Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 125: Un intento.
Un largo informe fue dado por Liam y Aurora escuchó.
Las misiones arcas de Eritrea y de Massawa, que estaban atrayendo a bastantes personas, los problemas que se encontraron y la situación general.
Incluso si ella participó en una misión arca, no podría participar en todas y se estaban llevando demasiadas misiones al mismo tiempo.
No solo en estas tierras, sino que, en el oeste, en las antiguas tierras controladas por el General McLean y que ahora estaban 'desalojando' o estaban quedando en control de Señores de la Guerra de 'confianza'.
Miles y miles de personas llegaban a Jartum y luego se iban al oeste a Zerzura, tan solo para que los camiones volvieran y el proceso se repitiera.
"Ha habido algunas quejas de que nos estemos llevando la mano de obra de Massawa, pero nadie ha dicho demasiado. James se ha encargado de los problemas en los 'negocios' y la Cardenal Brousseau de las negociaciones diplomáticas." Dijo Liam y cambiando de informe, añadió. "He escuchado que las autoridades del Reino de Arabia han ordenado a quienes controla, que nos dejen hacer lo que deseamos."
Ella causó problemas en Massawa al eliminar a todo un gremio y si bien eran jugadores y criminales, era imposible que no se creara problemas.
Tal vez Massawa seguía estando en África, pero al ser una ciudad costera cerca de la civilización que estaba al otro del 'Mar Rojo', significaba que había más orden.
Un 'Orden' que se tambaleó por su culpa.
Ahí era el momento en el que James intervenía, atando intereses a Zerzura y a la Empresa Apicius de esa forma, evitando que aquellos con intereses económicos en la ciudad la molestaran.
Por otra parte, la Cardenal Brousseau era la persona perfecta para encargarse de negociaciones diplomáticas y buscar la manera de reducir las 'asperezas' entre los influyentes de Massawa y las fuerzas de Zerzura.
Las respuestas de ese dúo la llevaban a preguntarse si solo causaba problemas y dio un suspiro al pensarlo.
"En las tierras de África Occidental se han avistado movimientos políticos y de unificación. Hay rumores que algunos quieren replicar las hazañas de América del Sur." Añadió Liam ignorando su suspiro.
Aurora levantó su mirada, viendo las imágenes que Liam proyectaba.
Publicidad de unificación eran vistas en las calles de algunas ciudades y ejércitos de milicianos que antes luchaban entre ellos ahora, se notaban moviéndose entre las fronteras de los territorios de diversos señores de la guerra.
Las reuniones que realizaban los 'gobernantes' de sus respectivos territorios, no pasaban desapercibidas y ya eran públicas.
Buscaban unificar las tierras como lo que sucedió con el Imperio Sudamericano con Víctor Pellegrini.
"…"
Aurora dio un golpeteo en la mesa, sin ocultar la seriedad en su rostro.
Una parte de ella le decía que era genial, que tal hecho estuviera sucediendo, ya que como los países americanos bajo el Emperador Víctor podrían encontrar algo de calma y paz, tal vez hasta prosperidad, pero otra parte no la pudo dejar que creyera eso.
Era la parte más cínica y la que había visto demasiada oscuridad como para creerse el eslogan de que unificar esas tierras traería paz, prosperidad y esperanza.
"¿Su ambición solo llega a esas tierras?" Preguntó Aurora sin ocultar su mirada solemne.
"Sí. Al menos por lo que sabemos, sus intenciones son pequeñas." Respondió Liam y proyectando otras imágenes, precisó. "Algo similar parece suceder en la Isla de Madagascar con un Gran Señor de la Guerra llamado Ronald Einhorn."
Al igual que en el oeste, había otros 'Grandes Señores de la Guerra' y Aurora solo podía mirar desde lejos a tales individuos.
Como un rango S, no podría hacerle nada y eso llevaba a que actuara con precaución, pero a la vez no significaba que se dejara intimidar por tales individuos.
Era imposible que pudiera estar a la altura de sus fuerzas a nivel personal y más cuando dejo de entrenar con su espada y como luchadora le estaba costando readaptarse, pero haría algo si era necesario.
"Mantenme informada. Por ahora solo miraremos. Lo mejor es dejar que lleven a cabo sus planes y solo espero que hagan las cosas bien." Murmuró Aurora de forma honesta.
¿Estaba en su poder decidir si dejar que esos individuos hicieran lo que deseaban? Era una pregunta difícil, pero Aurora, aunque no le gustaba la respuesta, lo sabía.
Justo como ahora que hizo un desastre en Massawa y la apoyaran, era posible que también hicieran lo mismo con cualquier acción que hiciera y eso significaba que debía controlarse.
No necesitaba causar problemas a las personas que la rodeaban.
"Entiendo, trataré de mantener un ojo. Aunque solo será de forma superficial, mi alcance no es tan alto." Dijo Liam de forma honesta.
"Está bien por mí." Respondió Aurora despidiendo a ese hombre y al quedar sola en esta pequeña oficina, soltó un gran suspiro.
Estaba algo cansada, ya que, si bien era trabajo de 'escritorio', seguía siendo pesado.
Organizar las misiones arcas, seleccionar a los jefes, prestar atención a las necesidades y a la seguridad, encargándose de organizar los grupos de respaldo y luego mantener un ojo en todas las caravanas que estaban en movimiento a la vez que se preparaba para moverse a otras partes… Todo junto resultaba ser pesado.
Aunque era incapaz de decir que prefería el trabajo de campo y era normal, cuando era agobiante a su manera sostener su espada.
Dejándose caer en el sofá, pudo ver como alguien entraba y ella al enderezarse, pudo distinguir que era su hermana.
"¿Cansada?" Preguntó Alice con calma.
"Sí. Un poco." Respondió Aurora y mirando a su hermana que tenía una bolsa de papitas en sus manos, dudó. "¿Y tú?"
"No. Tomó trabajos fáciles." Respondió Alice de forma tranquila.
La mirada y su tono de voz dejo ver que no mentía, llevando a que Aurora diera una media sonrisa algo extraña.
¿Tomaba trabajos fáciles? Por lo que Aurora había leído, limpio dos mazmorras naturales y una mazmorra temporal de rango A por si sola en el transcurso de la mañana.
Eran mazmorras alejadas que normalmente no eran limpiadas, ya que las criaturas eran molestas o no daban ganancias que superaban las perdidas, pero, aun así, Alice se encargaba para evitar los desbordamientos.
Y sin duda no eran trabajos fáciles.
Viendo que su reloj holográfico vibraba, dando un informe de que una caravana estaba por partir y su líder necesitaba hablar, Aurora dio un medio suspiro.
"Si quieres ve a trabajar y yo visito a Akira para ver cómo se encuentra." Dijo Alice de repente, llevando a que Aurora pensara en la joven.
Tenía demasiado trabajo para estar atento a esa jovencita y solo le había pedido a Abdellah y a Alima que le dieran algunos trabajos diferentes, para que no se aburriera y pudiera aprender algo, pero por lo demás, no se acercó demasiado.
Hoy era su turno de ir a visitarla y ver como se encontraba, lamentablemente tenía demasiado trabajo.
"Por favor. Si necesita algo, avísame." Respondió Aurora de forma honesta.
Su hermana no era muy conversadora, pero su idea era que viera si Akira se encontraba bien o si necesitaba algo y esa glotona era suficiente para completar la tarea.
******
Alice viajo en taxi a su casa mientras miraba los edificios en construcción y las personas que paseaban por la ciudad.
Cuando se acercó vio un negocio cerca y ella detuvo al taxista, entonces tras pagar se bajó y entró al negocio para comprar algunos aperitivos.
Era una panadería que recién acababa de hornear y ella compró varios aperitivos, ignorando las miradas de los vendedores.
"No necesita pagar. Tómelo como un regalo." Dijo el vendedor con una sonrisa.
Era un hombre adulto y la sonrisa que le daba era algo tranquila y amable, pero a la vez agradecida y llena de gratitud.
Tal mirada cada vez resultaba 'normal' y Alice la había visto incontables veces, pero ella ni siquiera devolvió la sonrisa.
"Le pagaré o mi hermana me regañará por aprovecharme de otros." Respondió Alice con un tono plano.
No era una broma… Y fue eso lo que causó que el hombre diera una risa algo divertida y dejo que pagara, permitiéndole que ella saliera.
Si bien era cierto que su hermana la regañaría si se aprovechaba de otros, era probable que estas muestras de 'gratitud', Aurora las aceptara.
Gratitud… Eso era lo que mostraban las personas que vivían en esta ciudad.
Podía comprender que era normal, ya que ella estuvo al lado de su hermana para apoyarla, pero era Aurora quien verdaderamente tenía intenciones y deseos de ayudar.
Por su parte, solo lo hizo como un trabajo y si no fuera por su hermana, ella no vería diferencia si estuvieran muertos o siguieran vivos.
"Debo dejarlo pasar." Murmuró Alice para sí misma.
Antes cuando su hermana quiso ser una heroína, ella la acompañó, pero estuvo en su sombra de forma literal y ese fue un gran lugar para mirar a su hermana.
La atención iba a esa heroína y su deber solo era apoyarla.
Sin embargo, ahora su hermana no necesitaba alguien que la apoyara, sino que una compañera que estuviera a su lado.
Y esa era la razón por la cual a pesar de que le molestaba un poco los actos de agradecimiento o las miradas de gratitud que las personas le daban, prefirió ignorarlos a todos.
Caminando con esos pensamientos en su mente, vio el edificio de su casa y entrando con calma, abrió la entrada.
El interior estaba todo limpio y ordenado, entonces tras cerrar la puerta, pudo escuchar pasos apresurados desde la cocina.
"¡Alice!"
Si primero Akira se mostraba curiosa por saber quién era la persona que entro, al ver que era ella no hubo decepción, sino que hubo emoción y esa jovencita se acercó.
Alice le dio una rara mirada al ver que estaba llevando una escoba para limpiar, pero Akira ignoró su mirada y se acercó sin ocultar una sonrisa.
"¿Estás ocupada? ¿Quieres ir a entrenar?" Preguntó Akira con emoción.
Parecía emocionada, pero supo controlarse para no abrazarla o invadir su espacio personal y Alice le dio una mirada atenta.
Los ojos marrones de la joven brillaban con fuerza, entre la emoción, algo de nervios y lo que pudo captar como audacia.
¿Se había sentido sola? Al final no importaba.
"Lo siento. No tengo interés en entrenar." Respondió Alice de forma indiferente y pasando por su lado viendo que no esperaba esa respuesta, añadió. "Si quieres puedo conseguir alguien con quien entrenes. El ejército tiene varios soldados profesionales."
¿No se esperaba su rechazo? Para Alice era normal rechazarla.
No estaba de humor para jugar e intercambiar golpes sin sentido y a diferencia de los gorilas, sintió que se iba a aburrir si entrenaba con esa jovencita.
Akira le dio una mirada algo dudosa ante su rechazo, pero luego tras pensarlo, dio un suspiro y se volvió a acercar.
"En realidad no es entrenar… Es luchar. No, no creo que pueda luchar contigo, pero quiero tu ayuda." Murmuró Akira y respirando hondo, le dio una mirada y confesó. "Quiero superar mi miedo a la muerte y me recomendaron que un miedo puede superar a otro."
¿Estaba nerviosa? La forma que retorcía sus manos al hablar, daba la impresión de estar nerviosa, pero estos nervios no eran por realizar el pedido y Alice lo pudo captar.
Era algo de nervios por el temor y eso significaba que sabía lo que estaba pidiendo.
"Quiero superar mi miedo y ver si puedo volver a las misiones. Creo que puedo ser de ayuda." Dijo Akira y agitando su cabeza, declaró. "No. Quiero ser de ayuda. Deseo estar a la altura y si para eso, debo enfrentar estos miedos, lo haré."
Esa determinación en su mirada logró que Alice le prestara atención.
¿Deseaba volver al trabajo solo por el trabajo? ¿Por qué quería estar a la altura de las expectativas que pusieron en ella? ¿Por un deseo de avance? ¿O solo porque quería estar al lado de su hermana?
Sea cual fuera la respuesta, Akira estaba siendo honesta y estuvo claro que captaba de forma ligera lo que estaba pidiendo.
"Está bien." Respondió Alice de forma simple.
¿Fue su madre la que le dijo que era lo que debía hacer para superar su miedo? Había escuchado que esa mujer había venido a la casa, pero no sabía que era lo que había hablado y no importaba demasiado.
Le agradaba la seriedad de Akira… Aunque en el fondo no creía que fuera suficiente, pero aceptó darle un intento.
"Lo probaré una vez. Si creo que me has hecho perder el tiempo, lo dejaré." Avisó Alice con seriedad, viendo que Akira asentía sin ocultar su sonrisa alegre.
¿Cuánto era capaz de soportar para superar su miedo?
Esa duda vino a la mente de Alice, pero hubo otra más importante… ¿Cuánto debía limitarse ella?
Después de todo, dependía de ella la intensidad con la cual actuaria y a la mente de Alice vinieron decenas de formas de actuar para ayudarla a superar el miedo.
Algunas de ellas eran más aterradoras que otras.
Únete y habla con otros lectores: discord.gg/WG8FX75