tiempo que la guerra continuaba y él estaba al frente de la batalla.
No obstante, su estudiante tan orgulloso como era, en realidad tras volver cambio y lo poco que le contó, fue que realizaba misiones serias.
¿Era por esa razón que buscaba que los estudiantes de este año tuvieran un nuevo programa? Sus ideas influyeron en el Profesor Miller, quien también insistió en el cambio.
"Sí." Respondió Edward con claridad y sin ocultar la mirada solemne, explicó. "Aprendí muchas cosas, pero la más importante es que la realidad es diferente a los juegos que enseñan en la escuela. Creo que, si deseamos héroes fuertes y capaces, necesitan conocer esa realidad desde el inicio y no hacerlo lentamente."
Su estudiante trabajo para el gremio de héroes y si bien este iba a ser su último año antes de graduarse, parecía querer buscar que las cosas se cambiaran en la academia de héroes.
Una de las pocas personas que podían decirle con total confianza, que algunos métodos debían ser cambiados y el Director Vincent, dio un suspiro.
"Lo haremos." Respondió y viendo que su estudiante sonreía, añadió. "En vez de pensar en trabajo en año nuevo. ¿No te gustaría ir a conocer a algunas jovencitas? La hija de los Delacroix está presente y escuche que este año iba a entrar en la academia."
Jacob Delacroix dueño de la Empresa Agmar estaba presente junto a su hija, Clémentine Delacroix que estaba destacando por su vestido formal.
Su cabello rubio, peinado de forma elegante y el vestido formal que llevaba puesto, causó que todos los jóvenes de una edad cercana la miraran, hipnotizados.
Esperaba que su estudiante, al menos pudiera soltarse de esa forma en esta fiesta y no estuviera pensando en el trabajo, tan solo a minutos de pasado año nuevo.
"No, estoy interesado en amoríos, maestro." Respondió Edward y desviando la mirada de la joven, añadió. "Prefiero dedicarme a mis hechizos, ayudar a los profesores con los de este año y esforzarme en mi trabajo con el gremio de héroes."
La solemnidad con la cual hablaba, demostraba que tenía claro sus prioridades, pero Vincent dio otro suspiro.
"Si bien antes de que fueras a África no eras un galán, seguías siendo más animado y suelto. Me parece que no solo encontraste tus razones, sino que algo más." Dijo el Director Vincent de forma ambigua y viendo que la expresión de su aprendiz temblaba, le golpeó en los hombros y declaró. "Debieras soltarte más. Coquetear con jovencitas de tu edad, salir y divertirte… O ser lo suficiente valiente y declararte a quien te gusta."
"¡Maestro!" Dijo Edward en una voz ligeramente elevada, que mostraba cierta seriedad única.
Sin embargo, Vincent captó los relámpagos queriendo manifestarse que era una prueba de sus emociones descontroladas y se rio.
"Soy un hombre viejo. Debieras presentarme alguien antes de que mis días lleguen a su fin." Comentó Vincent con la mirada, que su abuelo alguna vez le dio.
Era la mirada reminiscente de un viejo, que molestaba a su nieto para que le presentara su novia y ahora él la estaba replicando, con su aprendiz.
Edward se avergonzó un poco, pero mantuvo su seriedad y dándole una mirada de arriba abajo, sonrió.
"Usted no está tan viejo como dice estar. ¿Desea que busque alguien para presentarle? La Profesora Santulli de la academia es muy agradable, tal vez debería intentar acercarse." Respondió Edward con una sonrisa descarada.
Era el descaro que antes había tenido, mezclado con un sentido de arrogancia único, que a pesar de que estuvo ocultando, todavía permanecía en él.
Luego solo le dio una mirada divertida y se fue, dejando al Director Vincent con una expresión temblorosa.
No esperaba que le hiciera lo mismo a él.
"Que chico descarado…" Murmuró Vincent riéndose y viendo que Víctor, estaba por hacer una guía por el palacio, se acercó.
Quien estaban en este grupo, era el Anciano Harris y él, llevando a que Víctor los dirigiera y tras pasar por una puerta, sus alrededores cambiaron.
"Felicidades por tu nuevo subordinado de rango SS." Dijo el Anciano Harris y con una sonrisa, preguntó. "¿Rashad, se llamaba? El General del Cielo… Para que sea capaz de transformarse en un Cóndor Emperador ha generado cierto miedo en los políticos del norte."
El antiguo Cóndor Emperador que vivía en el Monte Roraima gobernando a los de su raza, fue eliminado por el Emperador de Sudamérica, que lo convirtió en materiales para que uno de sus subordinados ascendiera de rango.
Al combinarse con el plato que obtuvo en la subasta, permitió que un nuevo rango SS apareciera en este mundo y el Imperio consolidara aún más su poder, con tres rangos SS oficiales.
Era normal que una nueva fuerza llevara a que algunos políticos del gigante del norte, que se había estado consolidando, empezaran a sentirse nerviosos.
Sin embargo, Vincent le dio una mirada a Víctor y contuvo sus dudas.
¿Eso fue todo? Se decía que el cadáver y los materiales de esa poderosa bestia fue tomada por el imperio, para utilizarlos, pero si algo había aprendido en su tiempo al lado de ese individuo, era que Víctor siempre mentía.
Incluso a los que podía considerar sus aliados o 'amigos'.
"¿No es eso bueno? Este año aumentaremos un poco la tensión y preparemos algunos eventos para que podamos desencadenar la limpieza." Dijo Víctor con una risa divertida.
No profundizo en el tema de su nuevo rango SS, solo fue al punto principal.
"Tenemos que derribar a la Reina del Norte. Creo que Batista estará feliz de limpiar parte de la mierda que impregna su nación." Comentó Víctor con una sonrisa.
La sonrisa y la mirada daba a entender que pensaba hacerlo a lo grande y tal hecho dejo en claro, que este año iba a ser único… Y probablemente largo.
¡Este es el penúltimo capítulo antes de finalizar por completo la historia paralela y todo el segundo volumen!
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